Afines a Iglesias maniobran para retener el control de Podemos tras su salida

En Unidas Podemos ya promocionan el nombre de Irene Montero para sustituir a Iglesias al frente de la Secretaría General y el de Díaz como próxima candidata a las Generales.

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El líder de Unidas Podemos acalló este viernes las críticas de un sector de su partido que pedía su marcha si fracasa el próximo 4 de mayo. Pablo Iglesias dejó claro que no se volverá a presentar a la reelección como líder de Unidas Podemos. El candidato de los morados a la Comunidad de Madrid expresó su deseo de que la estructura que tome las riendas de la formación en el futuro sea «más coral».

La transición durará varios meses en los que, según ha podido saber Economía Digital, apuestan por realizar un balance de situación del partido tras los comicios madrileños e implantar una bicefalia para equilibrar el control entre el partido y el Gobierno, el modelo del PNV.

El entorno de Iglesias ya maniobra para promover un nuevo liderazgo en el marco del continuismo. Es decir, que todo vuelva a quedar en casa. Por ello, ya se promociona internamente la figura de la ministra de Igualdad, Irene Montero, para sustituir a Iglesias al frente de la Secretaría General. Aunque algunos lo descarten señalando que «todavía es muy pronto para eso». Ahora se abre un nuevo debate dentro de la formación: ¿quo vadis Unidas Podemos?

Pese a que el relevo de Iglesias durará varios meses, aclaran desde el partido, comienza a hablarse sobre nuevos liderazgos y nuevas formas de hacer o feminizar la política. Lo primero es relativo. Desde el primer momento, Iglesias puso el dedo sobre su sucesora: Yolanda Díaz. «Podría ser la próxima presidenta del Gobierno de España», dijo el líder de Podemos en su despedida como Vicepresidente Segundo. «Pero ello no implica que la Secretaría General la ocupe Díaz», recalcan a ED las mismas fuentes.

Irene Montero como Secretaria General de Podemos

Es decir, el entorno de Iglesias apostaría por que Montero ocupase el liderazgo del partido, aunque la candidata a las próximas generales sea Yolanda Díaz.

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo sigue afiliada al PCE y no tiene ninguna intención en darse de baja para afiliarse a Unidas Podemos, según las fuentes consultadas en su entorno. Los estatutos de Podemos no permiten la doble militancia, pero nada dicen sobre la situación explicada anteriormente.

Irene Montero siembra la polémica al hablar de «portavozas». Foto: EFE/Ballesteros

Cargos de dentro y fuera del partido ya avisan: «Esto puede derivar en otra guerra interna por el control de la organización», ya que se trata de controlar el discurso, dinero, la imagen y, en definitiva, coordinar a las personas que conforman dicha formación.

Las mismas fuentes también advierten de que una posible sustitución de Iglesias por Montero daría pie al continuismo y «poca credibilidad». En privado desvelan que Iglesias se ganó desde el principio el respeto de los suyos, no así Irene Montero a quien consideran «débil» y no gusta a un sector de la formación.

Cabe recordar que el ex dirigente de Unidas Podemos, Ramón Espinar, ya solicitó una refundación de su partido tras la salida de Iñigo Errejón y la presentación de la candidatura de Más Madrid con Manuela Carmena.

Por aquel entonces, nadie más en público solicitó un cambio de liderazgo y Espinar abandonó la formación. Ahora ese cambio vaticina una nueva guerra interna como no se aplique la mayor transparencia posible.

Comienza la transición en Podemos

Es tiempo de preparar el relato. La salida de Iglesias del Gobierno y su no reelección abre paso a una transición que durará tiempo. La apuesta de Iglesias sobre un futuro «más coral» está sobre la mesa. Los morados pretenden solucionar la actual debilidad de sus estructuras mediante la mayor coordinación de la fusión electoral.

La sopa de partidos que aúnan a la izquierda más allá del PSOE es la apuesta ideal para aquellos que defienden el perfil independiente de Yolanda Díaz. Pero no solo ella, cabe recordar que ya existen otros perfiles que reclaman su espacio dentro del nuevo espacio que podría consolidarse como Alberto Garzón, recién revalidado por los suyos al frente de Izquierda Unida; Ada Colau (En Comú Podem); Enrique Santiago (PCE) y Antón Gómez-Reino (Galicia en Común).

Pablo Iglesias y la alcaldesa Ada Colau en una rueda de prensa. Foto: EFE

Todos ellos apuestan por seguir coordinándose y muchos ya visualizan algo más, como una federación que incluya a más organizaciones. La intención de Iglesias es ponerse a fondo con el partido tras las elecciones madrileñas, realizar un balance de daños y oportunidades que se abren con los resultados del 4M en la formación y ensayar el modelo de bicefalia, donde Díaz (valor en alza en la izquierda) lidere el espacio del Gobierno junto a Iglesias (el partido) hasta que prepare su relevo.

Una oportunidad de desvincularse verdaderamente del partido. Una oportunidad para abrir las ventanas de Unidas Podemos y que entre el aire con caras nuevas y liderazgos femeninos, señalan desde el sector crítico.

Todos apuntan a que los resultados en la Comunidad de Madrid serán decisivos para el rumbo de Unidas Podemos. Iglesias asumirá el papel de realizar la transición con Díaz en ese intermedio siendo la voz del Ejecutivo.

Su papel futuro también pasa por las decisiones que tome Iglesias y, sobre todo, redefinir el papel de Unidas Podemos hacia el PSOE. Sin duda, una ardua labor nada baladí con el ruido interno de fondo entre renovadores y continuistas.

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