Damm y Cobega desbordan a sus rivales en Cacaolat

La alianza entre la cervecera de Demetrio Carceller y la mayor embotelladora de Coca-Cola en España ofrece al juez 151 millones y se convierte en el más firme candidato a gestionar Cacaolat. La licitación, pendiente ahora de los administradores concursales y de los sindicatos

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El último sobre que Damm y Cobega han mandado al juez Javier Martínez incluye la mayor oferta que se ha recibido por Cacaolat: 75 millones por los activos y una inversión industrial de 76 millones.

Este jueves todos los aspirantes han tenido que cuantificar sus posiciones definitivas. No hay tiempo ya para contraofertas, por lo que Cacaolat tiene todos los números para convertirse en una empresa plenamente catalana.

Los 151 millones que en total ofrecen Demetrio Carceller y Sol Daurella, los empresarios que forman la alianza, han empequeñecido las ofertas de sus dos adversarios. Vichy Catalán está dispuesto a pagar 30,4 millones por la marca y a realizar una inversión de 65 millones.

La cooperativa de Central Lechera Asturiana (Capsa) ha fijado su oferta final en 50 millones por los activos y compromete 76,4 millones más en inversiones. Esta vez, Central Lechera sí especifica que edificará una nueva planta para Cacaolat.

Al gusto de los administradores

Ahora están todas las cartas encima de la mesa. El juez Martínez ha dado a conocer estas ofertas a las partes interesadas que tienen un plazo de cinco días hábiles para presentar sus conclusiones.

La oferta de Damm-Cobega colma las expectativas de los administradores concursales de Cacaolat. En su informe pericial valoraron los activos en 75 millones de euros. Este consorcio ha sido el único aspirante que ha igualado la cifra. Por su parte, los sindicatos han manifestado abiertamente que bloquearán cualquier proyecto que no garantice el mantenimiento del empleo y de sus actuales condiciones contractuales.

Carpetazo final

La licitación de Cacaolat entra por lo tanto en su recta final. El juez Martínez tiene prácticamente todos los datos encima de la mesa para tomar una decisión. Sólo le queda escuchar a administradores y sindicatos.

También deberá dar carpetazo definitivo a las solicitudes de acumulación provenientes del juzgado madrileño que gestiona el concurso de Clesa, el hólding de los Ruiz-Mateos, los antiguos propietarios de Cacaolat.

Ismael García Villarejo

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