El pacto de PP y Cs en el País Vasco cambia los planes en Cataluña

Tras el aparatoso relevo de Alfonso Alonso como candidato a lehendakari y el temor a "daños enormes", el PP cambiará la negociación con Cs en Cataluña

El presidente del PP, Pablo Casado, junto al secretario general, Teodoro García Egea, en una reunión de la junta nacional

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Las negociaciones entre PP y Cs para abrir paso mediante fórceps a su coalición electoral en el País Vasco amenazan con repercutir en Cataluña. En realidad, ya lo han hecho porque tras el aparatoso relevo de Alfonso Alonso por Carlos Iturgaiz como candidato de PP+Cs en las elecciones vascas, la sensación de contrariedad entre los dirigentes populares es indisimulable.

La dirección nacional del PP, comandada por Pablo Casado, forzó un cambio de candidato en el País Vasco para sacar adelante su estratégica alianza con Cs y así vencer las resistencias de Alonso, el penúltimo sorayo del Partido Popular, el dirigente que se oponía a entregar dos diputados a la formación naranja.

Los populares son conscientes de que la ruidosa operación ha provocado un enorme desconcierto entre sus electores y temen las consecuencias.  «Los daños vascos son enormes y podrían ser peores», asumen dirigentes del PP, conscientes de que el desgarro exhibido ante la opinión pública ha sido contundente y de que todo ello podría provocar un castigo superior al previsto en las urnas el próximo 5 de abril.

Alonso, a quien se tenía por un dirigente valioso, desaparece del mapa y con él la práctica totalidad de los dirigentes afines a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. La conclusión es que la dirección nacional no ha podido integrar a todas las familias del PP para acudir a la próxima contienda electoral.

PP+Cs: del método al calendario

Así las cosas, Casado considera que ahora mismo se impone un compás de espera respecto a la futura alianza con Cs en Cataluña. Su instrucción en estos momentos es clara: hay que concentrarse en salvar la campaña en el País Vasco antes de concretar la deseada coalición en Cataluña.

Pese a la orden de congelar los contactos, la dirección nacional ya ha anticipado a los suyos que el esquema de las conversaciones con Cs debe ser distinto en Cataluña. «Ahora mismo hay que esperar, pero tanto la metodología de la negociación como el calendario han pasado a estar condicionados», admiten en el PP.

Respecto al método, hay una circunstancia que pasa a estar en cuestión y es que las negociaciones entre PP y Cs se abrieron entre dos dirigentes nacionales de los partidos (el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, y el secretario de acción institucional de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra).

A raíz de estas primeras reuniones, los comentarios se dispararon a nivel territorial, tanto en el País Vasco como en Galicia, proyectando «la descoordinación» de los dirigentes.

La dificultad añadida de PP+Cs en Cataluña

Tanto las marcas electorales que se estudiaron como el reparto de las candidaturas provocaron tensiones y no desaparecieron hasta el abrupto final de la negociación.

En Cataluña se puede añadir una nueva dificultad y es abrir la coalición de PP+Cs a otras formaciones y a entidades para reforzar la idea de una candidatura transversal y constitucionalista. Y todo ello con el sinfín de encuestas que acompaña siempre a la campaña catalana.

Unos y otros tampoco pierden de vista que Inés Arrimadas se encamina aun duelo con Paco Igea por la dirección de Ciudadanos en menos de un mes y que sin victoria de la heredera de Albert Rivera no hay nada más de que hablar. «Vamos a esperar», insisten en el PP.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp