Cómo un B737 abandonado se convirtió en un lujoso resort en Bali
Frente a unas increíbles playas en Bali, un antiguo Boeing 737 de Mandala Airlines fue transformado en un original alojamiento boutique
¿Dónde está el atractivo de dormir en un avión que no puede volar a ninguna parte? ¿Es por el exotismo, para presumir en redes sociales, o por vivir una experiencia que difícilmente se pueda lograr de otra manera?
Hemos visto varios casos de aviones comerciales transformados en restaurantes, bibliotecas y hoteles. Pero pocos tienen un nivel de lujo como este B737 instalado en las costas de Indonesia.
La antigua vida del avión-hotel
Con el pomposo nombre de Private Jet by Hanging Gardens Air, el empresario ruso Felix Demin creó un pequeño y exclusivo resort en la playa de Nyang Nyang, en la isla indonesia de Bali.
El B737-200 pertenecía a Mandala Airlines, una aerolínea indonesia que dejó de volar en 2014 y estaba a punto de ser vendido como chatarra a China.
Armar y desarmar al avión
Demin lo salvó del desguace y organizó un ambicioso operativo logístico para trasladar la aeronave a un acantilado a 150 metros de altura que se asoma al Océano Índico.
El futuro avión-hotel abrirá en abril de este año, y costará 7.000 euros por noche
Para ello tuvo que desarmar el avión como si fuera un Lego gigantesco y volver a reamarlo en su nueva ubicación.
Casi 7.000 euros por noche
Dormir en este particular hotel, que se inaugurará en abril de este año, tendrá un precio de 6.820 euros por noche.
La entrada a la aeronave, con un portal de elegantes arcos de madera, apunta a impresionar al huésped. Desde allí surge una escalera de piedra que comunica con el interior del avión.
El fuselaje cuenta con dos dormitorios dobles, decorados con tonos beige y piedra, con suelo de madera y camas con dosel.
La sala de estar presenta una decoración de tonos crema, con un sofá acomodado junto a las ventanillas, y una barra americana divide esta estancia de la cocina.
Además hay dos baños para las habitaciones. Pero si uno llega hasta donde estaba la cabina de vuelo y corre las cortinas se encontrará con un jacuzzi revestido en piedra, una opción relajante mientras se ve el cielo desde las ventanillas que usaban los pilotos.
La terraza sobre el ala
Un lateral del avión se abre y se puede acceder a una sofisticada terraza instalada en una de las alas, en un espacio recubierto de mamparas de vidrio para evitar que algún distraído caiga al precipicio.
A un lado de esa ala se encuentra la piscina infinita, con tumbonas y sombrillas para darle un toque chic.
La otra ala protege a un espacio chill, con sofás y una pequeña hoguera -que solo tendría utilidad por la noche, dado el húmedo y caluroso clima de Bali-.