Hallan cámaras espía en habitaciones de hotel y viviendas de Airbnb

Una web cobraba 50 dólares para acceder a retransmisiones de vídeo en directo procedente de cámaras espías escondidas en decenas de habitaciones de hotel

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Por 50 dólares al mes algunas personas en Corea del Sur podían acceder a una web que les daba acceso a una serie de vídeos en directo, algo normal en una internet en la que todo vale. Pero lo que no se sabía hasta ahora es que los protagonistas de los vídeos ignoraban que alguien les estaba espiando.

La policía nacional de Corea del Sur ha encontrado cámaras espía instalsadas en un total de 42 habitaciones de 30 hoteles repartidos por 10 ciudades. Según CNN por esas habitaciones han pasado cerca de 1.600 huéspedes cuya intimidad ha quedado gravemente violada.

Por ahora se ha detenido a dos personas, una pareja identificada como autora de la instalación de las cámaras. Estas cámaras se conectaban a la red wifi del establecimiento y emitían vídeo en directo a través de una página web porno de pago.

Las cámaras se escondían en receptores de televisión, enchufes de pared o en accesorios para sujetar los secadores de pelo del baño.

Según la policía surcoreana los responsables de los hoteles no sabían nada y se ha descartado que colaborasen en su instalación. En cambio se trata de una red que colocaba estas cámaras para después cobrar hasta 50 dólares a cualquiera que estuviese dispuestos a pagarlos para espiar a desconocidos.

La web tiene más de 4.000 personas registradas y de ellas al menos 100 eran suscriptores de este servicio que viola la intimidad que se espera de una habitación de hotel.

Corea del Sur tiene un grave problema con el espionaje sobre todo de mujeres en lugares públicos, baños incluidos. La situación es tan grave que durante 2017 se realizaron varias protestas multitudinarias de mujeres demandando el cese de estas prácticas.

También se han encontrado cámaras espía en viviendas de alquiler

El caso de los hoteles de Corea del Sur recuerda mucho al de Airbnb que lleva pasando desde hace varios años: algunos caseros han estado instalando cámaras de seguridad escondidas en elementos normales, como relojes de mesa o cuadros, para espiar a sus huéspedes.

Si bien es cierto que existen clientes de Airbnb que destrozan pisos o habitaciones de sus dueños, en ningún momento está permitido por la empresa o por las leyes de derecho a la privacidad la instalación de cámaras espía.

Ya sea por seguridad o porque los dueños quieren espiar a sus clientes se trata de una práctica ilegal que Airbnb empezó a investigar durante septiembre del año pasado.

El problema es que detectar estas cámaras es complicado, ya que se puede comprar productos con cámaras espía de todo tipo. Tan solo hay que buscar en tiendas online para darse cuenta de la enorme oferta que existe.

Expertos en seguridad recomiendan que, al entrar en una vivienda en alquier e incluso en una habitación de hotel, se busquen cámaras en rincones de difícil acceso que estén dirigidos hacia zonas como la cama o el baño. Sobre todo deben buscarse indicios como pequeños agujeros, que es donde suelen esconderse las cámaras.

Si se encuentra alguna de estas cámaras es importante documentarlo con fotografías o vídeos y si es posible desconectarlas y avisar a la gerencia del hotel, o bien directamente a las plataformas como Airbnb… mientras se busca otro lugar para alojarse.

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