Cómo lograr las mejores fotos de platos y chefs
Andreina Contreras describe cómo convertirse en un fotógrafo especializado en la gastronomía, desde cómo preparar el equipo hasta las tácticas para promocionar el trabajo
No, tener el último modelo de móvil no te hace mejor fotógrafo, como tampoco tener un arsenal de lentes, luces, accesorios y la cámara full frame de última tecnología.
Para ser fotógrafo, sea de gastronomía, deportes, espectáculos o de lo que sea, hay que contar con equipos adecuados, vale, pero no es lo único.
Se requiere paciencia, vocación de aprendizaje, humildad, una pizca de creatividad, tolerancia ante los fallos y fracasos, y tener ganas de contar una historia. O varias.
Esas son algunas de las recetas que aporta la fotógrafa venezolana Andreina Contreras, radicada en Andalucía y autora del libro Crea fotografías gastronómicas y de restauración (FotoRuta).
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Deja el móvil, prueba con una cámara
Atención: este libro no es para el postureo en Instagram de comidas. De hecho, advierte que “hay fotografías que jamás podremos hacer con un móvil de una forma tan perfecta como las hacemos con cámaras profesionales o semi profesionales”, apunta.
“Hay fotografías que jamás podremos hacer con un móvil de una forma tan perfecta como las hacemos con cámaras profesionales”.
Andreina Contreras
Es que no es cuestión de megapíxeles, sino de otros factores como el tamaño del sensor, el rango dinámico, el ISO, etcétera.
La idea de Contreras es aportar técnicas, consejos y sugerencias para quien quiera hacer carrera en la fotografía gastronómica, ya sea como aficionado o bien como profesional.
Generar sensaciones
Un punto clave, recuerda, es que la gastronomía se trata “de generar sensaciones”, como el recuerdo del sabor de un plato o una copa.
Para ello, dice, se requiere de unos manejos de la luz y la composición diferentes, así como la búsqueda de texturas y estéticas que despierten los deseos.
Contreras repasa los equipos recomendados y tipos de cámaras y lentes, aunque puntualiza que lo mejor es “ser creativo con lo que se tiene” y no dar el salto a nuevos accesorios a menos que sea necesario.
Aprender a equivocarse
Tras repasar los tipos de iluminación y sus cualidades, repasa los aspectos básicos de las cámaras, en la que insta salir de la “zona de confort” de disparar en automático y aprender a equivocarse en el modo manual.
La fotografía gastronómica no es solo retratar platos, ya sea con fines publicitarios o de reportajes, sino también los ambientes y las personas que están detrás del proceso de una comida, desde el agricultor al cocinero; y en diferentes formatos que van desde un retrato hasta un documental o un bodegón.
La autora da mucha importancia a la faceta humana de la gastronomía. “Es un homenaje y reverencia a quien se esfuerzan, día a día, por alimentarnos, servirnos o simplemente complacer nuestro paladar”, dice.
Desarrollar la creatividad
Se puede nacer con algo de creatividad, pero no alcanza: hay que practicarla, y para ello Contreras describe los pasos para lograr las mejores tomas, desde la importancia de buscar los ángulos al desarrollo de un estilo propio.
También aporta técnicas que van desde las reglas básicas de la composición hasta los trucos para lograr que los platos se vean tentadores; como recurrir a la crema de afeitar para simular que es crema chantilly si es necesario.
Paciencia ante la edición
El trabajo de un fotógrafo no termina cuando finaliza la sesión. Más bien está a mitad de camino, cuenta, porque la edición es tan importante como las horas disparando la cámara.
“La edición, al igual que el shooting, necesita calma y concentración”.
Andreina Contreras
Un truco: “haz de tu momento de edición algo agradable: disfrútalo, relájate y ten serenidad para lo que demanda el proceso de selección. La edición, al igual que el shooting, necesita calma y concentración”, dice.
Como el trabajo de edición requiere tener un ojo entrenado, tal como el caso del oído para afinar un instrumento. Por ello no dice cuál es la mejor forma porque no hay recetas mágicas: todo es cuestión de práctica. Pero sí recuerda la importancia de calibrar la pantalla, la clave del recorte y detalles como las necesidades de mantener los colores reales, con un breve repaso de programas recomendados.
Cómo vender el trabajo
Más allá de las técnicas, hay un mundo que muchas veces los fotógrafos asumen a regañadientes, pero quien pretenda vivir de esta profesión tiene que tener claro cómo quiere vender su trabajo, de qué forma se puede promocionar (Contreras pasó de golpear puertas de restaurantes y repartir flyers a subir sus portfolios en Internet) y los pasos para crear una marca personal.
A lo largo del libro la autora presenta abundantes ejemplos con imágenes de su autoría, todas con los detalles técnicos de la fotografía, con didácticas secuencias que permiten comparar ángulos o luces; o las que explican el paso a paso hasta la foto elegida.
Quizás no todos los lectores quieran hacer carrera en el mundo de la fotografía gastronómica. Pero sus consejos sirven para otros campos, incluso para los que solo aspiren a sacar fotos para subir a sus redes sociales.