La industria valenciana advierte de un 2023 negro  

Las patronales del metal, la alimentación, la cerámica, la automoción, la madera, el calzado y el mármol aumentan su pesimismo mientras el comercio se aferra a la campaña de Navidad y el turismo recupera volumen, pero no rentabilidad

Trabajador del sector industrial

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Los empresarios valencianos ven un 2023 negro en el que la inflación se junta con la caída de actividad económica de manera que empieza a calar el pesimismo. Del repunte que se constató en el segundo trimestre se ha pasado a encarar el final del año con la incertidumbre de la destrucción de empleo y una opinión generalizada de que la demanda se apaga. Nada que ver con la situación que se describía hace un año, cuando se esperaba un crecimiento con precaución, según los datos de los sectores económicos que recopila cada trimestre la patronal autonómica CEV.  

La patronal agroalimentaria (Fedacova) asegura que la confianza empresarial empeoró en la segunda mitad del año y como consecuencia el nivel de inversión del sector también registra una tendencia a la baja. Las ventas nacionales bajan mientras se mantienen las exportaciones y la perspectiva en el empleo es “negativa”.  

El sector del metal, según la información aportada por Femeval, sufre «el incremento de los costes energéticos y salariales, el encarecimiento de las materias primas y componentes y, en el caso del subsector de venta y reparación de vehículos, la dificultad para contratar personal cualificado”. Sus expectativas son “cada vez más pesimistas” ya que estiman un estancamiento “con posible caída de la actividad en los primeros meses” que se podría recuperar a final del 2023.  

La cerámica mantiene su incertidumbre por los altos costes energéticos que amenanza su supervivencia mientras se mantienen a la espera de que el 29 de diciembre se anuncien por parte de Pedro Sánchez medidas que alivien la factura del gas y la electricidad.  

“En un contexto tan volátil es prácticamente imposible hacer previsiones”, apuntan desde Ascer, que advierte de que «la efectividad de las ayudas públicas que se implementen será clave para que las empresas del sector puedan hacer frente a esta situación sobrevenida y provocada por factores externos”. Esperan que el año “cierre con esta tendencia bajista” 

Pesimismo en sectores tradicionales 

Dentro de los sectores tradicionales también se constata un notable pesimismo. La patronal de la madera, Fevama, asegura que las previsiones de 2023 son “negativas, aunque se espera que sigan tirando del sector actividades con demanda como la construcción, el mercado inmobiliario o los proyectos de instalaciones”. Respecto al último trimestre del año, las expectativas se mantienen más bien pesimistas, y se espera que continúe la tendencia a la baja en la cifra de negocios del sector. 

Similar opinión hay en el calzado. Avecal visualiza “un mantenimiento de la actividad, sin crecimiento, debido al elevado incremento de los precios de las materias primas y la electricidad” y “una ralentización en el consumo”. El Mármol de Alicante apunta que el último trimestre del año cierre con cifras negativas en las exportaciones y, de cara a 2023, mantiene unas expectativas pesimistas. 

La automoción tampoco es una excepción. Tanto Faconauto como Ganvam coinciden en que “no se prevé que la situación mejore hasta 2023”. Aunque apuntan a la persistencia de la escasez de chips como factor que limita la disponibilidad de coches, se manifiesta también un problema de demanda de automóviles. «Se está evidenciando un empequeñecimiento del mercado causado por una demanda cada vez más débil, como consecuencia del panorama económico incierto”, apuntan. 

Por el contrario, en el sector servicios se mantiene un cierto optismismo. Desde la patronal del comercio, Confecomerç, se deposita confianza en la campaña de Navidad que supone entre un 25 % y un 35 % de las ventas anuales, con unas expectativas optimistas” y se espera “experimentar un repunte de ventas que equipare el nivel de ingresos con el de 2021”. 

Desde la patronal del turismo Hosbec se traslada que “en muchos destinos se han alcanzado los niveles de 2019, especialmente en los periodos de Semana Santa y verano”. Sin embargo, advierten de que “los resultados empresariales se han visto mermados por el incremento de los costes de personal, materias primas y suministros”

La hostelería, en opinión de su patronal FEHV, destacan que en el último trimestre de este año un 68,8% de los empresarios hosteleros “piensa que la situación de su negocio va a empeorar”, “frente a un 14% que se muestra optimista, y un 17,2% que cree que se va a mantener igual”. 

Cambio en el panorama laboral: De generar empleo a sumar parados 

En el informe de coyuntura y perspectivas económicas del segundo trimestre de la CEV se apuntó una desaceleración de la economía “aunque en tasas compatibles con la generación de empleo”. Sin embargo, los datos del mercado laboral han sido negativos. En la EPA, la Comunidad Valenciana elevó un 7,31% sus parados, lo que supone un crecimiento tres veces y media mayor que el avance registrado en España (un 2,08%). De hecho, la Comunidad Valenciana vuelve a tener una tasa de paro superior a la media nacional (13,5% frente a 12,67%).  

El resultado final de estas previsiones es un cálculo del avance del PIB para 2023 se limita al 1% mientras que para este año se prevé un crecimiento de la economía del 4,5%. De manera general, se prevé que la inflación haya tocado ya techo y se desgaca que el avance en tasa anual de los precios esdel 6,7%, una décima por debajo de la media nacional.

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