Sevilla quiere proteger su aceituna: busca otros mercados ante la guerra arancelaria de Trump
Estados Unidos es el principal país receptor de la aceituna de mesa que se produce en el país norteamericano, con más de 153 millones de euros

Protesta de productores de aceituna de mesa en Sevilla en 2018. Jesús Prieto / Europa Press
La Diputación de Sevilla aboga por buscar nuevos mercados para el sector de la aceituna de mesa ante la guerra arancelaria impulsada por la administración encabezada por Donald Trump. De esta manera, se propone hacer frente a las tarifas del 15% impuestas por Estados Unidos a las importaciones de la Unión Europea, así como compensar las pérdidas económicas que una decisión de este tipo pueda generar.
Según los datos difundidos por Andalucía Trade-Agencia Empresarial para la Transformación y el Desarrollo Económico, la comunidad autónoma se ha coronado como la región que más aceituna de mesa exporta. De hecho, la provincia de Sevilla representa más del 70% de las operaciones, con cerca de 502 millones de euros.
Un factor a tener en cuenta es que Estados Unidos es el principal país receptor de la aceituna de mesa que se produce en el país norteamericano, con más de 153 millones de euros.
Proteger la aceituna de mesa andaluza
El presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández, ha afeado que Estados Unidos realice anuncios para después acabar cambiando de opinión. «Ahora es el 30, luego el 80, después voy a plantear un cuestión, llego a un acuerdo parcial con un país y después lo rompo», recoge Europa Press.
Después de señalar que entiende que el sector agroalimentario muestre inquietud por la escalada arancelaria, puesto que la administración estadounidense tiene al mundo en general y a Europa en particular «metida en una especie de esquizofrenia». «La preocupación no está tanto en los aranceles, sino en la incertidumbre que el presidente de los Estados Unidos, va inyectando a la sociedad y el entramado mundial», ha insistido.
Fernández ha considerado que si el porcentaje hubiera quedado fijado en el 30%, hubiera representado «una palo durísimo» para el sector. Por ello, se ha mostrado convencido que la solución pasa por seguir buscando nuevos mercados para el producto, pero también el consenso entre todas las administraciones junto a los empresarios para hacer un frente que permita mitigar las consecuencias de la escalada arancelaria.
En este sentido, de haber quedado fijado ese porcentaje en un 30%, hubiera sido un palo durísimo para el sector», con lo que habrá que seguir buscando nuevos mercados para ese producto, «y también el consenso entre todas las administraciones –local, autonómica y estatal– junto a los sectores empresariales para «intentar conjuntamente» con Europa «hacer un frente que permita minorar las consecuencias que esto tenga».