Cinco jardines botánicos para desconectar cerca de Barcelona

Cuando se trata de reencontrarse con la naturaleza los residentes de Barcelona y alrededores suelen escaparse a la Sierra de Collserola o Montjuïc, donde se encuentra el Jardín Botánico de la ciudad.

Pero hay otros jardines similares en las comarcas cercanas a la capital catalana, que justifican una escapada de una jornada.

Además, cabe recordar que uno de los primeros jardines botánicos de Europa y el pionero en España fue el fundado por Jaume Salvador i Pedró.

Conocido como La Lusitana, abrió en 1723 en Sant Joan Despí. Su colección pasó al Instituto Botánico de Barcelona y la antigua masía actualmente es un restaurante.

Mas Joan

Del otro lado del Montseny, en la localidad de Espinelves (a una hora de Barcelona), está un parque que cuenta con los árboles más grandes de Cataluña.

Se trata de Mas Joan, un arboreto que se visita en un circuito de 45 minutos, donde hay ejemplares de árboles plantados entre 1860 y 1953 por el naturalista y botánico Marià Masferrer Rierola.

Entre las especies estrella están las secuoyas gigantes de California, que pueden llegar a los 100 metros de altura y con un diámetro de 11 metros.

Otras especies que se encuentran en este parque privado (la entrada cuesta 5 euros) está el abeto de Masjoan (especie desarrollada en este lugar), cedros del blanco, del Himalaya y del Líbano; pinos rojos, de Oregón y de Monterrey; entre otros.

Arboreto de Montseny

Según las sugerencias de la Diputació de Barcelona, uno de los sitios recomendados es el Arboreto de Montseny.

Este espacio se encuentra al pie de este macizo, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.

El primer jardín botánico de España fue el abierto por Jaume Salvador i Pedró en Sant Joan Despí en 1723

Este pulmón verde cuenta con 80 especies de árboles, una recopilación de las variedades que se despliegan en las faldas del Montseny, y que también se replica en otras regiones del Mediterráneo y del centro de Europa.

La visita se puede combinar con un paseo por el pueblo de Santa María de Palautordera, donde se puede conocer su iglesia gótica y numerosos edificios modernistas.

Molí de Foix

En la comarca de Alt Penedès, tierra de fama mundial por sus vinos y cavas, está el Jardín Botánico de Molí de Foix, cerca del pueblo de Santa Margarida i els Monjos.

Se trata de un circuito que condensa las especies que tapizan los bosques cercanos, como el almendro, el espino blanco, la lavanda, el olivo, el saúco o el boj.

Y por supuesto que hay numerosos ejemplares de viñas, de las variedades cabernet, moscatel, parellada, garnacha, moscatel y macabeu, entre muchas otras.

Jardín botánico de Gavà

El Baix Llobregat presenta una gran diversidad de ambientes en su geografía, con sectores de vegetación costera, ribereña, agrícola y boscosa.

La vegetación ribereña, costera, de montaña y agrícola que presenta el Baix Llobregat se puede conocer en el jardín botánico del Museo de Gavà

Este amplio catálogo de especies se sintetiza en el jardín del Museo de Gavà, un predio de 800 metros cuadrados que rodea a la Torre Lluc.

Esta es una antigua casa señorial de estilo neoclásico que cuenta con una interesante exposición permanente sobre la historia de la comarca, desde la prehistoria a la actualidad.

Arboreto de Cataluña

En el centro de Cabrils, una pequeña localidad del interior del Maresme en medio del la Serralada del Litoral, se encuentra el Arboreto de Cataluña; un espacio verde que ha pasado a ser un santuario para la conservación de especies vegetales.

El Arboreto de Cataluña cuenta con un roble de 450 años que se eleva hasta los 30 metros

Cuenta con 40.000 metros cuadrados donde se despliegan 200 especies, prácticamente la totalidad que se puede encontrar en las zonas baja, media y alta de las montañas; así como en los bosques de ribera.

De los 120 tipos de árboles que existen en Cataluña, unos 90 están en este arboreto.

Abierto el primer domingo de cada mes, en el lugar se ven encinas centenarias, siete especies de robles (uno de ellos, de 450 años con 30 metro de alto), ejemplares de alta montaña como el abeto, el pino negro o la haya; o especies ribereñas como el olmo, el sauce o el abedul.

Estos últimos se encuentran junto a tres cascadas que imitan el ambiente fluvial, que alimentan dos balsas de agua donde viven varias especies de anfibios.