Descubriendo Zaragoza de puente en puente

Son cinco puentes con que Zaragoza atraviesa el Ebro, alguno gótico, otros modernos, pero cada uno es camino que une la naturaleza ribereña, la arquitectura y la historia de la capital de Aragón

Aunque todavía falta poco más de un mes para las Fiestas del Pilar, ya se puede ir viendo cómo Zaragoza se prepara para el evento más importante del año.

Una forma diferente de conocer la capital de Aragón es realizando un circuito por las dos márgenes del Ebro, un paseo donde la naturaleza y la historia van de la mano a cada paso.

El Puente de Piedra, el más antiguo de Zaragoza

El punto de partida es, como cabe esperar, la Plaza del Pilar. Al estar en el centro de este espacio y girar se contemplan edificios históricos como la Catedral Basílica de Nuestra Señora la Virgen del Pilar, la Catedral del Salvador, popularmente conocida como La Seo, la Lonja de Mercaderes, el Ayuntamiento de Zaragoza y la iglesia de San Juan de los Panetes.

Tras cruzar el Puente de Piedra una de las mejores vistas panorámicas es la que se tiene desde el Balcón de San Lázaro

Una de las mejores panorámicas es atravesar la plaza y dirigirse al Puente de Piedra, el más antiguo que cruza el Ebro.

Puente de Piedra. Foto Juanedc | Flickr

Con 225 metros de largo y siete arcadas, fue construido en el siglo XV, en donde se pueden ver a los leones que son el emblema de la ciudad.

Para conseguir la mejor toma panorámica de las cúpulas de la catedral, hay que llegar hasta el Balcón de San Lázaro.

Puente de la Almozara

Es momento de desandar el camino, volver a la famosa plaza, y caminar bordeando el Ebro hasta el Puente de la Almozara.

En la margen derecha está el Centro de Documentación del Agua y Medioambiente. Esta entidad se encuentra en el refectorio y bodegas del antiguo Convento de Santo Domingo.

Actualmente brinda servicios educativos y de investigación sobre temas ambientales, donde se organizan exposiciones de fotos o presentaciones de libros de estas temáticas.

Puente de la Almozara. Foto Turismo de Zaragoza Flickr

Este puente funcionó como paso ferroviario desde 1947 hasta 1970, en que dejaron de circular los servicios. La presencia de una locomotora a vapor en uno de los extremos recuerda aquellos años.

En 2009 fue remodelado y su parte central se convirtió en un boulevard peatonal con carriles bici.

La Pasarela del Voluntariado

El paseo sigue por la misma margen a través del Parque de la Cruz Roja, que se extiende por 1,3 kilómetros y que forma parte de la red de espacios verdes conocidos como las Riberas, donde se suman los parques de la Química, el de San Pablo, Tenerías, Vadorrey y Macanaz.

Pasarela del Voluntariado. Foto Juanedc | Flickr

Desde aquí se cruza el Ebro a través de la Pasarela del Voluntariado, construida para la Exposición Internacional de 2008, y que por su elegancia se convirtió en uno de los nuevos símbolos de la ciudad.

La Pasarela del Voluntariado y el Pabellón Puente pasaron a ser los nuevos símbolos de Zaragoza

Diseñada por Javier Manterola, se trata de una pasarela metálica de planta curva de 188 metros de longitud, donde destaca su mástil de 77 metros que se inclina 30 grados y que sostiene 46 tirantes de acero.

Desde la margen izquierda se puede caminar o andar en bicicleta por el parque Expo Zaragoza 2008, un pulmón verde de 44 hectáreas donde algunos de los pabellones se han rediseñado como el acuario, el Palacio de Congresos (donde está la escultura ‘El alma del Ebro’ de Jaume Plensa) y el anfiteatro.

En este parque se encuentra un inmenso banco de 675 metros de largo para sentarse a contemplar el río (dicen que es el más largo del mundo) y un bosque sonoro con 21 troncos de árboles metálicos y luminosos, entre otros atractivos.

El elegante Pabellón Puente

A pocos pasos del Palacio de Congresos está una de las infraestructuras más bonitas que se construyeron para este evento, el Pabellón Puente, diseñado por el estudio de Zaha Hadid.

Pabellón Puente. Foto Juan Luis | Flickr

Con 270 metros de largo, está inspirado en la flor del gladiolo y está revestido por una estructura en forma de malla romboidal realizadas en vidrio y hormigón, que recuerda las escamas de un tiburón.

Se considera como uno de los únicos ‘puentes habitables del mundo’, donde en sus espacios expositivos de 7.000 m2 se organizaron exposiciones en torno al agua.

Cerrado desde el 2018, y no se sabe cuándo volverá a abrir sus puertas.

El Puente del Tercer Milenio

El último puente, en el extremo del paseo del predio de la Expo, es el del Tercer Milenio. Diseñado por Juan José Arenas de Pablo, se considera como el mayor puente de arco en hormigón suspendido del mundo, con una estructura que llega a los 270 metros.

Puente del Tercer Milenio. Foto Juanedc Flickr

Tiene seis carriles para los automóviles, dos para bicicletas y otros dos para peatones, quienes transitan por una estructura de curvas metálicas acristaladas que los protegen de las inclemencias climáticas.

A partir de este punto el viajero puede decidir a cruzar el Ebro y regresar al centro por el Paseo del Bicentenario de los Sitios de Zaragoza, o seguir por la margen izquierda hasta el bonito parque Arboleda de Macanaz hasta el Puente de Piedra, cerca del punto de partida.

a.
Ahora en portada

Salir de la versión móvil