León: cinco valles ideales para unas escapadas de senderismo

Estas cinco reservas de la biósfera de la Cantábrica Leonesa invitan a los caminantes a explorar rincones naturales únicos como cuevas, bosques y cañones que guardan sorpresas históricas

Pueblo cercano a Valporquero. Foto Marta Arias López – CC

Ojo al dato: la provincia española con mayor cantidad de Reservas de la Biosfera es León, y de las siete zonas protegidas que tiene, unas cinco se encuentran en la franja norte, donde está la Cantabria Leonesa.

Quizás estos días sean un poco duros para organizar salidas de senderismo, pero la clave está en realizar trayectos breves, de tres o cuatro horas, a primera hora de la mañana; y tras un largo descanso con siesta incluida, volver a salir cuando las temperaturas bajan y seguir adelante hasta que caiga el sol.

Así se pueden organizar salidas en torno a las Reservas de la Biosfera de Alto Bernesga, Omaña y Luna, Los Argüellos y Laciana, donde la naturaleza de sierras, cuevas y bosques se despliegan en su esplendor, indican en Turismo de León.

Entre estos atractivos están las cavernas de Llamazares y Valporquero, las abundantes concentraciones de abedules de Omaña, las hoces de Valdeteja y Vegacervera, el sabinar de Mirantes de Luna, el interesante conjunto histórico de Riolago de Babia o el centro de interpretación del urogallo, una de las aves más importantes de la región.

Los Argüellos

El lento trabajo de erosión de los ríos Torío y Curueño ha creado algunas de las hoces más impactantes de la provincia, como la de Vegacervera y Valdeteja, y también ha excavado el interior de la tierra como se comprueba en la cueva de Valporquero, donde las estalactitas y estalagmitas han creado salas de arquitectura pétrea como Hadas o La gran rotonda.

Hoces de Vegacervera. Foto Turismo de León

En la cueva de Valporquero se descubre la vocación de artista de la naturaleza, con las surrealistas formas de las estalactitas y estalagmitas

También cabe destacar la Cueva de Llamazares, que se puede explorar en su interior en un camino de 700 metros.

En tanto la ruta senderista que va desde Matallana de Torío a Vegacervera cruza el macizo rocoso y permite llegar a los puertos de la cordillera cantábrica como el de Vegada.

Alto Bernesga

Estos valles de la montaña leonesa central, con bosques de hayas y encinas, es atravesado por el río Bernesga; en una comarca tradicionalmente ganadera que tuvo una importante historia de explotación minera.

Aquí se pueden hacer dos rutas: una más sencilla, de cinco kilómetros, hasta el Faedo, donde se puede descubrir una monumental haya de 500 años en un sitio plagado de leyendas y mitos; y otro tramo de 1,5 km que atraviesa el desfiladero de las Hoces del Villar, que requiere una dosis de ejercicio físico extra.

Un buitre vigila el Valle de Arbas, en la reserva de Alto Bernesga . Foto Turismo de Castilla y León

Otra alternativa es realizar una ruta circular hasta el pueblo de Villar del Puerto, que entre desfiladeros permite seguir el camino de los mineros a las explotaciones de Ciñera, donde hay que estar dispuestos a andar unos 11 km.

Los amantes de la historia pueden seguir la ruta del Pico Fontañán, que en su cima guarda restos de trincheras y un búnker de la Guerra Civil.

Un hito a tener en cuenta es la Colegiata de Santa María de Arbas de Puerto, uno de los mejores ejemplos del románico en León, que está a la vera del Camino del Salvador, que une León con Oviedo.

Babia

En esta reserva de la biosfera, que comprende los municipios de Cabrillanes y San Emilio y que es la cuna de los ríos Luna y Sil, se encuentra el macizo de Ubiña, una de las cotas calcáreas de la Cantábrica Leonesa más grande.

La expresión de estar en babia se entiende cuando uno desconecta del mundo ante la belleza de estos valles

Laguna de La Mata, en La Vega de los Viejos. Foto Turismo de Castilla y León

El llamativo Conjunto Histórico-Artístico de Riolago de Babia es todo un viaje en el tiempo con sus casas blasonadas con sus escudos de armas, los palacios y con las casas tradicionales levantadas en piedra.

Si uno dice que está en Babia cuando está distraído, con la desconexión que se tiene en estas comarcas se entiende la sensación.

Omaña y Luna

Estas son tierras de transición, entre las cumbres de la Cordillera Cantábrica de influencia atlántica y los páramos meridionales, de carácter mediterráneo.

En estos valles se encuentran grandes masas de árboles, como sabinas o abedules y especies en peligro de extinción como el oso pardo y el urogallo.

Un caudaloso arroyo en la reserva de los valles de Omaña y Luna. Foto Turismo de Castilla y León

En la Ruta de la Magdalena a Las Omañas se puede caminar por uno de los paisajes más bonitos del noroeste de León, con lugares como Riello, El Castillo y la ermita de Pandorado.

También se puede hacer el camino circular por los abedulares de Muria de Paredes, uno de los más grandes de la Península, mientras que al hacer la Ruta de los Barrios de Luna a Riolago de Babia se llega al sabinar de Mirantes de Luna, hogar de una formación boscosa que debería ser propia de otras latitudes.

Laciana

Este es el más occidental de los valles cantábricos leoneses, un territorio cruzado por el río Sil que corre raudamente hasta El Bierzo.

Para conocer en profundidad esta cuenca carbonífera se sugiere realizar la ruta de Villablino a La Cuneta.

El Valle de Laciana en su esplendor. Foto Turismo de Castilla y León

En tanto en el Centro de Interpretación del Urogallo, en el pueblo de Caboalles de Arriba, se puede conocer cómo se protege a esta ave que está en peligro de extinción.

Pero no es la única ave de este valle: aquí también hay cárabos, lechuzas, carboneros, águilas, cigüeñas y garzas.

En estos valle se puede conocer cómo se protege al urogallo, ave de gran valor patrimonial que está en peligro de extinción

En este valle también se encuentran castros romanos, ermitas medievales, tejos milenarios, molinos y chozos, así como la arquitectura tradicional de las cabanas levantadas en las brañas, zonas altas de pastoreo.

La vida agrícola también se puede conocer en la Lechería La Popular, que en su museo aún conserva su centenaria maquinaria original.

a.
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