Cómo cortar un jamón Legado Ibérico como un experto y disfrutarlo en casa esta Navidad
Distinguir las partes de la pieza, conocer el uso de cada cuchillo y utensilio o la elección del jamón son algunas de las claves para sacar el máximo partido a este alimento
Fotografía: ElPozo
Si hay un embajador de nuestra gastronomía ese es el jamón. No solo por su sabor, sino también por sus propiedades nutricionales. Francisco Murillo, doctor y catedrático en Medicina, destaca que este manjar es un alimento rico en proteínas, especialmente en aminoácidos y péptidos. El catedrático también explica que contiene minerales como hierro, fósforo, zinc o selenio, que ayuda al sistema inmune, y vitaminas del grupo B, «que intervienen en la producción de glóbulos rojos y en la estabilidad del sistema nervioso central».
Otra de sus características es que tiene una escasa cantidad de grasa, «aporta 250 kilocalorías por cada 100 gramos de jamón», y en su mayoría contiene el cardiosaludable ácido oleico: «un ácido graso monoinsaturado esencial para el organismo que interviene disminuyendo las tasas de colesterol malo (el LDL) y aumentando las de colesterol bueno (el HDL)», según afirma el especialista.
Cómo cortarlo: partes, utensilios y pasos
Podemos adquirir el jamón ya cortado, pero siempre existe la posibilidad de que te regalen o compres uno entero. Y aunque en un primer momento parezca complicado saber por dónde empezar, solo tienes que tener en cuenta algunas recomendaciones, para disfrutar de una técnica que aumenta el placer de consumir jamón
Empezamos distinguiendo las partes del jamón, que principalmente son cuatro:
- Maza. Es la zona más ancha del jamón, la más jugosa y sabrosa, ya que es la más veteada y con mayor grasa de cobertura.
- Babilla. Es la zona más estrecha del jamón, además de la parte más magra, con menos grasa de cobertura y con un punto de curación más avanzado; lo que hace que se seque antes, por lo que resulta aconsejable empezar el jamón por esta parte y no por la maza.
- Punta. Al concentrar mayor cantidad de grasa y sal, esta parte se caracteriza por sabores y aromas intensos. Por eso, conviene cortarla en lonchas pequeñas.
- Jarrete. Es la parte más fibrosa y con más nervio, pero también de sabor intenso, lleno de matices, incluso dulces.
Una vez conocidas las características de cada parte, es importante saber qué cuchillos y utensilios utilizar. La puntilla de hoja estrecha y corta nos servirá para separar el hueso de la cadera del magro. Con el cuchillo cebollero de hoja ancha y rígida, eliminaremos las zonas más duras y el tocino sobrante, mientras que con el cuchillo jamonero, de hoja larga estrecha y flexible, sacaremos las lonchas. Finalmente, tenemos la chaira, cuya función es mantener afilados nuestros cuchillos.
Ahora solo queda comenzar a cortar el jamón. Estos tres sencillos pasos te ayudarán a ser un maestro jamonero y sacar el máximo partido a la pata de jamón.
1. Con el cuchillo cebollero realizaremos una incisión perpendicular a dos dedos del codillo o jarrete (en la parte más alta de la maza) para facilitar la limpieza.
2. Eliminaremos en su totalidad las zonas rancias —piel, tocino amarillo— hasta dejar al descubierto la superficie de corte.
3. Con el cuchillo jamonero iremos sacando finas lonchas de jamón de entre tres y cuatro centímetros de ancho. Al llegar al hueso de la cadera, separaremos el magro con la puntilla cortando nuestras lonchas hacia dicho hueso. Cuando nos aparezca el peroné, realizaremos un corte en vertical en la terminación de este, sacando la primera loncha hacia arriba. Así, conseguiremos seguir dejando nuestro corte recto. Una vez lleguemos al hueso del fémur, será el momento de dar la vuelta a nuestro jamón.
El corte por la zona de la babilla, por la que se recomienda empezar si se va a consumir el jamón lentamente, se realizará en paralelo al corte realizado por la zona de la maza. Cuando nos encontremos con el hueso de la cadera, haremos exactamente lo mismo: utilizar la puntilla para separarlo del magro y sacar las lonchas cortando hacia dicho hueso.
Qué jamón elegir
Ahora que ya sabes lo básico para cortar bien un jamón, la pregunta es: ¿cómo elegir el jamón? Una buena opción es la gama de jamones y paletas El Pozo, tanto serrano (marca Selección), como sus jamones prémium, bajo la marca Legado Ibérico.
Ambas gamas tienen una buena selección, dependiendo de la curación y variedad del alimento, y multitud de formatos: desde loncheados y lascas, hasta piezas deshuesadas o con hueso. Dentro de la gama de serranos, por ejemplo, encontramos jamón curado, bodega, reserva y gran reserva. En ibérico, por su parte, son piezas de cebo tanto 50% como 100% raza ibérica.
La alimentación de la ganadería ibérica de El Pozo Alimentación está especialmente diseñada para optimizar el perfil de ácidos grasos del jamón Legado Ibérico, caracterizado por ser especialmente rico en ácido oleico.
El ácido oleico, además de mostrar diversos beneficios para la salud cardiovascular, es uno de los principales responsables del sabor y aroma tan característico y exclusivo de este tipo de jamón.
Dichos atributos, identificados en estudios realizados por la Universidad de Extremadura como los más relevantes para el jamón ibérico, son los que diferencian al jamón Legado Ibérico del resto de los de su misma categoría.