El Gobierno prevé reunir la mesa de diálogo la segunda quincena de julio

El Gobierno ha fijado la última semana de junio y la primera de julio para aprobar los indultos y convocar la mesa de diálogo para suavizar las negociación con ERC después.

Pere Aeagonès y Pedro Sánchez, justo antes de reunirse en el marco de la mesa de diálogo para desencallar el conflicto de Cataluña / EFE

Pere Aeagonès y Pedro Sánchez, justo antes de reunirse en el marco de la mesa de diálogo para desencallar el conflicto de Cataluña / EFE

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El Gobierno cumple los plazos según su calendario previsto. El anuncio de Pedro Sánchez en Bruselas defendiendo los indultos la semana pasada no era casual. El Ejecutivo ha activado la fase de hacer pedagogía en la ciudadanía mientras trabaja sobre un calendario con ERC para fijar fecha a la visita de Pere Aragonés con Sánchez en Moncloa y también celebrar la mesa de diálogo para resolver el ‘conflicto’ con Cataluña.

Fuentes del Ejecutivo ya anticipan que, primeramente, el Gobierno «hará un gesto» indultando a los presos del procés a finales de junio o primeros de julio. Moncloa pretende dar este paso antes de celebrarse la mesa de diálogo con Cataluña para que ERC haga «otro gesto» por su parte y antes de sentarse con el Gobierno central. Fuentes de Moncloa defienden que la aprobación del indulto «allanará el camino» de cara a negociar con el Govern y ya anticipan a ED que la mesa podría celebrarse la segunda quincena de julio.

Desde el Gobierno buscan hacer pedagogía sin hacer partícipe al propio Partido Socialista. Este lunes, el partido no convocó la ya habitual ejecutiva en la que, previsiblemente, se trataría la postura de la formación acerca de esta medida de gracia. «Se trata de una decisión exclusiva del Gobierno», despejan algunos críticos los balones porque Sánchez, según parece, no tiene la mínima intención de preguntar al PSOE por este hecho, que antes se habría acordado en un Comité Federal.

Según ha podido saber ED, Justicia ya trabaja para aquilatar al máximo la respuesta en defensa del indulto, si Vox decide llevarla a la Sala Tercera del Tribunal Supremo. El Ministerio de Juan Carlos Campo estudia estos días la posible argumentación a la decisión que tomará en breve el Consejo de Ministros y entre los motivos justificados se encontraría el posible cambio del delito de sedición.

Sánchez busca amparar su decisión razonando que si el Gobierno se encuentra reformando el delito de sedición, tendrá más sentido que el Ejecutivo aplique el indulto. La pedagogía de Moncloa, que adelantó El País, habla de que los indultos tienen que ser rápidos, limitados y reversibles.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pronuncia un discurso durante la inauguración del IV Congreso Iberoamericano CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica), este lunes, en Madrid. EFE/Mariscal
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la inauguración del IV Congreso Iberoamericano CEAPI. Foto: EFE/Mariscal

La rapidez forma parte del plan del Gobierno para evitar que esto pueda pasar factura en las urnas. Desde el Gobierno explican que el propósito de Sánchez es terminar la legislatura y algún ministro sostiene, como ya publicó Economía Digital, que la gente se olvida enseguida y no pasaría factura electoral al PSOE.

Según estudia el Gobierno, los indultos serán «limitados» porque se mantendrá la inhabilitación y sólo se tocará la parte de la pena suficiente para que proceda la excarcelación. En estos momentos y según las fuentes consultadas, en el Ministerio de Justicia se estaría estudiando «caso por caso» porque los 12 condenados tendrían argumentos y justificaciones distintas.

Y en último lugar, desde el Ejecutivo ya advierten que los indultos podrán ser reversibles, de manera que si los presos del procés cometieran algún otro delito podrían volver a prisión de inmediato. Con esto, Sánchez pretende anular el argumento del Partido Popular asegurando que «si lo vuelven a hacer pueden volver a prisión». Señalan, además, que Pere Aragonés, en su toma como president de la Generalitat, hablo del referéndum acompañado del término «pactado». «No es lo mismo que dijeron en 2017 y con eso nos quedamos», señalan fuentes del Ejecutivo.

Sánchez fía el indulto a un cambio en ERC

Hasta los ministros que defienden la medida asumen el castigo de gran parte de la ciudadanía y se encomiendan a la vacunación y a la previsible recuperación económica. Hay que ganar tiempo, sugieren. En este contexto, los socialistas sostienen que jamás habrá ni referéndum ni amnistía y confían en ERC porque, según piensan, también está condicionada a sus acuerdos con el PSOE.

Algunos piensan que el atraer a Esquerra al diálogo y a la convivencia de la vida política en Cataluña logrará desencallar el conflicto. Si Aragonés o Junqueras hacen un simple «gesto» podrían ahondar en la división interna del independentismo y arrinconar cada vez más a los rupturistas de Puigdemont y la CUP.   

Los socialistas mencionan el nombre de Junqueras el mismo día que ERC solicita que su líder se siente en la mesa de diálogo. ¿Causalidad o pacto? «Es innegable que nos gustaría muchísimo que estuviera Oriol Junqueras participando en esta mesa de diálogo como presidente de ERC«, señaló este lunes la portavoz de ERC, Marta Vilalta.

El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès, durante el pleno del Parlament. Foto: EFE/Quique Garcia

Los socialistas más descreídos advierten que «es un salto al vacío que ERC nunca va a hacer» y critican que Sánchez esté abocando al PSOE a otra travesía por el desierto. Voces del partido ya compran el argumento del Partido Popular cuando habla de «un cambio de ciclo electoral».

Por primera vez en cinco años, las encuestas detectan trasvase de voto del PSOE al PP y la desaparición de Ciudadanos dará automáticamente a Pablo Casado una prima de en torno a veinte escaños. «Hay que ser realistas y asumir que este paso nos puede llevar incluso más atrás», asumen fuentes del partido.

Fuentes cercanas al presidente aseguran que Sánchez «está dispuesto a asumir el riesgo». El presidente busca que su legado quede asociado al diálogo y a haber resuelto el ‘conflicto catalán’, mientras su partido le advierte que van directos al barranco. El mismo por el que Iván Redondo está dispuesto a tirarse por su presidente, según destacó esta semana. «No todos lo harán», avisan fuentes socialistas.

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