El problema del sector de la moto en Catalunya: la baja tecnificación 

El 'conseller' Mas-Colell afirma que falta tecnología en el sector para asegurar su continuidad. Tras la marcha de Honda, Yamaha y Derbi han paralizado sus deslocalizaciones y mantienen temporalmente la producción

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“El problema de fondo en el sector de la moto es que no tenemos tecnología. Las empresas se pueden deslocalizar a cualquier sitio”. El conseller de Economia i Coneixement, Andreu Mas-Colell, señaló el jueves en una conferencia en Esade cuál es el principal reto que tienen por delante para asegurar la continuidad de esta industria. “Nos convienen centros de decisión y conocimiento para disponer de más tecnificación”. Un objetivo que fuentes del departamento de Empresa i Ocupació comentan que se puede abordar con las líneas de financiación que gestionan junto al Institut Català de Finances (ICF).

Aunque desde el clúster de la moto catalana no comparten esta visión. El consejero delegado de Rieju y director de la asociación empresarial, Jordi Riera, ha recordado que ya trabajan “con modelos de motos con componentes especiales”. En este sentido, ha ejemplificado la producción en marcas como Gas Gas o Ossa, especializados en motos de montaña; o Rieju y Derbi, en menor medida, con ciclomotores con cambios de marcha.

La especialización es la única salida que valoran para no morir frente al mercado asiático, dominador absoluto en el segmento del gran consumo. Ahora tienen en mente otro producto: la motocicleta eléctrica. La principal ventaja para su desarrollo son las múltiples líneas de financiación pública que existen para abordar el proyecto, aunque el inicio de la comercialización va para largo.

Cierres en la nevera

El futuro del sector de la moto en Catalunya tiene dos nombres propios: Yamaha y Derbi. Ambas multinacionales han intentado seguir los pasos de Honda y llevar la producción a otros países (Francia e Italia, respectivamente).

En el caso de la marca de Piaggio, Riera ha lamentado que los italianos “poco a poco se ha llevado el departamento de I D hacia Italia y cada vez se hacen menos cosas en Catalunya”. Una realidad que compromete el futuro de la factoría de Martorelles, que tiene un año más de vida para confirmar su viabilidad. Para los empresarios del sector, preocupados por la continuidad del grupo y la industria auxiliar que depende de ellos, “la guerra aún no está perdida”. Aunque también se muestran realistas: “Piaggio ha retirado el ERE, pero puede aprovechar los próximos meses para provocar pérdidas en los balances que les den más argumentos para cerrar”.

Y es que tanto ellos como los fabricantes nipones han chocado con el departamento de Indústria. La Generalitat no les facilitaba la aprobación de los EREs que presentaron en su día (el de Yamaha incluso lo tumbaron, después de que la empresa lo retirara) y no consiguieron pactar con la parte social las condiciones de despido. Necesitan argumentos de peso que sustenten la deslocalización.

En línea con la apreciación de Mas-Colell, los expertos consultados por Economía Digital afirman que la continuidad de la factoría de Yamaha está más comprometida que la de Derbi. A pesar de las cuentas de resultados, en Palau-solità i Plegamans sólo se dedican “a ensamblar piezas, igual que pasaba en Honda”, según fuentes conocedoras del trabajo de los nipones. Ahora, toda la técnica se importa desde Japón. Y es que aseguran que la apuesta de Yamaha por Catalunya no se verá en las líneas de producción, si no en la calidad tecnológica de los proyectos de Palau-solità i Plegamans.

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