Alerta en la seguridad privada: el convenio sigue sin acuerdo y crece la presión
Sindicatos y patronales mantienen el diálogo abierto mientras crece la presión ante la falta de avances y la posibilidad de protestas en el sector
Sindicatos y patronales mantienen el diálogo abierto mientras crece la presión ante la falta de avances y la posibilidad de protestas en el sector
La negociación del convenio colectivo de seguridad privada en España continúa siendo uno de los principales focos de tensión en el panorama laboral del país. Aunque las partes implicadas mantienen abiertas las conversaciones, el diálogo se encuentra en un punto crítico: sindicatos presionan con posibles movilizaciones si no se registran avances significativos, mientras las patronales piden más tiempo para estudiar propuestas y afinar su oferta.
Desde finales de 2025, la mesa negociadora, integrada por las organizaciones empresariales APROSER, ASECOPS y FES, y los principales sindicatos del sector como UGT, CCOO y FTSP-USO ha celebrado múltiples encuentros, según avanzaba Escudo Digital, sin que se haya alcanzado un acuerdo definitivo que satisfaga a todos los actores.
La negociación del convenio de seguridad privada no es un mero trámite. En primer lugar, regula las condiciones laborales, salariales y de jornada de decenas de miles de trabajadores que prestan servicios esenciales en aeropuertos, estaciones, centros comerciales, eventos masivos y edificios públicos y privados. Más allá de la cuantía de los sueldos, que para muchos profesionales sigue siendo insuficiente, las discusiones abordan cuestiones estructurales como la conciliación, la jornada anual, los pluses de peligrosidad o nocturnidad, y la desconexión digital.
Un desencuentro profundo entre sindicatos y patronales
El último encuentro de la mesa negociadora puso de manifiesto la profundidad del desencuentro entre las partes. Tal y como avanzaba Escudo Digital, según pudo reconstruirse a partir del acta, los sindicatos ratificaron su rechazo a la última propuesta empresarial por considerarla insuficiente ante las necesidades reales del sector.
Sindicatos como UGT fueron tajantes al comunicar que no firmarán el convenio en los términos planteados hasta el momento, aunque subrayó que esto no implica una ruptura de la negociación. Según Escudo Digital, la organización sindical presentó un documento alternativo con propuestas que buscan reforzar jurídicamente diversos aspectos de la relación laboral, incluyendo la redistribución de incrementos salariales, ajustes en pluses y mejoras en derechos de conciliación.
Por su parte, según Escudo Digital, Comisiones Obreras expresó su decepción por la falta de ambición de la propuesta empresarial y reclamó soluciones estructurales más allá del corto plazo, proponiendo herramientas como la jubilación parcial o mecanismos para rejuvenecer las plantillas.
Por otro lado, sindicatos como CIG y ELA han ido incluso más lejos, calificando la oferta como “insuficiente e inaceptable” y abogando por marcos autonómicos propios de negociación que se adapten mejor a las realidades de regiones como Galicia o el País Vasco. Tal y como destapaba Escudo Digital, algunos representantes han llegado a advertir que, si las propuestas no se revisan profundamente, las movilizaciones sindicales podrían derivar en huelgas.

La respuesta empresarial: tiempo y ajustes técnicos
Frente a estas críticas, las patronales empresariales han defendido que su propuesta sigue siendo razonable y técnicamente defendible ante el contexto económico actual. Tal y como reconocían la necesidad de avanzar a los compañeros de Escudo Digital, argumentan que muchos de los planteamientos sindicales implicarían costes inviables para el conjunto del sector y podrían poner en riesgo la competencia en licitaciones públicas, donde abunda la presión por precios bajos.
No obstante, las empresas han mostrado disposición a aceptar ciertos ajustes técnicos, como mejoras en la redacción de cláusulas sobre desconexión digital, la ampliación de pluses específicos o una mayor claridad en los plazos de entrega de cuadrantes.
El contexto más amplio: un sector con desafíos persistentes
El intenso debate en torno al convenio de seguridad privada se enmarca en un sector que arrastra problemas estructurales de años anteriores. A pesar de que en el convenio anterior (2023-2026) se establecieron incrementos salariales acumulados del 16% y cláusulas de actualización por inflación, muchos trabajadores, según recogía Europa Press, siguen señalando que sus remuneraciones están por debajo de las necesidades reales ante el aumento del coste de vida.
Además, las empresas del sector sufren una escasez de personal cualificado, un fenómeno que complica las negociaciones y genera tensiones adicionales. Los representantes empresariales señalan que atraer y retener talento es cada vez más difícil si no se alcanzan acuerdos laborales que aporten estabilidad y competitividad.
En paralelo, según destacaba Galicia Press, algunos episodios recientes de conflicto laboral, como las huelgas de vigilantes en servicios específicos o protestas en determinados ámbitos, han puesto de relieve el malestar acumulado entre profesionales que consideran que sus reivindicaciones no reciben la atención adecuada en la mesa negociadora.
Negociación o movilización
Con la próxima reunión fijada para enero, todos los ojos están puestos en si las partes serán capaces de acercar posturas o si el sector se encamina hacia una fase más intensa de movilizaciones. En un contexto en el que las demandas de mejoras salariales y derechos laborales chocan con las limitaciones empresariales y económicas, la negociación del convenio de seguridad privada se ha convertido en un termómetro de las tensiones laborales más amplias del país.
Mientras tanto, miles de profesionales del sector observan y esperan. Su futuro laboral y condiciones de trabajo dependen de un convenio que, hasta ahora, ha sido tan difícil de acordar como esencial para la estabilidad de la seguridad privada en España.