Ruanda como ejemplo de cómo normalizar los drones

El Foro Económico Mundial usa el ejemplo de Ruanda para impulsar una regulación de drones que vele por la seguridad pero también por la utilidad

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Los drones tienen múltiples usos y aplicaciones más allá de la recreación y el entretenimiento. Pero, por motivos de seguridad, la mayoría de países tiene grandes restricciones para la navegación de drones en el espacio público; por ejemplo, solo pueden transportarse dentro de la línea de visión del operador, y los operadores no pueden supervisar más de un avión a la vez.

Pero un país africano está sentando un precedente que podría alterar la regulación de los drones sin dejar en segundo plano la prioridad de la seguridad, pero al mismo tiempo poniendo en relieve los usos para los que estos vehículos aéreos no tripulados son herramientas como ninguna otra.

Se trata de Ruanda, cuyo revolucionario programa de entregas de sangre con drones le valió para asociarse con el Centro para la Cuarta Revolución Industrial del Foro Económico Mundial. Así las cosas, el Gobierno ruandés y el Foro son pioneros en la aceleración y expansión de los beneficios de las operaciones con drones con una mitigación de los riesgos.

Y los avances de Ruanda podrán servir a otros países para hacer lo mismo.

La regulación de drones en Ruanda

Todo comenzó en 2016, cuando el Gobierno de Ruanda compró una startup de drones para mejorar los repartos de sangre a las zonas remotas del país. El programa fue un éxito: los drones lograron la cobertura nacional y el desperdicio de sangre prácticamente desapareció, razón por la que el Foro Económico Mundial se acercó a las autoridades ruandesas.

Ruanda entendió rápidamente que la mejor regulación de drones tiene menos que ver con las restricciones y más con su utilidad. Es decir, la legislación del país permite a las compañías de drones usar el espacio aéreo, siempre y cuando prueben que cumplen con los requisitos de seguridad. Las empresas tienen allí acceso a permisos que no tienen en EEUU o en la UE.

La web del Foro Económico Mundial explica que cualquier dron puede acceder al espacio aéreo ruandés en función de la misión. «El gobierno especifica el estándar de seguridad de la misión, y los operadores de aviones no tripulados especifican cómo lo van a cumplir. Esta regulación es ágil y permite al gobierno mantenerse al día con el rápido desarrollo de la tecnología», dice.

La regulación de Ruanda ahorra tiempo a las empresas y aumenta la capacidad de soluciones de los drones para sus habitantes. Y su ejemplo sienta un precedente tan importante que el Foro le utilizará como ejemplo en su kit para operaciones avanzadas de drones, que será presentado en su reunión anual de 2019, de manera que otros países aprenderán de su caso y probablemente aplicarán la misma lógica en el futuro.

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