Acerinox vuelve a las andadas por el nuevo desplome del níquel

La acerera confía en que se despejen las incertidumbres económicas globales para que cese el 45% de caída interanual de su principal materia prima, en precios de 2009

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Compás de espera en Acerinox, la multinacional acerera presidida por Rafael Miranda, ante la evolución de la economía internacional en los próximos meses. Son demasiadas las incertidumbres sobre las que depende un negocio, el de la producción de un negocio como la producción de acero, claramente ligado a pedidos de gran calado por parte de grandes empresas o países.

Y si las cosas no se ven claras, la decisión cae por su propio peso. Se aplazan esos pedidos y punto. Y la empresa acerera lo está empezando a notar. Lo ha hecho en el primer semestre de 2015 y, ante el parón de la actividad durante el verano, lo va a seguir notando en lo que resta de año.

Reconocimiento del deterioro

Por eso, su consejero delegado, Bernardo Velázquez, no se anda por las ramas. «Los resultados del tercer trimestre acusarán el deterioro de las condiciones del mercado y la menor actividad de los meses de verano», reconocía en la presentación de resultados al cierre del primer semestre.

Leyendo entre líneas, venía a decir Velázquez que los pocos más de 30 millones de euros de beneficios trimestrales que se vienen obteniendo en 2015 volverán a bajar de esa cantidad, hasta los niveles a los que se llegó entre los años 2011 y 2013.

El espejismo de 2014

De no recuperarse la situación en los próximos meses, el incremento de la actividad y de los precios registrados en 2014 se quedará en mera anécdota. Basta con repasar las perspectivas inciertas que Acerinox baraja ahora, con el optimismo que reflejaban las emitidas hace justo un año, para dar cuenta del giro radical que se está produciendo.

Entonces, tras la grave crisis de la que se venía, se hablaba de evolución satisfactoria de los mercados, de mayor confianza en la economía, de la reposición de existencias y de  aumento generalizado de la producción con su corolario, el aumento del precio del níquel, con subidas interanuales del 34%.

Cautela

Ahora, en cambio, se vuelve a hablar de aplazamiento de las compras con la consiguiente reducción del consumo aparente, y la vuelta de los precios del acero inoxidable a mínimos históricos.

Todavía no para que vuelvan a saltar las alarmas, con una demanda sólida y con los inventarios normalizados, pero sí con una más que evidente cautela por múltiples razones de peso, como las tensiones generadas en Europa por el futuro de Grecia, las menores expectativas de crecimiento en China, una revisión a la baja en América y unas economías emergentes que empiezan a tener los pies de plomo.

El níquel, referente irrefutable

Y, al final de todo, el precio del níquel como referente irrefutable de si las cosas para Acerinox van bien o van mal. Y, de momento, bien no van del todo. Tras el subidón registrado en el primer semestre de 2014, llegando a alcanzar la tonelada de níquel, el 13 de mayo, un precio 21.200 dólares, el desplome ha sido vertiginoso, hasta los 11.788 dólares que marcaba el pasado 29 de junio. De casi un 45%. Un precio tan bajo no se registraba desde 2009.

Con todo, el efecto negativo de la caída de la producción de acero en un 3% interanual, hasta 1,21 millones de toneladas, se ve paliado en parte en la cuenta de resultados por la reducción de costes y el aumento de la eficiencia en las instalaciones, cubriendo el 57% de los objetivos de Plan de Excelencia 2015 y 2016, ahorrando 38 de los 67 millones previstos.

Y también, de manera puntual, por el beneficio que, gracias a la diversificación geográfica de Acerinox, ha supuesto la apreciación del dólar. Al final del semestre lograba 64 millones de beneficios, un 16% menos que un año antes.

La menor actividad también genera menos deuda financiera, reducida ahora a poco más de 800 millones. Aunque, en este caso, la reducción se deriva de las menores necesidades de circulante ante la caída del níquel y por la caída de la actividad.

Demanda ‘antidumping’ contra China

A la vuelta del verano, los responsables de Acerinox estarán atentos a lo que digan los responsables europeos respeto a las importaciones de productos planos de acero inoxidable laminados en frío desde China y Taiwán.

Se espera que en septiembre la Comisión Europea dé una respuesta definitiva a la demanda antidumping interpuesta por los fabricantes europeos por conseguir un marco de juego igualitario. Con ese resultado, semanas después acudirá Acerinox a celebrar, el 15 de octubre en Nueva York, su Investors and Capital Markets Day.

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