¿Internet sin límites? De arma democratizadora a represiva

Irán bloquea el internet en medio de intensas protestas, siguiendo el ejemplo de Pakistán e India, mientras Rusia ensaya las desconexiones "a la carta"

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Hace dos décadas la revista Computerworld publicaba un artículo llamado «Internet, herramienta democratizadora» en la que se hacía eco de las conferencias de un congreso celebrado en España bajo el nombre «La sociedad de la información para todos». Vinton Cerf, uno de los inventores de un protocolo esencial de la comunicación virtual, advirtió en aquella actividad de que internet no sería para todos «mientras la legislación de los países obstaculice las libertades que proporciona la red».

Los desarrollos de la primera década del siglo XXI dieron la sensación de que internet verdaderamente se convertiría en la mayor herramienta democratizadora del mundo moderno. Según datos del Banco Mundial, en 1999 menos del 5% de la población mundial tenía acceso a internet; 20 años después más de la mitad de la humanidad puede navegar la web. En el camino hasta este punto diversos movimientos sociales y políticos han cogido fuerza gracias a la ciberesfera, en todas partes del mundo.

Pero en el salto que supuso convertir internet de un lujo de unos pocos a un instrumento democratizador de información y libertad ha mediado también la apuesta de algunos regímenes para transformarle más bien en un arma de represión. Los ejemplos se acumulan; el más reciente es Irán, que este fin de semana bloqueó el acceso a la web de forma casi total a su ciudadanía en el contexto de una serie de protestas por el encarecimiento de la gasolina, que ahora costará al menos un 50% más.

Irán corta el acceso a internet

La ONG Netblocks informó el pasado sábado de que Irán había cortado el acceso a internet hasta en un 95% de las conexiones. Los datos móviles de los principales operadores tampoco funcionaban, de forma que el principal método de comunicación era telefónico, medio presuntamente monitorizado por el Gobierno. En las redes sociales, las pocas publicaciones iraníes del fin de semana eran sobre las protestas y en lo absoluto críticas del Estado, además de varios tuits de miembros del Ejecutivo.

En la calle, violencia. Las manifestaciones contra el alza en el precio de la gasolina —entre otros asuntos que han enfadado a parte de la población— acabaron en cortes de carreteras y enfrentamientos con la policía. Al menos 12 personas murieron en las protestas, informó The New York Times. «El bloqueo de internet es el más severo que hemos visto en cualquier país en términos de su complejidad técnica y amplitud», explicó Netblocks en su informe, también recogido por el diario estadounidense.

Whatsapp e Instagram, dos de las apps más usadas en Irán, también fueron bloqueadas. Una iraní entrevistada por el Times explicó que sin acceso a Whatsapp no podría enterarse del momento y lugar de las protestas. Un taxista explicó que, cuando intentó conectarse a internet desde su móvil, un mensaje grabado le informó de que, por una decisión del Comité de Seguridad Nacional, se había cortado la conexión a la web. Fuentes oficiales no negaron ni confirmaron estas informaciones.

Activistas iraníes pidieron asistencia a EEUU para encontrar una forma de proveer de acceso a internet a los ciudadanos. Una de ellas afirmó que los líderes políticos del país «no han logrado contrarrestar con éxito el libre pensamiento con ideología, por lo que la única herramienta a su disposición es la violencia». Otros críticos aseguran que el objetivo del bloqueo es dificultar la organización de protestas y evitar que la comunidad internacional vea con detalle lo que sucede.

Otras guerras contra internet

Irán no es el único país que ha empezado a convertir internet en un arma represiva. «Reprimir el acceso a Internet como una forma de tratar de contener no solo la comunicación de los manifestantes entre sí, sino también con el mundo exterior, no es un movimiento sin precedentes. Es parte de cómo los regímenes no democráticos controlan a su gente y sus situaciones. De manera alarmante, su uso parece estar creciendo», ha explicado el digital especializado en tecnología Techcrunch.

Otros ejemplos incluyen Pakistán, India, China y Rusia. Las autoridades rusas aprobaron en mayo pasado la ley de «desconexión» de internet, que les avala a cortar el acceso a la web en caso de ciberataque… o cuando lo consideren oportuno. Rusia está tan comprometida con controlar el acceso a internet que próximamente comenzará a ejecutar una serie de ensayos para garantizar que los bloqueos funcionan debidamente. Pakistán e India también han reaccionado a protestas bloqueando internet en algunas regiones.

Todo ello sin mencionar a China, pionera de la censura en línea y probablemente el régimen de menor libertad digital. Si con los vetos a Google y las redes sociales no bastaba, en el marco de las protestas en Hong Kong también parece que se ha bloqueado la app de mensajería Telegram, utilizada por los manifestantes para coordinarse.

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