El barrio en el que querrás vivir si te apasionan los Lego

Hay quien visita un parque temático de Lego, quien se pierde en su museo -diseñado por el estudio de Bjarke Ingels como un homenaje a las piezas de construcción más famosas del mundo- y quien, directamente, vive en un barrio que parece haber salido de la imaginación de un niño. Es el caso de Comfort Town, un complejo residencial en Kiev con 180 edificios, tiendas, parques o gimnasios inspirados en los míticos bloques de colores.

Cuando uno se aproxima al aeropuerto de Aeropuerto Internacional de Borýspil, a 29 km al este de Kiev, es fácil distinguirlo. Frente a la arquitectura soviética de bloques uniformes de tonos grisáceos, Comfort Town aparece como una explosión de color.

Todas las tonalidades del arcoíris se despliegan ante nuestros ojos en una extensión de 40 hectáreas y 180 edificios armoniosamente colocados como bloques de construcción infantiles en lo que supone “una respuesta lúdica a las viviendas creadas en la era comunista de los años cincuenta y sesenta que pueden verse a su alrededor”, explican desde el estudio de arquitectura Archimatika, responsable del proyecto.

La ciudad-Lego

Los 700.000 m2 del complejo funcionan como “una ciudad dentro de la ciudad”; esto es, con todo lo necesario para la vida diaria, desde tiendas y restaurantes hasta escuelas y gimnasios.

Es “un pequeño trozo de Europa en Kiev”, anuncia la promotora de las viviendas. De hecho, la mayor parte de sus 8.500 apartamentos acogen ya a familias jóvenes de profesionales urbanos que se sienten culturalmente más próximos a Europa que a la herencia soviética del país.

Los 700.000 m2 del complejo funcionan como una ciudad dentro de la ciudad, con tiendas, restaurante, oficinas, escuelas o gimnasios

Se tardaron 11 años en completar el barrio, el primero en Ucrania basado en el desarrollo de bloques en lugar de los microdistritos soviéticos habituales antes del colapso de la URSS.

De baja altura (se mueven entre los 2 y los 16 pisos), los edificios tienen un diseño minimalista, inspirados en formas geométricas y con fachadas planas. Así, aunque renuncian a balcones o elementos decorativos, permitieron optimizar costes y ajustar así el precio en un contexto de crisis global –el desarrollo se extendió entre 2009 y 2020-.

Cuando solución está en el color

El desafío del estudio al afrontar este proyecto, explican desde Archimatika, pasaba por transformar una antigua zona industrial en un barrio agradable de viviendas, con precios ajustados y optimizado “tanto en cuanto al coste de construcción como de la tecnología”.

Para ello se optó por el diseño de secciones estándar repetidas que, gracias a la apuesta por el color y al diseño minimalista y sobrio, resulta cómodo y no aburrido. Los balcones franceses y las ventanas, además de los tejados a dos aguas a diferentes alturas rompen, junto a la paleta de color que alterna tonos pasteles y brillantes, cualquier posible monotonía.

Entre los edificios se generan generosos patios reservados a los peatones que permiten el desarrollo de zonas libres de coche para el disfrute de los residentes.

El juego de alturas, los tejados a dos aguas y, sobre todo, la vibrante paleta de color rompe cualquier posible monotonía

Además, se preservaron espacios verdes tras la demolición de antiguas infraestructuras industriales a los que se incorporaron árboles, esculturas o fuentes.

El barrio del confort

El objetivo se cumplió y Comfort Town ofrece precisamente lo que promete, un barrio confortable y agradable para los residentes, con zonas ajardinadas e infraestructuras que incluyen guardería, escuela primaria y secundaria, un área comercial de 4.500 m2, un gimnasio con tres piscinas y una zona de 1,5 hectáreas con pistas deportivas al aire libre.

También cuenta con cafeterías, tiendas y oficinas en las secciones inferiores de los edificios, así como servicios de mantenimiento propios y tres garajes con 1.000 plazas de estacionamiento (los planes de expansión incluyen otras 1.500 plazas más).