ERC rechaza la oferta de Sánchez de un referéndum sobre el autogobierno

"No llevamos 10 años movilizándonos en la calle por más autogobierno o un nuevo estatuto", dicen en Esquerra, que vuelve a marcar distancias con Torra

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Los juegos de manos sirven básicamente, para distraer a la audiencia. Por eso son tan usuales en política. Sucede que si al ilusionista se le ve el truco, y eso también pasa mucho en política, a veces no dan ni para eso. Es lo que le ha pasado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que este lunes ha lanzado un globo sonda que Esquerra se ha encargado de pinchar apenas ha levantado el vuelo.

Sánchez, entrevistado en la cadena Ser, ha apuntado la posibilidad de que en Cataluña se celebre un referéndum. Aunque acto seguido ha matizado que versaría en torno al «autogobierno», en ningún caso sería un referéndum de autodeterminación. Sánchez mentaba así una palabra convertida en mantra por el soberanismo, confiado tal vez en sus efectos hipnóticos, pero tranquilizando a la vez al constitucionalismo.

Al cabo, la oferta no es más que una reelaboración, formulada ahora en lenguaje más cercano al manejado por el independentismo, de una oferta que el PSOE lleva haciendo desde que Sánchez llegó a la Moncloa: la de un nuevo estatuto de autonomía. El referéndum sería el que culminaría el proceso de aprobación del eventual texto estatutario.

Para el presidente, se trata de seguir apaciguando los ánimos a base de exhibir talante dialogante

Para el presidente, se trata de seguir apaciguando los ánimos a base de exhibir talante dialogante. Pero, más allá de eso, el referéndum de Sánchez sigue teniendo las patas tan cortas como el nuevo estatut. ERC se ha encargado de dejarlo claro a las pocas horas. En sus intervenciones públicas, los de Oriol Junqueras se muestran menos beligerantes que Junts per Catalunya (JpC) y el presidente catalán, Quim Torra, pero su objetivo es el mismo.

El asunto lo ha zanjado por la vía rápida la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta. «Siempre hemos defendido que la situación política en cataluña se resolverá votando. Pero no hace diez años que nos movilizamos en la calle por más autogobierno ni por un nuevo estatut», ha dicho. Acambio, le ha pedido una vez más a Sánchez que «sea valiente» y convoque una consulta, pero de autodeterminación.

ERC y JpC liman asperezas

Por lo demás, en vísperas de la  conferencia política con la que Torra quiere trazar mañana martes la línea a seguir ahora que da por cerrada la primera etapa de la legislatura, la de la «restitución de las instituciones catalanas», en sus propias palabras, también Esquerra se abona a los juegos de manos, para limar asperezas con sus socios de gobierno de JpC. 

Así, si Torra se ha descolgado este mismo lunes en TV3 insistiendo en considerar que el 47% de voto independentista en las últimas tres elecciones al Parlament configura una mayoría social suficiente para avalar la independencia, ERC evita rechazar de forma explícita la aseveración pero, cuando se la mentan, insiste en su línea de que lo que necesita el independentismo es seguir ampliando su base social. «Tenemos una mayoría parlamentaria pero queremos ser más y más fuertes», repetía Vilalta, parafraseando la ponencia política que aprobó la última conferencia nacional de los republicanos.

Movilización permanente

ERC, que este mismo lunes debate en su ejecutiva la concreción estratégica de esa ponencia política, y JpC tratan de minimizar sus discrepancias, al menos en público, y se ciñen al mínimo común denominador que les une. A saber, según la portavoz de Esquerra: la apuesta por «el diálogo y la negociación», por «retomar la política» y cerrar la vía judicial y por la «persistencia en las movilizaciones». «Cuando hemos ido juntos hemos sido más fuertes», ha insistido. 

Esa movilización permanente en la que sí hay entendimiento entre los socios de gobierno se concretan en un calendario de protestas para caldear el otoño que arrancará con la concentración de la Diada, el martes de la semana que viene, y que luego tiene que desplegarse en paralelo a la conmemoración del 1-O y los episodios inmediatamente anteriores y posteriores, y añadir tanto ruido de fondo como sea posible al juicio de la causa del procés en el Supremo, que está previsto que arranque antes de fin de año.

«Diferentes ritmos»

Pero más allá de eso, Torra sigue lanzando ultimátums al ejecutivo de Sánchez, amagando un día sí, otro no y al tercero de nuevo sí con un adelanto electoral, o con «llegar hasta el final» por la independencia. Por supuesto, sin concretar qué significa eso, ni tampoco cuáles son los «sacrificios» que una y otra vez advierte Torra que requerirá la independencia.

Y esa parte más beligerante del discurso de JpC es la que no suscriben los de Junqueras, que en un artículo en El Periódico llamaba este lunes al independentismo a rebajar la tensión y a confraternizar con el entorno de Catalunya en Comú, y admitía y criticaba «los insultos que estas personas reciben crónicamente por parte de algunos independentistas».

Pese a los intentos de escenificar unidad a 24 horas de una conferencia del president cuyo contenido dicen en Esquerra que ha sido consensuado pero del que a la vez admiten no conocer el detalle, este lunes, ha sido el propio Torra quien ha reconocido que el independentismo se mueve «a diferentes ritmos». «No sé a qué se refería con eso», le ha espetado una periodista a Vilalta, buscando su reacción. «Yo tampoco», ha replicado la portavoz. Ahora, también en eso hay dos ritmos. O dos discursos.

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