El PSOE de Sánchez suma otro batacazo y Yolanda Díaz no despega

La Comunidad de Madrid, Castilla y León y ahora Andalucía. Los últimos comicios regionales vaticinan el cambio de ciclo en España y el desgaste de Pedro Sánchez

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez (d) y el secretario general del PSOE de Andalucía y candidato a la presidencia de la Junta, Juan Espadas (i) durante un acto electoral del partido celebrado este domingo en Granada. EFE/Pepe Torres

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Tercer batacazo del PSOE de Pedro Sánchez. Lejos queda ya aquella foto que se tomó el presidente del Gobierno junto al que fue su vicepresidente, Pablo Iglesias, en 2019, en la que ambos se fundían en una abrazo y simbolizaban la coalición del Ejecutivo. Desde entonces se han celebrado hasta cuatro elecciones autonómicas. Las primeras fueron los de Cataluña, una región en la que el PP no tiene fuerza y en la que el ex ministro de Sanidad Salvador Illa se impuso al independentismo y ganó por los pelos. Pero fueron las últimas en los que los socialistas obtuvieron un buen resultado electoral. La Comunidad de Madrid, Castilla y León y ahora Andalucía vaticinan el cambio de ciclo en España y el desgaste del sanchismo.

La estrategia del PSOE de generar una alarma antifascista e infundir el miedo a que el Partido Popular junto con la extrema derecha no ha tenido éxito. Al revés. Los socialistas pierden votos a favor de los populares, como ha evidenciado el resultado del 19-J. Pedro Sánchez no consigue dar con un candidato potente. El PSOE se limita al sanchismo. Fracasó con el insulso de Ángel Gabilondo en Madrid -el propio líder madrileño uso en campaña el eslogan soso, serio y formal para definirse-, lo hizo con el castellanoleonés Luis Tudanca y, finalmente, con su apuesta para deshacerse de Susana Díaz, Juan Espadas, que apenas es conocido en Andalucía.

Pedro Sánchez no consigue dar con un candidato potente. El PSOE se limita al sanchismo

Pero el sanchismo se desgasta y lo muestran los datos. En Madrid, Isabel Díaz Ayuso arrasó con 65 escaños, frente a los 30 que tenía el PP, y dejó a los socialistas a más de la mitad, con tan solo 24, frente a los 37 que obtuvieron en los comicios celebrados en 2019. La líder madrileña no logró la mayoría absoluta, pero sí los suficientes apoyos como para gobernar en solitario, con Vox como aliado desde fuera del Ejecutivo. Este fue el primer escenario al que se tuvo que enfrenar el PSOE: un gobierno monocolor popular con ayuda externa de Vox.

El candidato del PP a la reelección de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a las puertas de la sede del partido en Sevilla agradece a toda la gente que le espera tras lograr el mejor resultado de la historia del PP en Andalucía en votos y escaños, hoy domingo 19 de junio. EFE/José Manuel Vidal
Juanma Moreno, a las puertas de la sede del partido en Sevilla agradece a toda la gente que le espera tras lograr el mejor resultado de la historia del PP en Andalucía. EFE/José Manuel Vidal

El segundo fue el que se produjo en Castilla y León y que le sirvió al PSOE para hacer sonar las alarmas de la llegada de la extrema derecha a las instituciones. Aquí empezó la campaña de los de Pedro Sánchez de cara a las elecciones nacionales de 2023. Incluso el PP sabía que gobernar con Vox podría perjudicarle, igual que a los socialistas les puede pasar factura sus pactos con los independentistas y Bildu. Fueron los últimos comicios que vivió Pablo Casado como presidente del partido y, una vez que Alberto Nuñez Feijóo le sustituyó como líder de los populares, decidió no ir a a la investidura de Alfonso Fernández Mañueco y dar la imagen de un dirigente moderado y que representaba a un partido de Estado.

En aquellas elecciones, celebradas hace tan solo cuatro meses, el PSOE pasó de ser el partido mayoritario, con 35 diputados de los 81 que forman el parlamento regional, a hacerse con tan solo 28 y situarse como segunda fuerza política. El PP, que esperaba la mayoría absoluta, se tuvo que conformar con 31 parlamentarios. Y Vox triplicó sus sufragios respecto a los anteriores comicios de 2019 y se situó en tercer lugar con 13 asientos. La extrema derecha entró por primera vez en un gobierno gracias al PP, pero eso no parece que le haya pasado factura a los populares, sino todo lo contrario.

El PSOE pierde por primera vez en en Sevilla

La derecha más moderada se unifica en torno al PP: Ciudadanos desaparece y el PSOE experimenta una fuga de votos. De hecho, una de cada cinco personas que votó al PSOE en 2019 ahora se ha decantado en Andalucía por el líder popular, Juanma Moreno, según los datos de GAD3 facilitados a este diario.  No obstante, cabe destacar que, según apuntó la empresa demoscópica, no se trata de un cambio ideológico, sino de un voto institucional. «Moreno es el presidente de la Junta y está bien valorado», explican fuentes de la consultora. «El grueso de este trasvase es por un respaldo a la gestión del Gobierno andaluz», agregan.

Una de cada cinco personas que votó al PSOE en 2019 ahora se ha decantado en Andalucía por Juanma Moreno, según los datos de GAD3

Tanto es así que por primera vez en la historia el PSOE ha perdido por primera vez las elecciones en la provincia de Sevilla. En esta circunscripción la izquierda arrasó hace cuatro años. De los 18 diputados a elegir, los socialistas lograron seis, Adelante Andalucía -formación en la que se incluía Podemos- se hizo con cuatro e incluso Ciudadanos quedó por delante del PP, con tres escaños, frente a los dos de los populares y otros dos de Vox. El partido de Macarena Olona sigue sin despegar en la capital, pero el de Juanma Moreno ha conseguido hasta nueve parlamentarios.

Yolanda Díaz se atasca en Andalucía

Es difícil anticipar qué ocurrirá en unas elecciones nacionales con los partidos situados a la izquierda del PSOE. En Andalucía se han presentado divididos y el fracaso ha sido evidente. Hace cuatro años Adelante Andalucía, que integraba también a Podemos e Izquierda Unida, consiguió 17 parlamentarios. En esta ocasión se han dividido en dos formaciones: por un lado el frente liderado por Inma Nieto, Por Andalucía, en el que se incluye Podemos IU, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz, que se ha hecho con cinco escaños, y por el otro Adelante Andalucía, presidida por Teresa Rodríguez, que se queda como quinta fuerza política con tan solo tres asientos. Las dos juntas tan solo suman siete diputados, diez menos que hace cuatro años.

Inma Nieto y Yolanda Díaz, junto a otros líderes nacionales, durante el mitin de Por Andalucía en Dos Hermanas (Sevilla) en el que un pavo real fue el invitado sorpresa. / ÁLVARO MINGUITO
Inma Nieto y Yolanda Díaz, junto a otros líderes nacionales, durante el mitin de Por Andalucía en Dos Hermanas (Sevilla) en el que un pavo real fue el invitado sorpresa. / ÁLVARO MINGUITO

El objetivo del proceso de escucha que inicia el próximo 8 de julio en Madrid Yolanda Díaz tiene como objetivo sumar fuerzas y acabar con los personalismos generados en torno a Podemos. La vicepresidenta, que cada vez se desvincula más de los morados y ya tiene la vista puesta en una posible candidatura que aúne a las fuerzas de izquierda, se ha dejado ver durante la campaña electora junto a la candidata de Por Andalucía, Inma Nieto, su favorita. No obstante, tampoco demasiado. «Díaz esta dando unos pasos con la suficiente prudencia como para que no se vea afectada en un proceso electoral», señala a Economía Digital David Hernández, politólogo y sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, a este periódico.

Cambio de ciclo

Todas las elecciones, ya sean a nivel regional o nacional, tienen impacto en opinión pública. Y más si son en Andalucía, la comunidad con más peso electoral. Los partidos se han jugado presidir la Junta, pero también su devenir en el tablero político español. Y es que, sin duda, lo que ha ocurrido este 19-J tendrá efectos en los comicios de 2023. El PP ha arrasado y el PSOE ha experimentado su peor resultado histórico. Y, según los analistas consultados por Economía Digitalel desgaste del Gobierno de Pedro Sánchez ya queda en evidencia. Se anticipa así el efecto psicológico en el que profundizan los populares: la idea de un cambio de ciclo.

Pedro Sánchez se jugó la pasada noche electoral algo mas que unas simples elecciones regionales: también la cohesión interna que tenga dentro del partido y en el Gobierno. No obstante, según Verónica Fumaral, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), la coalición no está en peligro. Al revés. «Al ver la posibilidad de perder el Gobierno y que pueda convertirse en una realidad, la discrepancias se diluyen. Pocas cosas cimientan mas una relación», afirma.

Pero aun así, el Ejecutivo se tambalea tras estos comicios. «El efecto psicológico profundiza en el cambio de ciclo y en el agotamiento de la legislatura. Un resultado negativo lo que hará será reforzar ese idea de cambio», apuntó a este periódico momentos previos de conocer que el PP se proclamaría ganador absoluto. Ahora los presagios se confirman. No se puede confirmar que sea el fin de la legislatura de Sánchez, pero sí que su paso por Moncloa está acusando el desgaste.

Noelia Tabanera

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