Santo Mauro: hay hoteles lujosos y luego está el lujo de dormir en un palacio

Pasada la ‘tregua’ impuesta por el coronavirus en Madrid, la cascada de aperturas hotelera de máximo nivel sigue imparable, con grandes cadenas asiáticas y norteamericanas como protagonistas. Pero no son las únicas.

A la fiesta de Four Seasons, Rosewood y Mandarin Oriental se suma ahora un proyecto más castizo y mucho más aristocrático, que tiene por sede un palacio en el barrio de Chamberí y por referentes a un duque, el de Santo Mauro, y a uno de los empresarios turísticos más conocidos del país, Antonio Catalán. Porque se puede dormir en muchos hoteles lujosos, pero este es, sobre todo, un palacio.

La nueva vida del Santo Mauro

El V duque de Santo Mauro y su familia son los actuales propietarios del edificio, en realidad dos palacetes: el de los duques de las Estradas, construido en 1892, y el de su hijo, don Mariano Fernández de Henestrosa y Ortiz de Mioño, duque de Santo Mauro, de 1902, ambos proyectados por el arquitecto Juan Bautista Lázaro de Diego y levantados entre las calles de Almagro, Caracas y Zurbano.

Además de servir de residencia a los aristócratas y ser confiscado durante un breve periodo durante la Guerra Civil, el palacio de Santo Mauro ha albergado las embajadas de Rumanía, Canadá y Filipinas. Hasta que en 1989 fue rehabilitado y transformado en un hotel, joya por entonces de la cadena NH.

Nueve años más tarde se uniría al vecino palacio del conde de las Estradas para convertirse en el actual Hotel Santo Mauro, que ha operado bajo la enseña AC, en el último periodo ya con el sello Autograph Collection de Marriott.

El Santo Mauro se convierte en el primer hotel The Luxury Collection de Marriott en Madrid y quinto en España

Ahora, tras una reforma valorada en varios millones de euros, se convierte en el primer hotel The Luxury Collection de Marriott en Madrid y quinto en España, tras otros icónicos establecimientos como el Alfonso XIII de Sevilla, María Cristina de San Sebastián, el Castillo Hotel Son Vida en Mallorca y el Marqués de Riscal, diseñado por Frank Gehry, en Elciego (Álava).

Un oasis urbano

Pese a las sucesivas renovaciones el hotel, de 49 habitaciones (10 son magníficas suites con balcones exteriores) y cinco estrellas, nunca ha renunciado a su diseño interior original ni a sus detalles únicos como la escalera modernista en el vestíbulo de entrada, el pequeño óvalo del patio, la antigua capilla y la biblioteca del duque.

Tampoco en esta última remodelación que lo ha mantenido cerrado 5 meses y en la que ha participado un equipo de estrellas que incluyen al interiorista Lorenzo Castillo, el paisajista Fernando Valero y la arquitecta especializada en light design María Covarrubias.

También el diseñador Pedro Monjardín, que ha creado el exclusivo vestuario, el compositor musical Lucas Vidal, encargado de la banda sonora propia del hotel, y el chef Rafa Peña, propietario de Gresca, al frente del apartado gastronómico.

Mirar a los orígenes

Juntos han hecho un ejercicio de “reflexión y autoconocimiento”, explican desde el hotel. Se ha mirado a su interior, a sus orígenes, para mostrar aquellos detalles que le distinguen de otras propuestas hoteleras de la Villa y Corte. ¿El objetivo? Que alojarse en sus suites, comer en su biblioteca o disfrutar de un aperitivo en su codiciado jardín ofrezca un lujo que no se puede adquirir a golpe de talonario, un lujo que procede de su propia historia.

Para el interiorista al frente del proyecto, poder decorar este ejemplo de palacio francés estilo Luis XVI ha significado “poner en práctica el sueño de recuperar el esplendor de lo que habrían sido sus interiores, adaptados, eso sí, a la vida y usos modernos de un hotel de lujo del siglo XXI”.

Tal y como ocurría en la época, se han respectado las marcadas diferencias en decoración en los distintos espacios: así, el salón chino es una mezcla de influencias orientales con paredes enteladas y ricos motivos, mientras que la biblioteca luce cálidas estanterías de roble y vibrantes terciopelos verdes y dorados.

Las nuevas suites reflejan también esta mezcla de influencias tan características del siglo XIX, época de viajes, descubrimientos y alardes, tanto estéticos como técnicos. “A cada una quise darle una marcada personalidad, que es única y no se repite en ninguna más del palacio”, añade Castillo.

En ellas predominan los materiales naturales como la piedra, el mármol y la madera, siempre con una paleta de colores tierra neutros.

Con el objetivo de aportar un aire moderno y a la vez elegante al hotel, el interiorista ha introducido muebles de cuero, terciopelo azul y seda sin renunciar a otros lacados en negro y oro o a los retratos de la dinastía Qing que adornan las paredes de toda la propiedad en un guiño al gusto de los antiguos propietarios del edificio.

El jardín: la joya de Chamberí

El jardín, un verdadero oasis urbano en el barrio de Chamberí, deja ver la mano de Fernando Valero. El paisajista también ha buceado entre las sucesivas capas y añadiduras para “reconocer sus valores y características”.

“Seleccioné aquellas que me resultaban válidas y prescindí de aquéllas que lo emborronaban, procurando retomar el transcurso del ‘propio tiempo’ del jardín, y no al revés, para conseguir un resultado que brindase limpieza y serenidad”, añade.

Ahora luce con tapices verdes, arriates, borduras, celosías, setos, pabellones y pantallas vegetales así como un catálogo vegetal a base de violetas, magnolios, helechos y cycas del jurásico, rododendros, azaleas, olivos y laureles mediterráneos, árboles de Júpiter, bambúes sagrados y orientales, castaños de Indias, limoneros, boj, rosales trepadores ingleses o jazmines.

Una banda sonora propia

Y como el gran lujo se muestra en los pequeños detalles, el hotel cuenta también con una banda sonora propia a cargo del director artístico, músico y compositor Lucas Vidal, que ha comisariado la playlist del hotel.

También los uniformes del personal están hechos a medida en un trabajo en el que, explica su director creativo, Pedro Monjardín, “nos hemos salido del tiesto”.

Inspirados en los años 20, no faltan detalles artesanos como los delantales para el personal de mantenimiento, diseñados por un sastre experto en denim, pero tampoco tecnología, que se deja ver en las piezas hechas con impresora 3D como los broches diseñados por Elena Roner que identifican las diferentes funciones y categorías profesionales.

La gastronomía, nuevo pilar

La propuesta gastronómica del renovado Santo Mauro también se considera pilar de su experiencia. Al frente encontramos al chef Rafa Peña, que despliega aquí un doble concepto: uno más informal y otro más “palaciego”.

Para la zona de salones se ha inspirado en su bar Gresca en Barcelona, con una carta de vinos convencionales y naturales, hamburguesas, sándwiches y platos para compartir. Es, según él mismo lo define, “un formato bistró, pero con un aire más finger, más mediterráneo y con la temporalidad del producto siempre como guía”.

Para el comedor de la Biblioteca se reserva un estilo más clásico, de inspiración más palaciega que se inaugura con platos de caza como el pichón al jengibre o la liebre a la royal.

El Jardín, por su parte, introducirá menús inspirados en las comidas de las casas nobles con sensacionales menús degustación y homenajes al ritual español del desayuno tardío y la merienda.

Las tarifas en el hotel Santo Mauro parten desde los 600 EUR por habitación y noche e incluyen el desayuno.