Puigdemont tampoco tiene el apoyo de Kosovo para la independencia

El primer ministro de Kosovo, Ramush Haradinaj, tajante: "Nunca reconoceríamos la independencia de Cataluña"

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Las simpatías internacionales que suscita la causa independentista catalana son exiguas y tan siquiera alcanzan a países como Kosovo, que presuntamente podrían simpatizar con ella después de haber consumado la secesión de forma unilateral.

Los dirigentes soberanistas catalanes, con Carles Puigdemont a la cabeza, se han referido muy a menudo al caso de Kosovo lo largo de estos años del procés, puesto que el territorio balcánico consumó su independencia en 2008 después de proceder a una declaración de independencia aprobada en su parlamento.

«Kosovo y Cataluña no tienen nada en común, cualquier analogía es un sinsentido»

El primer ministro kosovar, Ramush Haradinaj (Glodane, antigua Yugoslavia, 1968), en una entrevista en El País, sin embargo, se muestra tajante y subraya las diferencias que existen entre el caso de Cataluña y su país: “Nunca reconoceríamos la independencia de Cataluña. Kosovo y Cataluña no tienen nada en común, y establecer cualquier analogía es un sinsentido».

Haradinaj no tiene inconveniente en recordar el contexto bélico que se vivió en los Balcanes para, a continuación, reconocer la consolidación democrática que caracteriza a España. «Kosovo nació de la desintegración de la Federación Yugoslava, en un proceso sangriento de todos contra todos. No es el caso de España, donde se respetan los derechos civiles y políticos. No se puede comparar la represión bajo el régimen de Milosevic con el Estado de derecho español; hacerlo resulta incluso ofensivo. Y no se trata de obviar los parecidos, es que no existen”, afirma el primer ministro kosovar.

Diferencias abismales

En este mismo sentido, Haradinaj se expresa con toda contundencia para no dejar lugar a dudas: “No hay ninguna analogía posible entre Kosovo y Cataluña. Establecer ese parecido equivaldría a desconocer la historia o a interpretarla mal. España es una democracia avanzada. Nuestro caso deriva de la disolución, a través de trágicas guerras, de la antigua Yugoslavia, en los noventa. Hay una diferencia abismal: nosotros luchábamos por la democracia, pero sobre todo por los derechos humanos. No es el caso de Cataluña»

Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008 tras una sangrienta guerra y esta secesión fue avalada en 2010 por el Tribunal Internacional de La Haya. Ahora, el gran objetivo del territorio exyugoslavo es integrarse a la UE, pero cinco estados miembros lo rechazan hoy por hoy. Son España, Rumania, Eslovaquia, Grecia y Chipre.

«Sentimos un gran respeto por España como nación y como democracia consolidada»

El Gobierno de España contempla con enormes suspicacias los movimientos europeos en relación a Kosovo porque teme sentar precedentes que contaminen el escenario español. Recientemente, la diplomacia española vetó una declaración conjunta que la UE pretendía firmar con los países balcánicos —Kosovo incluido— de cara a la cumbre que el club europeo celebrará en menos de un mes en Bulgaria.

El primer ministro kosovar no está de acuerdo, pero aprovecha para expresar su respeto, una vez más, por España. «El veto de Mariano Rajoy es desafortunado, porque Kosovo tiene un gran respeto por España como nación y como democracia consolidada». Y añade: «Como el resto de países surgidos de la desintegración de Yugoslavia, de Kosovo a Macedonia, aspiramos a ser comprendidos y esperamos que algún día España nos acepte como el miembro de la familia que somos”. 

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