El alto cargo que sobrevive a seis presidentes de la Generalitat

Joan Delort continúa como alto cargo del departamento de Interior de la Generalitat después de servir a seis presidentes y siete consejeros

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Joan Delort acrecienta su fama de superviviente en la Generalitat. Ha sobrevivido como alto cargo del departamento de Interior a siete consejeros, a seis presidentes e, incluso, a la aplicación del artículo 155. Desde esta semana, como nuevo director del servicio de emergencias 112, está a las ordenes del consejero Miquel Buch y del presidente Quim Torra.

Empezó como guardia urbano raso del Ayuntamiento de Barcelona en 1980, en tiempos del alcalde socialista Narcís Serra, y ha acabado sirviendo como especialista en seguridad a todos los presidentes de la Generalitat desde la recuperación del autogobierno catalán: Jordi Pujol, Pasqual Maragall, José Montilla, Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra.

Ha estado a las órdenes de siete consejeros: cinco convergentes o del actual Pdecat (Xavier Pomès, Felip Puig, Jordi Jané, Joaquim Forn y Miquel Buch), una socialista (Monserrat Tura) y uno de ICV (Joan Saura). Con este último mantuvo unas tensas relaciones, pero, pese a ello, llegó a compaginar la secretaria de seguridad con la dirección general de los Mossos d’Esquadra.

Durante más de dos décadas ha servido a todos los consejeros de Interior salvo al democristiano Ramon Espadaler porque, de 2011 a 2015, fue gerente de la Guardia Urbana de Barcelona. Entonces dependía del concejal Forn, que después llegaría a consejero y que ahora está encarcelado en Estremera, y del alcalde Xavier Trias. Dimitió del cargo un día antes de que Ada Colau se proclamase alcaldesa. No ha tenido inconveniente en trabajar para convergentes, socialistas, ecosocialistas, independentistas o para los responsables del 155, pero no quiso hacerlo para Colau.

Joan Delort sigue como alto después de Pujol, el tripartito, los independentistas y el 155

En sus tiempos de agente, entre otros destinos, fue jefe de la policía municipal de Sant Feliu de Llobregat, con el alcalde Cesc Baltasar (ICV), que después sería consejero del tripartito; y también de Girona, con Joaquim Nadal (PSC), otro de los consejeros del tripartito. Cuando estaba en esta última ciudad, se sacó su única licenciatura universitaria, en Filosofía y Historia. También tiene un título en criminología, más propio de su campo profesional.

Ha dicho públicamente que, cuando se retire, escribirá sus memorias. Entonces pasará cuentas con presidentes y consejeros. Las hemerotecas dejan constancia de sus pésimas relaciones con Saura, hasta el punto de que, como director de los Mossos d’Esquadra, se opuso al código ético que el entonces consejero quería imponer a los agentes. Tampoco tuvo una relación fluida con Felip Puig, si bien llegó a trabajar con él y le mantuvo como asesor.

El nuevo consejero de Interior, Miquel Buch, lo ha sacado de director de Protección Civil para enviarlo al frente del servicio telefónico de emergencias 112. Desde que Pomès se lo llevó a la Generalitat en 1997 ha ido cambiando de cargos, aunque siempre relacionados con la seguridad. A sus 62 años, no parece que sea su último destino. Uno de sus excompañeros señala que es un caso insólito, singular, porque ha sabido mantenerse mandase quien mandase.

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