Rajoy ya ve su investidura tras la ‘operación Pastor’

El líder del PP logra la presidencia del Congreso con el apoyo de Rivera, y las abstenciones de Convergència y del PNV

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Mariano Rajoy ya ve su investidura tras la ‘operación Pastor’, su maniobra en el Congreso. El líder del PP logró este lunes un acuerdo con Ciudadanos para que Ana Pastor, hasta ahora ministra de Fomento, sea la presidenta de la cámara. Pero ese acuerdo no era suficiente, y por ello el PP se aseguró la abstención de Convergència y del PNV para asegurar el tiro. Y ese escenario bien puede valer una investidura.

Rajoy ha ido tejiendo diferentes acuerdos que le permitrán, a partir de este martes, –cuando se constituye el Congreso– vislumbrar su investidura. Todavía queda lejos, pero el líder del PP ha recorrido ya un trecho, y no menor.

La ‘ayuda’ de Pablo Iglesias

Para ello ha contado con un aliado inesperado. El PP no contaba con la determinación de Podemos de ofrecer un candidato propio para la presidencia del Congreso. El partido de Pablo Iglesias defiende la candidatura de Xavier Domènech, el líder en Cataluña de En Comú Podem. Es catalán, tiene buena relación con los partidos independentistas, ERC y Convergència, y podía ser un anzuelo eficaz para lograr el apoyo de toda la cámara en contra del PP.

Con esa apuesta, Podemos ha dejado en la estacada al PSOE, que no podrá reunir votos suficientes para la elección de Patxi López. Frente a ese escenario, Rajoy lo ha tenido fácil.

Primero logró un acuerdo con Albert Rivera a cambio de que Ciudadanos se quede con la vicepresidencia del Congreso y una secretaría. Con el apoyo de Ciudadanos, para Ana Pastor, el PP se garantiza una mayoría en la Mesa del Congreso, que cuenta con nueve miembros. Tres serán para el PP, dos para Ciudadanos, dos para el PSOE y dos para Podemos. Rajoy, además, contará con Pastor en un lugar clave. Ella es una de las personas de mayor confianza personal del líder del PP

La negociación de Homs

Ciudadanos, que no quería votar a Domènech, y frustrada la operación López, sólo podía buscar un acuerdo con el PP que interesara a ambos. Pero el PP necesitaba asegurarse la operación. En la segunda votación, a la que pasan los dos más votados –previsiblemente Ana Pastor y López o Domènech– se precisa de mayoría simple, y la abstención de un partido con ocho diputados, como Convergència, es esencial.

El PP lo logró, en una negociación con Francesc Homs, el portavoz convergente. A cambio, Convergència tendrá grupo propio en el Congreso, algo que con los números en la mano no le corresponde, porque no obtuvo el 15% de los votos en cada una de las circunscripciones en las que se presentó –Barcelona, Lleida, Tarragona y Girona–. Eso, para los convergentes es vital, porque supone una inyección económica importante y una visibilidad mediática y operativa en el Congreso de suma importancia.

Los socialistas, resignados, respiran

Pero el PP quiso rizar el rizo, con la abstención del PNV, a cambio, también, de garantizar el grupo propio de los nacionalistas vascos en el Senado.

Fuentes socialistas aseguran que la estrategia de Podemos deja las cosas «mucho más claras». Y es que el mapa político que aparecerá este martes, tras las votaciones en el Congreso, constatará, según el PSOE, que Rajoy podrá gobernar con el apoyo de Ciudadanos y las abstenciones de los nacionalistas vascos y catalanes, casi un clásico de otros tiempos.

Los ‘amigos’ de Podemos

Todo dependerá ahora de Ciudadanos. Fuentes del partido de Albert Rivera, sostienen que la abstención será lo máximo a lo que puedan llegar. Y que están a la espera de la decisión del PSOE. «Si los socialistas se abstienen, el voto a favor del PP se podría negociar, pero si no sirve para formar gobierno, sería un fracaso».

Lo que quedó claro, tras las negociaciones a diferentes bandas, es que el PSOE votará ‘no’ a la investidura de Rajoy. Los socialistas no ven incentivos para cambiar de posición, y menos desde este lunes, frustrada la candidatura de Patxi López, por culpa de «los amigos» de Podemos.

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