¿Votar en el extranjero el 27S? Los independentistas tienen todas las facilidades

El Govern de Artur Mas envió una carta al ministro Margallo reclamando que no obstaculizar el voto, pero sólo depende de la responsabilidad de los catalanes que vivan fuera de la comunidad

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La tirita antes que la herida. El movimiento independentista, a través de la Asamblea Nacional Catalana, (ANC) ha instado al Gobierno central a que no ponga ninguna dificultad para que los catalanes que no viven en la comunidad puedan votar el 27S.

De hecho, el propio Gobierno de Artur Mas envió una carta al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, para que facilitara ese voto, que podrían ejercer unas 200.000 personas. Se trata de un voto que puede ser decisivo, porque las elecciones se presentan muy reñidas: tienen derecho a voto 5.510.798 catalanes, un 1,79% más que en 2012.

Pero, ¿ese temor es real? ¿O se trata, de nuevo, de una estrategia victimista de los independentistas? Pues depende de cada persona, de la responsabilidad de cada uno, al margen de que el independentismo haya acabado señalando al Gobierno central como el gran ogro, siempre dispuesto a romper los planes de Cataluña. El diputado de Convergència en el Congreso, Jordi Xuclà, llegó a decir que Exteriores estaba «absolutamente cerrado» a facilitar el voto de los no residenes.

Acogerse a la ley española

Resulta que lo primero que se debe saber es que Cataluña –y se intentó a lo largo de los últimos meses en el Parlament con un resultado desastroso– no tiene una ley electoral propia.

Se rige por la Loreg, la ley española, que se modificó en 2011. Con esa modificación se obligó, aunque un ciudadano se hubiera dado de alta en el registro consular de residentes ausentes –los que viven fuera– a solicitar las papeletas para poder votar.

Lo que un catalán tiene por defecto en la comunidad, al formar parte del censo, en el caso de vivir fuera supone esa petición adicional. Se puede pedir por correo o se puede votar en la urna en el consulado de la ciudad del país en el que se resida.

¿Qué ocurre? Muchos catalanes, los que viven en grandes ciudades europeas, –Londres, París-Roma-Bruselas– por ejemplo, hace años que ya están dados de alta en los respectivos consulados y forman parte de lo que se denomina CERA (Censo de españoles residentes ausentes).

En pocos días, tres o cuatro días, según distintas experiencias conocidas por Economía Digital, reciben el documento para pedir lo que se llama voto subrogado. Hay otra opción, y es optar por descargarse el documento en la web del Ministerio de Exteriores, y enviarlo por correo a la Junta Electoral de la provincia de la comunidad en la que toque votar.

Viajes organizados a Cataluña

¿Qué es lo pasa? Que muchos catalanes no reciben esos documentos, y se quejan y culpan al ministerio español, con la idea de que no les dejan votar. Hay casos, ciertamente, de consulados que van lentos en esa tramitación. Pero el problema central es si se quiere votar o no, si se desean realizar todos los pasos o no.

En muchos casos, lo que ocurre es que los ciudadanos catalanes en el extranjero no se inscriben en los consulados. Y, entonces, siguen constando en Cataluña, y deben votar, si quieren hacerlo, en Cataluña.

¿Solución? Organizan viajes colectivos para estar presentes en Cataluña el 27 de septiembre, y siempre pueden culpar de ello al Gobierno central. Pero el paso previo que deberían haber hecho es registrarse en los consulados. 

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