Sánchez se pone en manos de los nacionalistas para salvar a Iglesias

El PSOE rechaza la comparecencia de Pablo Iglesias que piden PP y Cs, y negocia con ERC, PNV y Bildu para tumbar la propuesta

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Los escándalos de Pablo Iglesias y Podemos han partido en dos al PSOE, que por una parte cree que sería un ejercicio de «transparencia» que el vicepresidente segundo del Gobierno dé explicaciones en sede parlamentaria y por otra parte se mueve para salvarle. El grupo socialista previsiblemente votará este martes en contra de la comparecencia que exigen el PP y Ciudadanos, y ha negociado con las fuerzas nacionalistas para asegurarse de que la propuesta sea rechazada.

La diputación permanente del Congreso de los Diputados tiene en el orden del día tomar una decisión sobre la petición conjunta de populares y naranjas, que han iniciado ya una ofensiva para presionar a Pedro Sánchez por las investigaciones a sus socios de coalición. PSOE y Unidas Podemos tienen asegurados ya sus 30 votos en contra, con los que superan los 29 «síes» de PP, Vox y Cs. Pero en la diputación hay otros nueve diputados, que finalmente decidirán qué pasa.

Este lunes, Esquerra Republicana —con tres votos en la diputación permanente, y cuya relación con el Gobierno está desgastada— confirmó que estaba estudiando la propuesta, sin adelantar si optará por una abstención o un «no», o precipitará la comparecencia de Iglesias. El PNV y EH Bildu tienen un voto cada uno en la diputación, mientras que JxCat y Más País tienen los dos miembros del Grupo Plural, y la CUP y Coalición Canaria controlan los dos votos del Grupo Mixto.

Así las cosas, Sánchez e Iglesias quedan —una vez más— a merced de los nacionalistas. Pero, cuando acabe la votación, será apenas el primer capítulo de un inicio de curso político que se antoja caliente. Los Presupuestos y la moción de censura que propondrá Vox en septiembre serán los momentos álgidos del inicio de temporada, pero el cerco judicial a Podemos no pasará desapercibido en las Cámaras y amenaza con influir de alguna forma en esas otras importantes votaciones.

En ese sentido, la propuesta que ha registrado el PP de crear una comisión de investigación no es baladí, pues a juicio de los populares retratará al verdadero PSOE. Será la Mesa del Congreso, donde se sientan tres socialistas, tres morados y tres conservadores (dos del PP y uno de Vox), la que en las próximas semanas tome una decisión al respecto. Mientras, los de Pablo Casado construyen un relato: si Sánchez veta la comisión, confirmará que hay «corrupción» en el Gobierno.

¿Qué tan «atado» está Sánchez a Iglesias?

El PP se ha propuesto poner a prueba la coherencia del presidente del Gobierno aprovechando la imputación a Podemos por su presunta ‘caja B’ y el escrito de la Fiscalía del Tribunal de Cuentas en el que se apreciaron posibles delitos contables de la formación. Y es que Casado, tirando de la hemeroteca de la moción de censura a Mariano Rajoy, ha reclamado que Sánchez sigue «su propia vara de medir con la que llegó al poder» y apoye la comisión de investigación a sus socios.

El argumento del PP es que, si no hay nada que esconder, con más motivos debe rendir explicaciones Iglesias sobre la financiación de su partido. Si Sánchez se mueve para salvar a su vicepresidente segundo, en cambio, «será responsable de un escándalo que afecta a su Gobierno», según Casado. «El PSOE tendrá que demostrar si está dispuesto a estar en el poder a cualquier precio o si está dispuesto a que se investigue lo que su socio ha hecho», ha añadido Cuca Gamarra.

Además de los discursos de socialistas y morados de cara a la moción de censura a Rajoy, los de Casado recuerdan que la comisión de investigación por la financiación del PP acabó en nada. Esa comisión la propusieron en 2017 el PSOE, Podemos y Ciudadanos, y fue apoyada por la práctica totalidad de los grupos, con la excepción del PP. Llegó a su fin en febrero 2019, por la convocatoria electoral del 28-A y por la negativa del PSOE y el PP a que compareciera Rajoy.

Por todo ello, si la exigencia de comparecencia de Iglesias no prospera, y si tampoco lo hace la propuesta de la comisión de investigación, el PP prevé que tendrá ser Sánchez quien brinde explicaciones. «Si no hace que Iglesias dé la cara en la comisión de investigación que se pide en el Congreso, desgraciadamente tendrá que dar esas explicaciones el propio presidente», ha avisado el portavoz en el Senado, Javier Maroto, que pide al Gobierno que «no mire para otro lado» y «dé la cara».

Gamarra, la nueva portavoz en el Congreso, cree que los españoles necesitan saber «hasta qué punto está atado a Pablo Iglesias» el presidente del Gobierno. La postura del PSOE respecto a esta comisión de investigación permitirá comprobar si era honesto o una «excusa» para tocar «poder» el mensaje de «regeneración» que Podemos usó para darse a conocer y que Sánchez hizo suyo durante la moción de censura a Rajoy, ha añadido.

Los ministros del PSOE, divididos

La actitud de los ministros socialistas con respecto a los escándalos de Podemos es variopinta. Por un lado, la vicepresidenta Carmen Calvo ha alzado un muro entre La Moncloa y las investigaciones judiciales al partido de Iglesias, alegando que es necesario «distinguir» la acción de Gobierno de los espacios de partido. Sin entrar a valorar el cerco a Podemos, Calvo —que tiene la máxima confianza de Sánchez— ha asegurado que estas informaciones no deben afectar al Ejecutivo.

Por otra parte, Margarita Robles y Juan Carlos Campo han liderado el sector crítico. La ministra de Defensa incluso ha insistido este lunes en señalar que la «transparencia siempre es buena», en relación a la comparecencia de Iglesias en el Congreso. «Confío plena y ciegamente en el papel de la justicia», decía la semana anterior el titular de Justicia, que reconoció que «claro que preocupa» la investigación en curso a Podemos por la supuesta ‘caja B’ denunciada por su exabogado.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp