Carceller, incapaz de alejar el fantasma de la liquidación de Pescanova

La banca rechaza de plano el nuevo convenio de Damm y apuesta por dejar caer la compañía para luego tomar las riendas mediante la compra de la unidad productiva y la búsqueda de un socio industrial

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“La cosa pinta mal”. De este modo calificaba una entidad bancaria este miércoles la situación en la que se encuentra actualmente Pescanova, después de que se haya conocido el contenido de las modificaciones del convenio elaborado por Damm y Luxempart con el objetivo de reflotar la compañía. El presidente del grupo cervecero, Demetrio Carceller, ha sido incapaz, de nuevo, de alejar la sombra de la liquidación que planea sobre el que es el segundo grupo empresarial de Galicia por detrás de Inditex, y que da empleo a más de 10.000 personas en todo el mundo.

Damm y Luxempart introdujeron una serie de modificaciones en su propuesta de convenio después de haber sido apercibidos por el juez del Mercantil número 1 de Pontevedra, que le exigió una serie de modificaciones. La gran banca acreedora atrapada en Pescanova esperaba que esa segunda oportunidad fuese aprovechada por Carceller para introducir más variaciones en la propuesta y que esta se pareciese más a la que, en teoría, ambas partes habían pactado. El apoyo de las entidades acreedoras es fundamental, ya que para que el convenio salga adelante hace falta tanto el visto bueno del juez como el del 51% del pasivo.

Crisis de confianza

Sin embargo, la nueva propuesta de Carceller y Luxempart, aprobada por el consejo de administración de Pescanova, no convence a la banca. “No hay ninguna modificación sustancial a mayores de las que pedía el juez y la situación ahora mismo, todavía es peor que antes, ya que la crisis de confianza se ha incrementado aún más”, indican fuentes de las entidades atrapadas en la millonaria deuda del grupo pesquero.

“Ha engañado a la banca, diciendo que había presentado al consejo una cosa, y al consejo, diciéndo que había pactado otra. Y en los negocios la confianza es fundamental. ¿Cómo sentarse ahora cinco años en Pescanova con este socio después de este comienzo?”, apuntaban ayer.

La opción B de la banca

¿Será la banca capaz de dejar caer a Pescanova, ante la incapacidad de Damm para llegar a un acuerdo con ella? “El fantasma de la liquidación no sólo no se ha alejado, ahora está más presente. Queda un mes para negociar las adhesiones, pero son muchos los bancos que dan por sentado que tras esta segunda propuesta no tiene sentido sumarse a ella”.

Sin embargo, aún quedan opciones. Está previsto que la banca se reúna este jueves para analizar no sólo la última propuesta de Carceller, sino un plan B por el que muchas entidades apuestan a estas alturas y que pasa por la liquidación y la denominada figura de compra de unidad productiva. Es decir, que las entidades acaben haciéndose con las riendas de la multinacional gallega tras la liquidación para, posteriormente, como nuevos propietarios “buscar un socio industrial”.

La nueva propuesta

La nueva propuesta de convenio de Damm no habría atendido a las reclamaciones de la banca acreedora, que querían una rebaja en la quita (el último planteamiento remitido a la CNMV la mantiene en un 72% de media). La intención de las financieras era recuperar unos 1.000 millones de euros, cifra que el consorcio mantiene rebajada a los 700 millones. El texto conserva también la cifra de 150 millones de necesidad de inversión, así como la reestructuración de las filiales españolas (el llamado concurso exprés).

La única concesión que Carceller ha hecho a la banca es la posibilidad de que los acreedores puedan ser accionistas de Nueva Pescanova (sociedad limitada que agrupará pasivo y participaciones de la futura Pescanova España SL) con una participación que podría llegar al 70% bajo determinados supuestos, entre ellos suscribiendo en una ampliación de capital todo lo que no suscriban los accionistas en bolsa. Anteriormente, la participación estaba fijada en un 35%.

Hay otra novedad. Los acreedores con menos de 100.000 euros de deuda no sufrirán quita. «También hay pequeños accionistas en Pescanova», sostienen fuentes de Damm, que mantienen que las reclamaciones de la banca no son viables.

Robert Rodríguez

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