El automóvil se harta del conflicto entre ministras por el coche eléctrico

Industria y Transición Ecológica dan una de cal y una de arena a un sector que no encuentra un interlocutor a la hora de afrontar su reconversión. El veto a las medidas de apoyo fiscal, la gota que colmó el vaso

Punto de carga. Imagen: Pixabay.

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A apenas cinco semanas para terminar el año, el automóvil levanta la voz contra el Gobierno. El Ejecutivo prometió que el Perte del automóvil estaría listo en 2021, pero el sector lamenta la falta de información antes de su publicación. La opacidad y las declaraciones contra el coche de combustión se suman el veto del PSOE a todas las propuestas de apoyo fiscal a la industria. Y sin un interlocutor claro: mientras desde el Ministerio de Industria todo son buenas palabras, Transición Ecológica y Hacienda segan los planes de empresas y patronal. 

El último episodio de tensión se vivió la pasada semana con el veto de los socialistas a las medidas de apoyo fiscal para la automoción. La patronal de fabricantes Anfac emitió un duro comunicado contra el Gobierno para reprocharle “la falta de medidas contundentes para el apoyo a la industria, el impulso a la electrificación y la renovación del parque en un entorno de crisis”. 

“Los problemas de la industria se agravan”, lamentó la organización, que vio como el PSOE vetó todas las enmiendas –especialmente centradas en la fiscalidad– a los presupuestos destinadas a mejorar la salud del sector. 

Todas las enmiendas fiscales presentadas a los presupuestos fueron rechazadas a pesar de haber sido presentadas por varios partidos políticos de diferente sesgo. Las medidas pretendían impulsar mejoras en fiscalidad para el uso de vehículos electrificados y a la ampliación del plazo de adaptación del Impuesto de Matriculación a los nuevos tramos de emisiones de CO2. 

Las fuentes consultadas por Economía Digital señalaron que la falta de apoyo fiscal es solo un golpe más de los ya recibidos por parte del Ministerio de Hacienda, capitaneado por María Jesús Montero. La automoción ya recibió con dureza la subida del impuesto de matriculación que debía comenzar este mismo 2021, pero que se aplazó un año tras una enmienda del Pdecat

Una de las prioridades de Montero es implementar un sistema tributario en el que los vehículos más contaminantes paguen más que los más limpios. La vía principal será gravar con mayor dureza la gasolina y el diésel. 

Ribera y Maroto se disputan la gobernanza del automóvil

El automóvil sostiene que las idas y venidas se producen por la falta de un liderazgo claro en las relaciones con el automóvil; un problema que ya se arrastra desde hace años. Pedro Sánchez designó a la ministra de Industria, Reyes Maroto, como cabeza visible de las conversaciones con un sector estratégico para el país. Pareció que el embrollo quedaba resuelto.

Sin embargo, desde el día siguiente se inmiscuyeron en la cartera desde el Ministerio de Transición Ecológica, capitaneado por Teresa Ribera. Mucho más restrictivo con los vehículos de combustión, el tono de la cartera fue notoriamente más hostil que el de Industria, más predispuesto a escuchar a la industria. «El diésel tiene los días contados», llegó a decir en 2018.

La preocupación por el papel de Ribera salta de la patronal hasta los sindicatos. UGT ya avisó hace meses que debía ser Maroto la que tome las decisiones sobre todo lo que incumbe a la industria ya que, a su juicio, Ribera «no conoce la realidad del sector».

El choque ya generó retrasos en la activación de ayudas; un tempo que se repite con el Perte del automóvil. El sector no conoce todavía la letra pequeña del principal proyecto a financiar con los fondos europeos Next Generation EU. Y tiene prisa. Mientras el Gobierno diseña las ayudas, el tiempo pasa. Con la crisis de los microchips después del golpe de la pandemia, la patronal ya urgió al Ejecutivo y alertó de la lentitud con la que se estaba desplegando el Perte. “Todavía no conocemos los detalles; nos hemos ofrecido a ayudar, pero el tiempo mientras va pasando”, lamentaron fuentes patronales. 

“Damos las gracias al Gobierno por el PERTE en marcha para la automoción, es una herramienta imprescindible, pero es muy importante la velocidad de ejecución y la agilidad en su desarrollo para que realmente contribuya a la recuperación y la transformación de la industria”, señalaron desde Anfac. 

La Mesa de la Automoción, olvidada

En el comunicado, Anfac lamentó también la falta de actividad de la Mesa de la Automoción, a pesar de las constantes peticiones de asociaciones del sector y de sindicatos para activarla. La Mesa debería ser, a juicio de la asociación, el foro central donde se traten conjuntamente medidas y prioridades que empujen la transformación de la automoción en España, pero manteniendo la producción y el empleo de “un sector clave para la economía española”. 

Al mismo tiempo que reclaman estas medidas fiscales, desde Anfac resaltan la “necesidad cada vez más urgente de que se activen los fondos del PERTE para la automoción, fondos que Bruselas ha aprobado y que tienen que llegar cuánto antes a las empresas”. 

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