Miriam González: “En España puedes tener a todos tus cargos más altos investigados por corrupción pero a ti te siguen soltando dinero público”
La fundadora de España Mejor vive entre Londres y Madrid mientras que compagina su activismo civil y da forma a su proyecto político
La presidenta de España Mejor, Miriam González, participa en una jornada en el Congreso de los Diputados, a 14 de noviembre de 2025, en Madrid (España). Se da en la Jornada Presentación de los resultados del Proyecto Piloto de Ciencias del Comportamiento aplicadas a las políticas públicas, de la segunda fase del proyecto Imagina de España Mejor. Marta Fernández / Europa Press 14/11/2025
Miriam González Durántez, natural de Valladolid, nos atiende en el Congreso de los Diputados al finalizar un evento de España Mejor, la organización que preside y que busca cohesionar a la sociedad civil desde hace más de dos años. Abogada internacional y especialista en derecho de la Unión Europea, habla con claridad de las dificultades a las que se enfrenta para crear un nuevo proyecto político en España. Compagina su vida entre Madrid y Londres donde reside con su marido Nick Clegg, ex viceprimer ministro británico junto a David Cameron.
PREGUNTA. Lo que me gustaría saber para empezar, es de dónde surge, con toda esta trayectoria profesional e internacional, la idea de fundar España Mejor hace más de dos años. ¿Cómo surge, cómo nace?
RESPUESTA. Surge de una cierta frustración de ver cómo los españoles en individual puntuamos más alto que los españoles cogidos en colectivo. Surge de pensar que la sociedad civil tiene un montón de talento en España, pero que de alguna manera no está organizada con suficiente fuerza y que esa interacción natural de los partidos políticos con la ciudadanía, pues que tenemos todavía mucho por avanzar por las rigideces de nuestro sistema político.
Y surge sobre todo de algo que es en positivo, de decir, pues, hay un montón de gente que queremos contribuir a las políticas públicas y que sería más fácil si hubiese muchos más canales de participación, que en el fondo creo que es algo que se ha vuelto a ver hoy en el acto que hemos hecho en el Congreso, que hay un montón de gente que quiere participar, quiere aportar. Esa interacción fluida todavía no existe. Cuanto más organizada esté la sociedad civil y haya grupos más grandes, más fácil es hacerlo.
P. Su plataforma habla de eso, de reorganizarse, de unir a la sociedad civil. ¿Cuáles considera que son los principales retrasos o problemas estructurales de la política española?
R.Creo que hay dos cosas fundamentales. Una: nuestro modelo está basado, por circunstancias históricas, en poner mucho poder en pocas manos. Tras la transición, los políticos tendrían que haber ido dando marcha atrás, pero ha habido muy pocas cosas. No solo no ocurre, sino que los políticos van tomando todavía más poder.
El Consejo General del Poder Judicial entra en los acuerdos y todos sabemos la circunstancia en España, que cada vez que llega uno se queda lo mismo en color que sea. Cambian todo, desde el de más arriba de la administración hasta el portero, casi.
Eso es un problema porque ahora es difícil interactuar con el ciudadano. Y una cosa básica es la escucha del ciudadano.
P. ¿Qué le falta para que dé el salto a la política formal, en qué momento usted dirá que ya es el momento?
R.A los políticos les encanta hacerse la foto con la sociedad civil y todo son sonrisas, pero realmente no cambian nada… Y ese es el momento en el que yo me planteo, pues si no se mueven a través de la sociedad civil, hará falta un plan más político.
Y creo que lo que ha despistado es que, como tú decías, que lo estoy haciendo en abierto. Pues quizá porque me parece que hay que hacer una especie de llamada a filas. Es decir, ¿cuántos somos?, ¿qué medios tenemos?, ¿qué se puede hacer? Y vamos a empezar a
hablar entre toda la gente que tiene esa frustración. Es el proceso en el que estoy ahora, todo lo que hace falta para crear un partido político.
Es muy difícil porque el sistema está en contra de que lo puedas hacer. Si la situación que tienen, un duopolio en el fondo, que se ha
convertido en un duobloque en la política, si esto ocurriese entre las empresas, la autoridad de competencia estaría todas horas poniéndoles multas. Porque han cerrado todas las vías para que nadie se pueda mover. ¿Cómo se mueve uno? Pues siendo disruptivo, ¿no?. En ese proceso estoy.
P. ¿Usted está diciendo abiertamente que pasaría a la acción política?
R.Estoy trabajando en poder hacerlo, pero no sé si lo voy a lograr.
P. ¿Qué barreras hay? ¿A qué complicaciones se está enfrentando?
R.Ya sé que no es muy habitual, pero me parece que el riesgo personal que yo tomo de ponerlo sobre la mesa abiertamente se compensa ampliamente con esa llamada al talento y a la gente que quiera hacer algo parecido, ¿no? Soy consciente del riesgo.
Tienes impedimentos de todo tipo en España. Tienes una barrera electoral enorme, porque la ley electoral está diseñada para que los que tienen el poder se queden en el poder. Tienes una barrera en la ley de financiación de los partidos.
Puedes tener a todos tus cuadros más altos investigados por corrupción, pero a ti te siguen soltando dinero público. Puedes estar condenado tú como partido por corrupción y te siguen soltando dinero público sin ningún tipo de condición. Pero los que quieren empezar tienes como unos límites, todos sabemos por qué lo han hecho así.
Además, tienen mucho control, tienen poder y lo ejercen realmente los dos grandes partidos, lo ejercen, a veces directamente y a veces indirectamente, a través del control reglamentario que tienen las empresas. A través de la influencia que tienen los medios de comunicación.
No te estoy contando nada que no sepa todo el mundo…, serías el único español que no lo sabe.
P. ¿Le han presionado a usted personalmente para que desista?
R. No, vamos, no creo que se atrevan.

P. En este duopolio, en un panorama donde los partidos políticos tradicionales han caído en ese descrédito por parte de la población, ¿qué le diría usted a un ciudadano escéptico que una nueva iniciativa como la suya aporta algo distinto y sostenible en el tiempo?
R. Cuando tenga una iniciativa política si la tengo, pues me dirigiré a los ciudadanos en esos términos. Yo lo que he intentado durante estos dos años y medio ha sido demostrar que hay cosas que no desde la política, sino desde la sociedad civil se pueden hacer de otra manera.
P. ¿Qué se le puede decir desde la política a todos los jóvenes desencantados con la política y que no ven algo útil o una herramienta que utilizar en ella?
R.Que hay otra forma de hacer política, que es la política de las soluciones. Está todo el país dedicado, ya no sé durante cuánto tiempo, es que no es ni de este gobierno ni de dos, es que es un montón de tiempo a un serial en el que entran en los gobiernos, se pasan tres años poniendo a su gente, después le salen los casos de escándalos y luego se pasan no sé cuántos años defendiéndose de los escándalos.
Es que hay que quitar toda la energía política de ahí, tomando medidas simples de limpieza. Es que son rutinarias en muchos otros sitios. A nosotros eso no nos pasa porque no tenemos los sistemas básicos puestos ahí. Hay que hacer eso para poder dedicar la energía política a buscar soluciones y yo entiendo la desesperación de muchos jóvenes.
P.¿Cree que la división tradicional entre izquierda y derecha perjudica?
R.Yo no entiendo esa división, o sea, me parece que se han organizado en bloques, que realmente lo ocupan todo, que les seguimos llamando izquierda y derecha, pero que no se sabe muy bien lo que es la izquierda y la derecha.
A mí me parece que en el momento en que se cruzan las ideologías ya empieza a ser muy difícil explicar quién está en lo que se entendería por izquierda, representante de la clase trabajadora, digamos, y derecha, el representante del empresario.
P.¿Con qué etiqueta ideológica se sentiría cómoda?
R.Pues mira, es que llevo toda mi vida luchando contra etiquetas, pero es que cuando ya eres una mujer de una cierta edad, pues ya te han puesto de todas. Si encima te ocurre como a mí que tenía un marido en política, que encima yo era extranjera y que yo no dejé mi trabajo, pues es que acumulo etiquetas todas ellas y las he intentado quitar.
Hay dos cosas que simplemente no quiero perder el tiempo en ellas. Una de ellas es el liberalismo, que yo me he definido, bueno yo hice un libro sobre por qué creía que hacía falta una revolución liberal en España, pero el liberalismo de la tradición de la que yo participo, que es ese liberalismo, que yo lo llamo con «l» minúscula por diferenciarlo de ese liberalismo, de todas mayúsculas que tienen algunos en España, que se quedaron en el liberalismo económico.
A mí la parte que más me interesa del liberalismo son los controles y garantías sobre el poder. Pero que es que no quiero tener que pasar mucho tiempo en eso, porque lo que me gusta es hablar de soluciones para la sociedad.
P. ¿Tiene líneas rojas en la política?
R.Pues claro que tengo líneas rojas. Toda esa parte de corrupción, de venir a aprovecharse de los ciudadanos, de venir a poner a los tuyos, pues todo eso rojas y me quedo con ganas de ponerlas eléctricas.
P.¿Qué opinión tiene de la Unión Europea?
R. Soy hiper pro-europea, todo lo que puedas imaginar, en el Brexit lo di todo, luchando contra ello. Luché mucho en su contra. Se nos definía a mi marido y a mí y a otros como los ultra-europeos en aquel momento, que a mucha honra, ¿no?.