5 paradores con chimenea para refugiarse del frío
¿Quieres una escapada de lujo y confort? Estos son los paradores ideales para alojarse en invierno, ¡anota!

Una chimenea en el Parador de las Cañadas del Teide. Foto: Paradores
El invierno no tiene por qué ser sinónimo de quedarse en casa. Al contrario, es la época perfecta para disfrutar de escapadas acogedoras, donde el frío exterior se convierte en el complemento ideal para refugiarse junto a una chimenea y disfrutar de paisajes, gastronomía y tranquilidad. Aquí te presentamos cinco paradores en España que combinan historia, naturaleza y el calor de un buen fuego para que tu invierno sea inolvidable.
Parador de las Cañadas del Teide: una experiencia volcánica bajo la nieve
Ubicado a más de 2.000 metros de altitud, en pleno Parque Nacional del Teide, el Parador de las Cañadas del Teide ofrece una experiencia invernal única. Durante los meses fríos, el entorno volcánico se cubre con un manto de nieve, creando un espectáculo visual impresionante. Desde las ventanas del Parador se pueden admirar las vistas al majestuoso Teide, el pico más alto de España, y su paisaje lunar.
Dentro, la chimenea del salón principal se convierte en el punto de encuentro perfecto tras un día explorando el parque. Los huéspedes también pueden disfrutar de la piscina climatizada y la sauna, ideal para relajarse mientras contemplan el entorno nevado. La gastronomía del lugar destaca con platos típicos canarios, como el conejo en salmorejo o las papas arrugadas con mojo, perfectos para entrar en calor.
Parador de Ávila: historia y calidez tras las murallas
En el corazón de la ciudad amurallada de Ávila, el Parador de Ávila ocupa el Palacio de Piedras Albas, un edificio renacentista del siglo XVI que combina historia y confort. Adosado a las impresionantes murallas medievales, este parador es un lugar perfecto para sentirse transportado a otra época.
El interior cuenta con acogedores salones donde la chimenea siempre está encendida en invierno, invitando a los huéspedes a relajarse tras un paseo por el casco histórico de la ciudad. Los jardines del parador, repletos de piezas arqueológicas, ofrecen un ambiente tranquilo incluso en los días más fríos. La experiencia gastronómica no se queda atrás, con especialidades locales como las patatas revolconas con torreznos y la ternera Avileña Negra Ibérica, además de las dulces yemas de Santa Teresa.
Parador de Cangas de Onís: tradición asturiana en un entorno natural único
En el pintoresco entorno de los Picos de Europa, el Parador de Cangas de Onís está ubicado en el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva, que data de más de 1.200 años. El claustro central y la biblioteca del parador son espacios ideales para disfrutar de la tranquilidad mientras se escucha el crepitar de la chimenea.
La iglesia románica anexa añade un toque histórico único al alojamiento, con detalles arquitectónicos que cuentan la historia de la región. La gastronomía es otro de los grandes atractivos, con platos asturianos como la fabada, el pote asturiano y el arroz con leche caramelizado. Después de una jornada explorando la naturaleza, no hay mejor manera de terminar el día que con una buena cena y el calor de este parador.
Parador de Segovia: vistas espectaculares junto al fuego
Con vistas panorámicas al acueducto romano y al Alcázar de Segovia, el Parador de Segovia combina lo mejor del paisaje urbano e invernal. El salón principal cuenta con una gran chimenea donde los huéspedes pueden disfrutar de un ambiente cálido y relajado mientras contemplan la ciudad iluminada.
El restaurante del parador es un homenaje a la cocina tradicional segoviana, con delicias como el cochinillo asado, el cordero lechal y los judiones de La Granja. Además, los postres locales, como el ponche segoviano o el mazapán, son el broche de oro perfecto para cualquier comida. La piscina climatizada y la colección de arte en el vestíbulo completan una experiencia inolvidable.
Parador de Mérida: el calor del pasado en la antigua Augusta Emerita
En el centro histórico de Mérida, el Parador de Mérida ocupa un antiguo convento barroco del siglo XVIII lleno de historia y encanto. Los vestigios romanos integrados en el edificio, como columnas en el claustro y detalles en el salón con chimenea, hacen de este lugar una joya única.
El ambiente tranquilo es ideal para descansar después de recorrer los numerosos tesoros arqueológicos de la ciudad, como el teatro romano y el puente sobre el Guadiana. La cocina extremeña brilla en el restaurante del parador, con platos como la caldereta de cordero o el solomillo de cerdo ibérico. Nada mejor que terminar el día saboreando estas delicias junto al calor del fuego.
Un invierno para recordar
Estos cinco paradores ofrecen mucho más que alojamiento; son un refugio donde el frío se convierte en una oportunidad para disfrutar de la historia, la naturaleza y la gastronomía. Si buscas una escapada para desconectar y recargar energías, cualquiera de estos paradores de España será la elección perfecta este invierno.