El otoño sí será «caliente»… pero en despidos y cierres industriales

Los cierres en Alcoa y Vestas y los ceses masivos en La Naval y Cemex señalan el comienzo de una temporada negra para la industria española

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El futuro más cercano se prevé apocalíptico desde la perspectiva del sector industrial. Indican que ya son demasiadas malas noticias en cascada, desde el cierre de plantas hasta las políticas económicas que impulsa Pedro Sánchez. La industra ya augura un «otoño caliente» en España y exige una solución al Ejecutivo.

En estas semanas han cerrado la planta del fabricante de aerogeneradores danés Vestas en León y las fábricas del productor americano de aluminio Alcoa en La Coruña y Avilés. También se han anunciado despidos masivos en el astillero La Naval de Sestao y en el grupo cementero mexicano Cemex, que reorganizará su negocio en España.

Y las voces de alarma ya hacen eco a lo largo de todo el sector industrial. La Cámara de España, la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la asociación de fabricantes de papel Aspapel, y las patronales Anged y Unesid ya acusan cierto miedo.

Los temores del sector industrial

La lista de causas que justifican los cierres y los ceses ya anunciados, y que según varias entidades podrían repetirse como argumentos ante próximas decisiones en la misma línea, abarca de todo: los elevados costes fijos, la encarecida factura eléctrica, los problemas estructurales productivos y tecnológicos, y la falta de competitividad.

Los cierres ya anunciados obligaron a las empresas a exigir al Gobierno una política industrial a largo plazo que intente resolver estos problemas desde una sombrilla de tres aspectos fundamentales que inciden directamente en la productividad: la innovación, la digitalización y la formación.

La industria abastece el 12,5% del empleo en España, y el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, ya solicitó al Ejecutivo apoyo para favorecer el crecimiento del sector para que sea más potente y, por ende, tenga mayor peso en el PIB.

La factura eléctrica, el tirano de la industria

Una de las críticas más repetidas es el coste eléctrico. AEGE calcula que el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista será el 14,1% más caro este año que en 2017, el segundo más elevado desde 1998. Un precio de la luz tan caro reduce la competitividad industrial, asegura la asociación.

Lo mismo opina el presidente de la CEOE, Juan Rosell, que esta semana aseguró que es necesario ajustar lo máximo posible el gasto eléctrico para resguardar el caracter competitivo de la industria española. La patronal cementera, por su parte, lamenta que el precio de la electricidad en España es uno de los más elevados de Europa.

La patronal siderúrgica Unesidad calcula que con los actuales precios, producir acero en España es un 30% más caro que en Francia o un 50% más que en Alemania. Argumento similar tiene la Anged, la asociación que agrupa a empresas como Ikea, El Corte Inglés y Carrefour, que critica que la factura absorbe ya la mitad del beneficio.

Alessandro Solís Lerici

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