Mas y Duran, más juntos que nunca

El President buscará el acomodo de Catalunya, como defiende Duran y mantiene su guión hasta 2016

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Globos que se alzan y se pinchan. Recelos, y pullas para buscar una ganancia partidista. La política catalana lleva años en esa tesitura, ante la incredulidad de unos y la ilusión generada en otros. Lo cierto es que el President Artur Mas ha descartado las “terceras vías” en sus réplicas a los dirigentes del resto de fuerzas políticas, especialmente en su respuesta al primer secretario del PSC, Pere Navarro.

Apuntalado por el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, que no desea que Mas se desvíe un milímetro del acuerdo suscrito sobre la consulta soberanista, Mas, sin embargo mantiene el mismo rumbo que defiende Josep Antoni Duran Lleida. Y, en realidad, Junqueras se mantiene a la espera, y admite la posible demora.

El líder de Unió defiende, y lo hará en los próximos días, que su tesis es la misma que la de Mas, y que los dos buscarán el acomodo de Catalunya, a través de un nuevo pacto con el resto de España. Esa vía puede concretarse de diferentes formas, y una de ellas sería una reforma de la Constitución, que renovara el acuerdo político con Catalunya. El PSOE está en ello, aunque el PP sigue reticente. Pero las dos fuerzas políticas de ámbito estatal tienen un año por delante.

Vías de diálogo

Mas y Duran mantendrán la presión y tendrán abiertas todas las vías de diálogo. El objetivo sigue siendo la consulta, pero en esa consulta podrían tener cabida otras opciones, y no únicamente un sí o un no a la independencia. Fuentes de la federación nacionalista no ven “ninguna variación sobre lo acordado, sobre el posible camino”.

Pero los debates de política general en el Parlament tienen sus propios ritos. Y Mas es dado a “sobreactuar”. Por ello, aseguró que convocaría elecciones si el Gobierno central no permite la consulta en 2014. Con ello dio a entender que esos comicios, que tendrían un supuesto carácter plebiscitario, se celebrarían también en 2014 o principios del 2015, pero Mas no quiere variar su gran objetivo: agotar la legislatura hasta 2016, porque es consciente de que el Gobierno central no permitirá ni tolerará una consulta sobre la autodeterminación de Catalunya en 2014.

Y para llegar a 2016, tiene fórmulas para conseguirlo, aunque es evidente que no dependerá estrictamente de él.

Apoyo de Duran

Sin embargo, contará con todo el apoyo de Josep Antoni Duran Lleida. Al margen de que hay algunos dirigentes de Unió Democràtica que presentan matices diferentes, lo cierto es que Unió sigue a Duran, y éste no se plantea “ninguna ruptura con Convergència”.

Así es que CiU tratará de seguir en el Govern hasta 2016, dando tiempo a los dos partidos estatales a presentar un proyecto atractivo, que, de hecho, ya lo pide buena parte de la opinión pública española, que reclama una amplia reforma constitucional, ante el deterioro de las instituciones del Estado, entre ellas la Corona.

Como Baviera

En ese esquema está el PSC. Pere Navarro se vanagloria de que ha conseguido arrastrar al PSOE. Y es cierto, que hasta ahora, los socialistas, con todos los matices que se crean necesarios, no habían apostado por una amplia reforma de la Constitución.

Porque, ¿qué ha defendido siempre Mas? Que Catalunya pueda ser estado, que mantenga un estatus como Baviera en Alemania. ¿Ha pedido la independencia? No, no lo ha hecho en ningún momento. ¿Y Duran, el rey de los matices de la política europea seguramente, qué defiende? Lo mismo, vendido bajo el manto del proyecto confederal histórico de Unió Democràtica.

Los dos trabajan en la misma dirección, aunque Mas deba ejercer un papel más atrevido, consciente de que tiene detrás a centenares de miles de catalanes que querrán acuerdos tangibles, aunque no se alcance, finalmente, el paraíso de la independencia.

Por ello, Navarro y Duran, aparentemente, recibieron este jueves una desautorización por parte de Mas. El President ‘pinchó’, supuestamente, el globo de Duran, que habría inflado en su artículo en La Vanguardia.

Sin embargo, siguen cabalgando juntos.

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