Daurella consigue todo el poder en Coca-Cola

Dirigirá, desde Madrid, el embotellador único que, tras la autorización del gobierno, será el mayor grupo agroalimentario español

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Sol Daurella, una de las catalanas más poderosas –sólo superada en influencia por Liliana Godia—, ha cerrado un círculo industrial. Este lunes, la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) emitirá el dictamen que autoriza la fusión de los siete embotelladores de Coca-Cola en España y Portugal. La multinacional enviaba una nota este domingo para anticipar la decisión.

El gobierno español quita la última traba y permite a la empresaria recuperar para la familia Daurella el control absoluto del negocio. Su padre introdujo en España, en 1953, la bebida refrescante. Fue el primer socio de los estadounidenses. Meses después llegaron los otros seis.

Reparto de poder

El reparto de funciones y de capital (35%) en el embotellador entrega a la presidenta de Cobega todo el poder sobre el negocio de la fabricación y distribución de refrescos en España y Portugal. Los valencianos Gómez-Trenor son también accionistas principales. La mano derecha de Daurella dirigirá el negocio.

El director general de Cobega, Víctor Rufart, aterrizó en Madrid este otoño. Ha engrasado la maquinaria y limado asperezas entre los siete accionistas. Él desarrolló el esquema de funcionamiento. Suya es la idea de crear las nuevas filiales donde se han cedido los activos de los embotelladores clásicos. El esquema permite acomodar en la fusionada plantilla y clientes.

El funcionamiento

Las relaciones laborales y comerciales permanecerán, por ahora, inalteradas. En una primera fase, los accionistas compensarán cantidades con la nueva sociedad, pero en el futuro la situación variará. Se simplificará el papeleo y el embotellador único ganará presencia administrativa.

El grupo contará con una cifra de negocio de 3.000 millones de euros, que lo sitúa como la primera empresa agroalimentaria en España. Dentro del sistema Coca-Cola ocupa el segundo lugar en Europa (con un 14% de peso, por detrás de Alemania) y el décimo en el mundo.

Las cifras del negocio

Las 84 líneas de producción y una flota de camiones (en propiedad y leasing) cercana a los 2.200 vehículos, atenderán a 400.000 clientes, 320.000 serán de hostelería. Las fábricas, que producirán y embotellarán más de 600 referencias (refrescos, aguas, zumos, bebidas energéticas, deportivas y con base de té), darán trabajo a 5.000 personas.

La decisión de la CNC pone fin a un proceso iniciado hace dos años. “El objetivo es fortalecer la estructura de negocio en España y Portugal a través de un modelo más eficiente y de ser más competitivos en el ámbito internacional”, ha explicado Coca-Cola.

Los antecedentes

La pujanza de las marcas blancas y del principal competidor, Pepsico, aconsejaba revisar el modelo industrial de Coca-Cola. En España los síntomas de desgaste son muy incipientes. En otros mercados las alarmas están encendidas desde hace años. España y Portugal siguen el camino hacia la concentración abierto por la filial de Estados Unidos. La cuenta de explotación nota desde hace trimestres los resultados.

Con estos precedentes y la recomendación de Atlanta –sede mundial de la firma—, el presidente de la filial española, Marcos de Quinto, pidió analizar la fusión de sus socios locales. Las negociaciones se pusieron en marcha entre los futuros accionistas. El trabajo fue silencioso hasta que trascendió que la sede del embotellador estará en Madrid.

La polémica de la sede

En pleno debate soberanista, la información cayó como un jarro de agua fría en los círculos nacionalistas de Catalunya. El marido de Sol Daurella, Carles Vilarrubí, es un hombre próximo a Artur Mas. Coca-Cola sostiene que la decisión se tomó de forma aislada, ajena al ámbito político. Sigue “la lógica industrial”.

Una derivada política del caso, según algunos cenáculos barceloneses, es el establecimiento del impuesto ideado por Esquerra para las bebidas refrescantes. La implantación del gravamen aún se debate. Su despliegue es incierto.

El futuro

Daurella tiene el futuro más despejado que el tributo. Ha sido requerida por Atlanta para tomar un papel relevante en el nuevo mapa europeo de embotelladores. Quedará reducido a tres actores en menos de 24 meses. La confianza de los estadounidenses en la familia industrial catalana ha crecido tras la exitosa internacionalización de Cobega, que controla 13 países en África y varias plazas europeas.

El modelo de distribución continental se sustanciará mediante dos estrategias. En la primera fase, el nuevo embotellador español aspirará a relevar a los distribuidores de países esenciales, como Alemania. La segunda vía, pensada para mercados con contratos vigentes a largo plazo, contempla la fusión con los aliados europeos de la confianza de Coca-Cola.

Se llevará hasta el ámbito europeo la operación de concentración que este lunes ha culminado en España.

Ismael García Villarejo

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