Grífols: “No invertiré un euro más ni en Catalunya ni en España”

Víctor Grífols clama que nadie puede extrañarse de que “nuestra presencia aquí tienda a la desaparición si el país sigue igual”

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El presidente de Grífols, Víctor Grífols, ha reconocido que “no piensa invertir un euro más ni en Catalunya ni en España” hasta que la situación del país cambie.

“No me preocupa la política, pero sí las consecuencias que se derivan de ella”. Es la primera vez que el empresario catalán reconoce en público que sufre una desventaja competitiva por el origen de sus laboratorios. Lo hace a cuatro días de las elecciones en Catalunya, ante la élite económica de Barcelona y frente al Consejero de Sanidad de la Generalitat de Catalunya, Boí Ruiz. El representante del gobierno de Artur Mas (CiU) acusó un tono dubitativo e improvisado en su discurso tras la reprimenda del empresario.

Si Grífols hubiera crecido en Alemania seríamos mayores que Pfizer –uno de sus principales competidores–«, clamó en la noche del miércoles durante la cena de gala de la Asociación Española de Analistas Financieros. A pesar de que el colectivo le convocó para entregarle un premio, en su discurso, el responsable de una de las compañías líderes a escala mundial en el segmento de hemoderivados –productos elaborados a partir del plasma sanguíneo– criticó a estos profesionales abiertamente. En su propio foro.

Antes Gibraltar que Madrid

“Ustedes sólo miran fríamente las curvas de Fibonacci, que no sé ni lo que son, y lo hacen sin preguntar nada más, sin tener en cuenta al país en el que crece la empresa”. “La próxima vez que quieran analizarnos –dijo contundentemente–, llámennos. Les contaremos que no podemos invertir en Parets del Vallés (Barcelona) por asuntos tan triviales como que no se nos garantiza el suministro de agua y esto lo sabe la Generalitat de hoy, la de ayer y la de anteayer”.

El discurso de agradecimiento por el reconocimiento al mejor valor del Ibex y a la trayectoria profesional de Grífols no dejó títere con cabeza. La invectiva a la gestión política también tuvo como objetivo el Gobierno central. “No se preocupen –dijo a los 150 asistentes– antes me voy a Gibraltar que a Madrid. Pero no se extrañen si nuestra presencia aquí tiende a la desaparición a favor de Estados Unidos”.

El motor, gripado

“En Madrid se han pasado de revoluciones, han roto el motor”. Víctor Grífols, heredero de una compañía fundada en 1940 por su abuelo en el barrio barcelonés de Sarrià, echó mano de las metáforas para describir el actual escenario político en España. “Las autonomías son como los nietos, uno no sabe muy bien qué hacer con ellos”. A juicio del dirigente nadie se ha preocupado por actualizar los estamentos democráticos.

“Hace 35 años se nos dio un motor para desarrollarnos, pero no se ha cambiado el aceite, ni las bujías, ni nada. Ya no sirve”. Ejemplificó: “No puede ser que tengamos un Tribunal Supremo que el Tribunal Constitucional enmiende constantemente. En todo caso, es un tribunal semi supremo. Esto en Estados Unidos es inconcebible: el supremo es supremo”. (Allí Grífols controla la empresa Talecris).

Internacionalización

La velada concluyó con la ruptura de varios mitos, a juicio de Grífols. “Ahora se ha puesto de moda decir que las administraciones no pagan. Pues acostúmbrese a no cobrar de ellas”, espetó. “Tenemos documentos en nuestro museo que prueban que en 1980 cobrábamos entre 300 y 400 días después. Era la época del Insalud, antes de traspasar la competencia a las autonomías”. Sin embargo, el mayor rango de morosidad se produjo en 1992. “La Expo y los Juegos Olímpicos los financiamos Grífols y otras empresas como la nuestra. Llegamos a cobrar con 700 días de retraso”.

Reorientando sus palabras de nuevo al auditorio de especialistas que le escuchaba y que le aplaudía, zanjó: “Por ello insisto, hagan sus análisis contextualizando a las empresas en su entorno. Nosotros somos buenos, como muchos otros, pero nos lastra el país. Por ello en 1985 ya decidimos iniciar la internacionalización. Lo que ahora ustedes nos aplauden es fruto de una estrategia de más de 20 años por esos precedentes”.

Confianza en la juventud

Grífols, que criticó a los dirigentes políticos en un parlamento de casi media hora, hizo un guiño a los jóvenes españoles. “No somos un país de emigrantes. No exportamos muertos de hambre, no se equivoquen. Expatriamos talento. Mandamos fuera ingenieros que se forman más y mejor, aunque espero que vuelvan dentro de 10 años”.

Ismael García Villarejo

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