Simón reclama un regulador sobre el agua frente al «dogmatismo» de Colau

El presidente de Agbar rechaza el “dogmatismo” sobre la remunicipalización del agua y pide un regulador que sea “ajeno a los vaivenes políticos”

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El presidente ejecutivo de Agbar, Ángel Simón, mide mucho sus palabras. Siente que los nuevos movimientos políticos que gobiernan las grandes ciudades, como Barcelona o Madrid, utilizan algunas banderas para fidelizar a una parte del electorado, y que una de ellas es la remunicipalización de servicios como el agua, sin pensar en cómo se garantiza una prestación de calidad. Por ello, Simón ha reclamado un regulador independiente para el sector del agua, que pueda superar “el dogmatismo” existente, y sea “ajeno a los vaivenes políticos”, en una alusión a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Simón ha insistido en que ese regulador deberá garantizar la transparencia, la calidad del servicio del agua y que se cumpla, realmente, la normativa europea sobre el sector. Su preocupación, como ha expuesto en una conferencia en el foro Barcelona Tribuna, es prestar un mejor servicio, y, en concreto, una calidad cada vez mayor a través de la empresa mixta Aigües de Barcelona, que ofrece el suministro de agua al área metropolitana de Barcelona. La sociedad está controlada en un 70% por Agbar, en un 15% por el Área Metropolitana de Barcelona y otro 15% por Criteria.

La empresa está a la espera de un proceso judicial con el Ayuntamiento de Barcelona, que ha enrarecido las relaciones, hasta tal punto que en el acto de conmemoración del 150 aniversario de Agbar no asistió ningún representante del consistorio. Sí estuvo este miércoles en el foro Barcelona Tribuna la concejal socialista del Ayuntamiento de Barcelona, Montserrat Ballarín.

Simón recuerda que en Berlin remunicipalizar el agua le ha costado a la ciudad 1.500 millones de euros

Simón rechaza, de hecho, la propia denominación del problema, la “remunicipalización” del servicio, porque “ya es un servicio municipal”, que se presta a través de una empresa mixta público-privada. Afirma Simón que ese es, precisamente, el modelo que se alaba de Barcelona, y que lo hace un referente en estos momentos en toda Europa como el premio Nobel de Economía Jean Tirole.

Otras grandes ciudades, sin embargo, han apostado por adoptar un modelo totalmente público, como París o Berlín. Simón ha recordado que en Berlín esa decisión supuso un coste para el municipio de “1.500 millones de euros, que ha llevado, prácticamente, a la quiebra de las finanzas de la ciudad”.

Agbar cobra de cada factura sólo el 34% del coste total, unos 15,4 euros de media

Para establecer la mayor transparencia y asegurar la máxima calidad del servicio, el presidente de Agbar ha insistido en la creación de un regulador que tenga un perfil profesional y especializado, con mandatos que no coincidan con legislaturas políticas y que sea “independiente”

Porque, ¿los barceloneses están preocupados por el servicio del agua? Simón asegura que Agbar ha realizado encuestas exhaustivas sobre ello, y que no existe una preocupación por ello. Sí se menciona el precio de la factura, y aquí Simón recuerda que sólo el 34% del importe de una factura media, cada dos meses, es el coste que cobra Agbar, lo que equivale a unos 15,4 euros. El resto, son impuestos que paga el ciudadano por otros conceptos, y que corresponde a administraciones públicas.

 

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