Colapso total del turismo en Barcelona: caída del 95% en facturación y clientes en hoteles

Los hoteles de la capital catalana cierran su peor año en un momento de crisis por las nuevas restricciones sanitarias de la Generalitat

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Las empresas turísticas de Barcelona se despiden de un 2020 negro marcado por la pandemia del coronavirus y por las restricciones internacionales para desplazarse, que han hundido por completo su economía. Los hoteles de la capital catalana cerrarán el año con una caída del 95% tanto de la facturación como del volumen de clientes, con respecto al año anterior.

Las compañías del sector no han logrado levantar el vuelo desde que se declaró la pandemia mundial que obligó en la primavera a confinar a todos los españoles durante casi tres meses en sus hogares. Los brotes verdes desaparecieron rápido con la llegada de la segunda oleada de contagios y la incertidumbre que ha provocado la Navidad. Actualmente, permanecen abiertos menos de un 25% de los 440 hoteles que operan en Barcelona, según ha publicado la Agencia Efe.  

La delicada situación económica ha obligado a los responsables hoteleros a recurrir a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que todavía dan cobertura a entre 30.000 y 35.000 trabajadores de la actividad. Empresarios y trabajadores ya tienen la vista puesta en las negociaciones que iniciarán en las próximas semanas el Gobierno de Pedro Sánchez, la patronal y los sindicatos para tratar de prorrogar una medida que vence el 31 de enero.

El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, ha reconocido que se trata del “peor año” de la historia del sector, debido a las fuertes pérdidas que arrastran desde el inicio de la crisis sanitaria y que amenazan su supervivencia. «Dentro de poco llevaremos un año sin facturar», ha lamentado.

Las restricciones de Cataluña asestan el último golpe a los hoteles 

Las empresas turísticas de la capital catalana han vivido todo el año con un ojo puesto en los medios de comunicación para conocer el impacto de las restricciones de la Covid-19. El último golpe lo ha provocado el endurecimiento de las medidas en Cataluña, que ha dado marcha atrás en su plan previsto para la desescalada por un repunte de los positivos.

La Generalitat ha vuelto a reducir el aforo de los establecimientos, ha limitado la apertura de bares y restaurantes a cuatro horas por la mañana y ha endurecido los requisitos de las reuniones sociales o del horario del toque de queda.  Una receta que hace imposible la llegada de visitantes hasta Barcelona. Las restricciones han desencadenado el cierre de casi medio centenar de hoteles en las últimas semanas, según el sector.

La situación todavía podría ser peor porque el Gobierno interino de Pere Aragonès ya está estudiando un nuevo plan de choque que podría condenar a la hostelería al cierre completo y que reduciría las posibilidades de facturar en Nochevieja con un adelantamiento del confinamiento nocturno a las doce de la noche.

“La supervivencia del sector tiene un límite», ha expresado Casals.

El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona ha criticado las últimas decisiones de la Conselleria de Sanidad que hace “más profunda la situación dramática” que viven las empresas del sector. Los hoteles, por ejemplo, solo pueden dar servicio de cena hasta las nueve de la noche, incluidas la Nochebuena y la Nochevieja.

Casals ha lamentado que este tipo de medidas “no ayudan, sino que perjudican” a los hoteleros de la capital catalana porque los pocos clientes que tengan deberán esperar tres horas desde que terminen de cenar hasta que puedan tomarse las uvas a final de año. “Esto no tiene ningún sentido”.

Los hoteles arrastran las pérdidas de todo el año

Las restricciones han puesto muy complicada la recuperación económica de los hoteles de Barcelona que arrastran las pérdidas de la caída de facturación en los momentos clave del año como la Semana Santa o el verano.

En el último Puente de la Constitución las reservas cayeron un 93% en toda España como consecuencia de las restricciones perimetrales que establecieron la mayor parte de las comunidades, incluida Cataluña. En Barcelona, solo había abiertos entonces 116 hoteles con un total de 13.000 habitaciones, un tercio de las plazas disponibles en un año normal. 

La perspectiva de futuro no parece muy esperanzadora. A pesar de las buenas noticias que ha provocado la campaña de vacunación, Cataluña continúa empeorando cada día su situación epidemiológica. La velocidad de propagación del coronavirus y el índice que marca el riesgo de rebrote han vuelto a crecer este domingo, despertando todas las alarmas sanitarias.

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