Sin Sánchez, sin TVE y sin cifra de fallecidos en el funeral

El presidente del Gobierno, de visita oficial en Portugal, se ausenta de la ceremonia en La Almudena. Gritos de "gobierno, asesino" tras la ceremonia

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Pedro Sánchez se ahorró este lunes los gritos desesperados de unos cuantos que, al término del funeral por las víctimas del coronavirus en la catedral de La Almudena de Madrid, vociferaban «¡gobierno, asesino!» a decenas de metros de la iglesia, separados por vallas de seguridad.

El presidente del Gobierno se ausentó del primer primer gran acto con autoridades para honrar a las víctimas de la pandemia porque se marchó a un almuerzo en Lisboa, adonde acudió al encuentro de su homólogo portugués, António Costa, con el pretexto de preparar el Consejo Europeo del 17 y 18 de julio. Y así evitó participar en una ceremonia religiosa que no iba con él. Ni con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

Sabía de sobras Sánchez que a su llegada a Lisboa iba a ser interrogado por su ausencia en el funeral de La Almudena y el presidente del Gobierno no pestañeó al insinuar que el homenaje no era organizado por los suyos. “El Gobierno va a estar presente en el funeral organizado por la Conferencia Episcopal. Va a estar la vicepresidenta primera del Gobierno de España”, dijo el jefe del Ejecutivo.

Y, en efecto, Carmen Calvo dio la cara por todo el Gobierno en un acto diseñado con suficientes medidas de seguridad como para minimizar el bochorno. Así que se escuchó muy a lo lejos a quienes gritaban «justicia para los muertos». Su cifra real, por cierto, no ha sido aclarada por el Gobierno, a pesar de que hay estadísticas de toda solvencia (los registros civiles, por ejemplo) que aproximan el número de fallecidos por la Covid-19 en torno a los 45.000, un dato muy superior a los casi 30.000 contabilizados por Sanidad.

Sánchez y la ceremonia civil del 16-J

Sánchez, en todo caso, evitó exponerse al público y reservará su presencia para una ceremonia de Estado que tendrá lugar el 16 de julio en la plaza de la Armería del Palacio Real junto a todo tipo de autoridades nacionales e internacionales.

La ausencia de Sánchez no fue la única sonada. También lo fue la de La 1 de TVE, que no retransmitió el funeral, aunque a última hora decidió pinchar la señal a través de la web de rtve.es. La decisión de la cadena pública irritó a miles de ciudadanos, hartos de tanta ideología envuelta en laicismo.

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La emisión de los canales que sí dieron la señal de La Almudena estuvo dominada de principio fin por la imagen de los Reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Los gestos y movimientos de la familia real acapararon la práctica totalidad del protagonismo de una ceremonia oficiada por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, que sirvió para homenajear a las víctimas y también a los sanitarios que han combatido el virus en primera línea.

También para que Felipe VI se llevara algún reconocimiento, igualmente a lo lejos, de quienes agradecieron su presencia con vivas al Rey. El resto de autoridades, desde la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, y al jefe de la oposición, Pablo Casado, cumplieron con discreción.

El PP llegó a La Almudena con los deberes de la oposición hechos, con críticas a Sánchez por borrarse de un funeral que no debía interpretarse como un acto de fe en la religión católica. «El presidente del Gobierno comete un error gravísimo y desatiende la importancia de tener gobernantes sensibles a los problemas de la gente y a la tragedia que hemos vivido», lamentó el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en un acto previo a la misa.

Sánchez en la Sagrada Familia

De la trayectoria de Sánchez vale la pena fijarse en un precedente, el multitudinario funeral celebrado en la Sagrada Familia de Barcelona, en abril de 2015, en homenaje a las 150 víctimas del avión de Germanwings estrellado en los Alpes franceses. Más de 1.500 personas acudieron a aquel oficio, entre ellos, el que ya era secretario general del PSOE.

Y vale la pena otro precedente, en este caso para juzgar el papel de TVE. La exhumación de Franco del Valle de los Caídos, llevada a cabo en octubre de 2019, contó con un formidable despliegue de la cadena pública.

Sánchez se reserva para el 16 de julio. Se reserva también para entonces TVE, que demostrará ahí toda su musculatura. Lo que no se sabe si para entonces ya habrá por parte del Gobierno una cifra de fallecidos oficial semejante a la oficiosa.

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