
Sólo una terraza escapa a la ley del silencio de Colau
Bestial, del Grupo Tragaluz, el único club del Puerto Olímpico al que no se le han precintado los equipos de música. Los propietarios de la zona reconocen la infracción, "no teníamos licencia", pero piden sentido común: "No molestamos a nadie".