Utrecht, la ciudad con los restaurantes más insólitos de Países Bajos

¿En qué ciudad puedes comer en un aserradero, como un pícnic al lado del río, en medio del bosque o en un invernadero? Solo en Utrecht

Comer dentro de un invernadero, la propuesta del restaurante Stadsjochies. Foto Stadsjochies

Utrecht es una de las ciudades de los Países Bajos que siempre presumen de diseño. No será la potencia comercial de Róterdam ni la meca turística que es Ámsterdam, pero esta bonita ciudad universitaria, rodeada de canales, cuenta con geniales recetas para darle una nueva vida a antiguos establecimientos.

En sus calles o en las afueras encontramos restaurantes únicos, y no solo por su recomendada propuesta gastronómica, sino porque se han establecidos en los lugares más insólitos.

El restaurante invernadero

Uno es Stadsjochies, conocido como el restaurante invernadero.

Su interior está decorado con grandes girasoles, y en el lugar hay un invernadero donde crecen la mayoría de los vegetales que se usan en los platos, que también provienen del huerto que lo rodea.

Parece un invernadero. Pero es un restaurante. Foto Stadsjochies

Los platos del restaurante Stadsjochies se elaboran con plantas que crecen en el invernadero propio y en los huertos que lo rodean

Basta cerrar los ojos y sentirse invadido por toda clase de olores de hierbas aromáticas.

El restaurante del bosque

A media hora en bici del centro de Utrecht se llega a la zona boscosa de Amelisweerd, ideal para hacer senderismo entre hayas, robles y pinos.

Unas antiguas cocheras en un bosque se convirtieron en un restaurante. Foto Veldkeuken

En unas antiguas cocheras está el restaurante Veldkeuken, donde solo se sirve comida orgánica, que en gran parte proviene de los huertos de su propiedad. Además tiene un horno a leña donde elaboran unos exquisitos panes artesanales.

La casa del cerrajero

En el barrio de Leidsche Rijn un matrimonio de Brabante se instaló y recicló la antigua vivienda del cerrajero del canal.

Ayer una casa, hoy un coqueto restaurante. Foto Buiten bij de Sluis

Así convirtió una casa de 1930 en el coqueto restaurante Buiten bij de Sluis, donde además de las vistas al canal, participar de talleres de cócteles o disfrutar de música en vivo también se puede adoptar como oficina temporal para los nómadas digitales.

Comer en una antigua fábrica

Karibu presenta una carta ecléctica, una especie de mapamundi de los sabores pero usando ingredientes locales. Y con un acento puesto en la cocina vegana y vegetariana.

Se encuentra en el Hooghiemstra, una antigua fábrica de pienso y alimento para animales, cuyas amplias instalaciones también se usan como talleres de artesanos y oficinas de creativos y emprendedores.

El restaurante Karibu se encuentra en una antigua fábrica de pienso, y el Molencafé abre sus puertas en un aserradero del s.XVIII que estuvo activo hasta hace 40 años

De tapas en un viejo aserradero

Como en el caso de Karibu, el bar Molencafé se encuentra en una antigua instalación industrial.

El bar Molencafé está en un antiguo aserradero. Foto Molencafé

Más exactamente, en el aserradero De Ster, del distrito de Lombok, que es el último sobreviviente de su estilo.

Construido en 1739, y reconocido por su gigantesco molino de viento, estuvo en funcionamiento hasta los años ’80; y una década más tarde se reactivó como centro de ocio y actividades al aire libre.

Cada sábado el Molencafé despliega una interesante carta de tapas, zumos orgánicos y cervezas locales para disfrutar en la naturaleza.

Gastronomía y petanca

Hay bares y restaurantes que ofrecen jugar a los dardos, otros al minigolf, pero en Boules Bites Bar la idea es disfrutar de sus aperitivos y hamburguesas mientras se practica el talento para la petanca.

Un bar probar tapas y jugar a la petanca. Foto Instagram Boules Bites Bar

El restaurante se encuentra en un local de 900 m2 del centro de Utrecht, y tiene espacio de sobra para jugar con las pequeñas esferas metálicas.

Un restaurante para el pícnic

Al extremo norte del barrio de Welgelegen, donde se unen dos canales, el restaurante Soia cuenta con un jardín de invierno que permite contemplar la naturaleza sin tener que sufrir por el frío de marzo en los Países Bajos.

La conquista de los jardines en primavera. Foto Instagram Soia

Pero a la que llegan los días más agradables el servicio del restaurante se extiende a los jardines que dan al canal, donde cientos de personas se juntan para saborear estofados de ternera o fondues de queso en el césped. Incluso también es posible alquilar una barbacoa con servicio de cocinero.

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