Cuenta atrás para formar gobierno: tres meses para alcanzar una alianza en Cataluña

El 26 de marzo es la fecha límite para convocar la primera sesión de investidura pero si no hay acuerdo se abre un plazo extra de dos meses

Aspecto del hemiciclo del Parlament vacío, el 15 de enero de 2021 | EFE/QG/Archivo

Aspecto del hemiciclo del Parlament vacío, el 15 de enero de 2021 | EFE/QG/Archivo

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Transcurrida la jornada electoral en Cataluña, el reloj que marca el tiempo máximo para alcanzar una alianza política que permita formar un nuevo gobierno ya se ha activado. Los candidatos que aspiren a la presidencia de la Generalitat cuentan con algo más de tres meses por delante para mover los hilos necesarios para sumar una mayoría parlamentaria.

El primer paso antes de que cualquier líder político pueda someterse a una investidura es conformar el nuevo Parlament. Los diputados dispondrán por ley de un margen de 20 días hábiles para formar la nueva mesa y escoger al representante que se encargará de presidir la cámara autonómica.

En las pasadas elecciones, la presidencia quedó en manos de Roger Torrent. Esquerra Republicana se aupó hasta el puesto como un anticipo de la alianza de gobierno que llevaría a Quim Torra (JxCat) a liderar la Generalitat. La nueva aritmética parlamentaria abre ahora un escenario distinto: la elección de un nuevo puesto determinará el futuro gobierno catalán.

La investidura deberá celebrarse antes del 26 de marzo

Una vez que se haya constituido el Parlament, el nuevo presidente de la cámara iniciará la ronda de consultas con todos los grupos parlamentarios. Se abrirá entonces un plazo de 10 días hábiles para que alguno de los líderes políticos se someta a una votación de investidura en la cámara en busca de la presidencia. Los tiempos dejan como última fecha posible el 26 de marzo.

Si el candidato elegido no obtiene una mayoría absoluta de 68 escaños en la primera votación, se concederá un plazo extra de 48 horas para que trate de convencer a los grupos parlamentarios antes de una segunda sesión parlamentaria. En este caso, la decisión se solventaría con una mayoría simple.

Estas fechas dan poco más de un mes a algunos de los políticos mejor colocados para tratar de tejer sus alianzas. Es el caso de Pere Aragonès (ERC), cuya victoria por la mínima frente a Junts le ofrece un lugar de preferencia para tratar de formar un nuevo gobierno de corte independentista. Las cuentas entre los dos grupos solo no dan, por lo que formaciones como la CUP o En Comú Podem aspiran a jugar un papel decisivo en las negociaciones.

El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès (i), acompañado por el presidente del partido Oriol Junqueras comparecen para valorar los resultados de las elecciones catalanas que se han celebrado este domingo. EFE/Alberto Estévez
El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès (i), acompañado por el presidente del partido Oriol Junqueras comparecen para valorar los resultados de las elecciones catalanas que se han celebrado este domingo. EFE/Alberto Estévez

Las primeras apariciones públicas de los líderes de los partidos anticipan que podría no ser la única sesión de investidura. Salvador Illa (PSC) anunció públicamente a los medios que se presentaría ante la cámara para intentar ser investido presidente, sin embargo la aritmética parlamentaria no le sonríe. La negativa de los grupos secesionistas impediría su llegada al poder.

La ley otorga dos meses de plazo extra si no hay acuerdo

Si ninguno de los candidatos logra alcanzar una mayoría suficiente para gobernar, se abriría un nuevo plazo extra de dos meses en el que los partidos podrían seguir desarrollando sus negociaciones y presentándose ante la cámara en busca de apoyos.

El escenario de un bloqueo total pasaría, por ejemplo, por una negativa de partidos como Junts a aupar a otro candidato independentista hasta la presidencia. El resto de formaciones constitucionalistas tendrían entonces en su mano decantar la balanza con posibles abstenciones.

La convocatoria automática de elecciones ya se produjo después de que los grupos parlamentarios no alcanzaran un acuerdo para formar un nuevo gobierno, después de la inhabilitación de Quim Torra por parte del Tribunal Supremo por un delito de desobediencia.

Entonces, se agotó todo el tiempo que otorga la ley para trasladar las nuevas elecciones hasta el 14 de febrero. La Generalitat intentó postergar más allá los comicios por la crisis sanitaria del coronavirus pero el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña resolvió mantenerlos en la fecha prevista, que era el límite legal.

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