5 miradores y 5 vinos para disfrutar de Lisboa

Estos vinos se pueden beber en todas partes, pero alcanzan dimensiones íntimamente lisboetas en estos 5 hermosos miradores de la capital portuguesa

Lisboa desde un mirador

Lisboa en 5 vinos y 5 miradores. Foto: Soop Kim | Unsplash.

Ciudad encantadora, bella, luminosa, trepidante y al mismo tiempo insólitamente tranquila. Tras su monumental fachada a un Tajo Atlántico que aún no acaba de ser, Lisboa regala siempre a través de sus mosaicos, azulejos y empedrados un aire decadente que lo envuelve todo.

Una nostalgia junto a la que emanan, de su persistente bacalhau, aromas que son marca de la casa tanto como la lírica de los fados, ese ADN de una ciudad que abraza la tristeza con alegría a veces, pero que acaba convirtiendo en su razón de ser esa acústica que surge del trío del alma portuguesa encarnada en la fusión intimista de la voz humana, de la viola (guitarra española) y de la guitarra portuguesa, que la convierten en su razón de ser.

Para mostrar otra cara de Lisboa, vamos a recomendar cinco vinos que se pueden beber en todas partes pero que van a alcanzar unas dimensiones íntimamente lisboetas cuando son consumidos en cinco de las muchas alturas de las que presume la capital lusitana.

Miradores de Lisboa
Miradores de Lisboa. Inforgrafía: Jordi Català.

1. Mirador de Santa Lucía

Empezamos por Santa Lucía, el más famoso y siempre animado por artistas y viajeros de los miradores de Lisboa. Aquí se nos muestra, entre pérgolas, buganvillas, hojas de parra y música en vivo, toda la ciudad.

Desde Santa Lucía se disfruta de una espléndida panorámica del Tajo, e incluso de los techos de la Praça Do Comerço. Surgen las iglesias de San Miguel y de San Esteban a un lado, y en el otro el Panteón Nacional y ese barrio mítico que se desparrama como una Lisboa dentro de otra: la Alfama, con esa personalidad única que le dan sus tejados naranjas.

La Alfama, Lisboa
Vista clásica de la Alfama desde Santa Lucía. Foto: Pxhere.

En cuanto a la ruta vinícola, comenzaremos con un blanco. Los vinos blancos suponen más de un 34% de la producción portuguesa, con gran diversidad de perfiles a través de características varietales como la madreselva, la mineralidad de la alvarinho o los aromas de membrillo y volumen en boca de la uva encruzado. El denominador común es la excelente acidez atlántica que se traduce en vinos muy frescos.

Empezamos por la popular D.O. Vinhos Verdes y una uva muy conocida por los gallegos, la alvarinho, con un monovarietal de la marca Soalheiro Primeira Vinhas, que resulta aromático, frutal, elegante, con cuerpo, fresco y complejo.

2.Mirador de Portas do Sol

Muy cerca de Santa Lucía y con vistas muy similares se levanta el mirador de Portas do Sol, uno de los más impresionantes de la capital lisboeta, ubicado junto a la Iglesia de Santa Lucía y que recibe su nombre de una de las siete puertas de la Lisboa árabe.

Vinos y miradores de Lisboa
Vinos y miradores Santa Lucía y Portas do Sol. Infografía: Jordi Catalá.

Este es un lugar que muchos califican como “de postal”. Rodeados de pequeños tejados, fortificaciones e iglesias, se aprecia todo en el anfiteatro del Tajo. De derecha a izquierda se levantan San Esteban, en pleno corazón del de la Alfama; la cúpula del Panteón, otro maravilloso mirador de Lisboa, y la iglesia de San Vicente.

En cualquier cata en Portugal nunca debe faltar un vino de terroir bairradino (Coimbra). En este caso, me atrevo a sugerir Gene de la bodega Kompassus de Joao Povoa. Fresco, muy afrutado, con cítricos y recuerdos a moscatel, nace de las variedades blancas de la D.O. Bairrada, maria gomes y bical.

3. Mirador del Castillo de San Jorge

Desde las murallas perfectamente conservadas Castillo de San Jorge, un edificio del siglo V construido por los visigodos y ampliado por los árabes, se disfruta de otra de las maravillosas vistas de Lisboa que, cómo no, muestran el Tajo y el Puente 25 de Abril.

No es un mirador gratis ya que se paga entrada (15 euros), pero merece la pena por la panorámica y por la propia historia del edificio.

Lisboa, Portugal
La Baixa y el Castillo de Sao Jorge. Foto: Pxhere.

Para ahorrar tiempo y también cansancio es aconsejable subir por un elevador que lleva al castillo desde la Baixa. No se pierda la Torre de Ulises, con vistas de 360º de Lisboa, o el periscopio Da Vinci. Aprovechando la visita al castillo se pueden visitar las cercanas Catedral de la Sé, el arco de Alfama y las callejuelas del barrio.

En cuanto al vino, seguimos con los tintos, en este caso de la D.O. Dão. Nos decantamos por Quinta de Saes Estágio Prolongado, de larga crianza en roble y elaborado con la variedad tinta más popular y más portuguesa -apréndaselo- la uva touriga nacional, en este caso en coupage con la alfrocheiro, con resultado intensamente floral, (especialmente a violetas).

4. Mirador de Gracia

Otro imprescindible en un viaje a Lisboa con una de sus mejores vistas panorámicas es el Mirador da Graça. Para subir hay una gran pendiente o un tranvía clásico para recorrer lo mejor de la ciudad antigua, el 28.

Una vez arriba, por supuesto se puede visitar el bello convento de Nuestra Señora de Gracia que da nombre al mirador.

Vinos y miradores del Castillo de San Jorge y Graça. Infografía: Jordi Català.

Este mirador está situado en el barrio de la Alfama, muy cercano al Castillo de San Jorge. Desde aquí se pueden ver el castillo, el Elevador de Santa Justa, el Convento do Carmo, los barrios de Alfama y Baixa y, por supuesto, al fondo, el estuario del Tajo cruzado por el Puente 25 de Abril.

En este mirador hay que probar un tinto del Alentejo, el Alento Tinto Reserva de la bodega de Estremoz Monte Branco, dominado por variedades autóctonas como la aragonez (tempranillo) y la alicante bouschet (garnacha tintorera), más un porcentaje de touriga nacional y syrah que ofrece taninos limpios, fruta madura, especias y, lo que se agradece y mucho, un gran equilibrio.

5.Arco da Rua Augusta

Seleccionamos este mirador por ser el más reciente y unos de los más insólitos, además de ofrecer unas de las mejores vistas de Lisboa.

Arco de la plaza del Comercio en Lisboa
El arco de la plaza del Comercio es también un mirador. Foto: Claudio Schwarz | Unsplash.

Se trata de la gran puerta-arco del triunfo que enlaza La Baixa, a través de la animada Rua Augusta, con la majestuosa Praça do Comerço, literalmente a orillas del Tajo, donde se puede acceder por unas escaleras en forma de rampa.

Este arco fue inaugurado en 1875, 120 años después del terremoto, y en él existen diferentes grupos escultóricos y loas sobre los grandes descubrimientos portugueses.

En cuanto al mirador, fue abierto en el 2013 tras una cuidadosa rehabilitación. Y lo mejor es que casi no hay que ir expresamente, cualquier turista pasa siempre por debajo este arco. ¿Por qué no subir y disfrutar de una perspectiva única?

Para acabar la experiencia, y hablando de vinos portugueses no podían faltar los fortificados que se pueden adquirir cerca de este mirador, en Garrafeira Nacional (Rua de Santa Justa, 18 Rua da Conceição, 20 a 26).

Mirador Plaza del Comercio, Lisboa
Vino y mirador Plaza del Comercio. Inforgrafía: Jordi Català.

Por ejemplo, el Porto Tawny Ramos Pinto 20 años, que posee una cata llena de complejidad, profundidad y vigorosos aromas y sabores que contratan con el salitre de las vistas.

Además de los miradores aconsejados, si puede no se pierda el Mirador de Santa Catalina, el Mirador del Santuario del Cristo Rey (al otro lado del Tajo), el Mirador de San Pedro de Alcántara, el Mirador del Elevador de Santa Justa, el Mirador de la Senhora do Monte, el Mirador del Panteón de Lisboa, el Mirador de la Ribera de las Naos y el Mirador del Monumento a los Descubrimientos.

Vinos de Portugal
Vinos de Portugal. Inforgrafía: Jordi Català.

Y, por supuesto, no olvide llevar vinos de Madeira, de Beira, del Minho, del Algarve y de la propia Lisboa.

a.
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