Joana Ortega tiene «frita» una comunidad de vecinos

La exvicepresidenta de la Generalitat y su hermano son propietarios de la empresa que explota el restaurante Canela, de la calle Aribau de Barcelona, que ha tenido múltiples conflictos con los vecinos en los últimos diez años

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En 2007, los vecinos del número 16 de la calle Aribau de Barcelona colocaron unos carteles en sus balcones para protestar por las molestias que les ocasionaba el restaurante Canela, situado en los bajos de su edificio, y en 2012 repitieron la acción. Esta vez con una inmensa pancarta en la fachada en la que se quejaban de los ruidos, humedades y malos olores que provocaba el establecimiento y lanzaban dos avispadas preguntas: «¿Por qué el Ayuntamiento no soluciona este conflicto vecinal?» y «¿de quién es el restaurante?».

La empresa que explota el restaurante Canela, Gourmet Aribau SL, siempre ha tenido como administrador único a Roger Ortega, hermano de Joana Ortega, pero, cuando abrió sus puertas en 2005, los vecinos vieron como esta última actuaba de mestressa, como si fuera la dueña aunque su nombre no apareciera.

Pero acabó apareciendo, precisamente cuando el Parlament de Catalunya difundió, en julio pasado, la declaración de bienes de los diputados, si bien por aquel entonces hacía unas semanas que había dimitido como vicepresidenta de la Generalitat: Joana Ortega declaraba ser titular del 45% de Gourmet Aribau, la empresa que gestiona el Canela.

Agría disputa con los vecinos

Para Brigitte Pérez y Justine de la Serna, la actual presidenta de la comunidad de vecinos de la finca de Aribau 16 y su antecesora, no es ninguna sorpresa que Joana Ortega aparezca como copropietaria del Canela. Justine explica que antes de inaugurase el restaurante, Joana Ortega le enseñó personalmente todas las dependencias y, tiempo después, cuando se produjeron las primeras quejas por el ruido de los aparatos de aire acondicionado y por el sistema de eliminación de humos y olores, ella misma y su hermano asistieron a una junta de vecinos.

En los diez años que lleva abierto el Canela, la comunidad de vecinos ha denunciado ante los servicios de inspección del Ayuntamiento de Barcelona los problemas de ruidos y humos del restaurante, pero también supuestas deficiencias en los desagües, en la salida de urgencia, obras que no se adecuaban con el proyecto autorizado o la ocupación de un sótano comunitario, donde se instaló una lavadora industrial.

Reclamaciones pendientes

Precisamente, este sótano ha provocado una agría disputa judicial entre la comunidad y la propietaria del local, la cual lo arrendó a Gourmet Aribau SL. En segunda instancia, la Audiencia de Barcelona condenó el año pasado a la propietaria a dejar este sótano «libre, vacuo y expedito».

Brigitte Pérez, la presidenta de la comunidad, recalca que «después de años de lucha se han solucionado muchos problemas por el tesón y la energía de los vecinos», pero aún quedan reclamaciones pendientes: supuestas deficiencias en desagües y conducciones, que la parte de la fachada que corresponde al restaurante tenga el mismo color que el resto de la finca y restituir el sótano a su estado original, así como eliminar las humedades que consideran que ha provocado la lavadora instalada en esta dependencia.

Rafael Entrena, abogado para todo

La propietaria del local y sus inquilinos, Gourmet Aribau, también han litigado contra la comunidad por el uso y los accesos al dichoso sótano y por la colocación de la pancarta por entender que causaba un perjuicio a su negocio. En este último conflicto, medió, en representación de la empresa de los hermanos Ortega, el abogado Rafael Entrena, uno de los letrados que suele a llevar los pleitos de Unió, vicepresidente del RCD Español y actual compañero sentimental de Joana Ortega, si bien en aquel momento los vecinos de Aribau 16 desconocían esta relación. Rafael Entrena asesoró a Joana Ortega en el conflicto del restaurante y ahora la defiende por su imputación en el caso de la consulta independentista del 9-N.

Justine de la Serna, la anterior presidenta de la comunidad, explica que abandonó su piso de la calle Aribau porque, al vivir en el principal que daba al patio de manzana, no soportaba el tufo que le llegaba desde la cocina del restaurante y el ruido de los aparatos del aire acondicionado. Había comprado aquel piso porque enfrente tenía los jardines de la Universidad Central, un oasis verde, pero no podía disfrutarlo.

Rifirrafes políticos

Justine explica que en la última década ha intervenido en cuatro sesiones de audiencia pública del distrito del Eixample, en las cuales se enfrentó a la socialista Assumpta Escarp y al entonces democristiano Garard Ardanuy –hoy afiliado a Demócrates de Catalunya, la escisión independentista de Unió– porque, en su condición de concejales responsables del distrito, salieron en defensa del Canela.

También acudió a la sede de Unió para entregar una carta informativa a Josep Antoni Duran Lleida, que recogió su secretaria, pero nunca recibió respuesta. Brigitte Pérez y Justine de la Serna consideran que el Ayuntamiento, tanto con los gobiernos del PSC como con el de CiU, no actuó con diligencia porqué sabían de quién era el restaurante. Cuando abrió el local, Joana Ortega era concejal del Ayuntamiento de Barcelona.

Cierre de restaurantes

Desde la comunidad de vecinos se reconoce que la mayor parte de los problemas se han solucionado, pero esta paz no llega en el mejor momento del negocio de restauración de la familia Ortega. Roger Ortega también figura como administrador único de Els Fills de la Joana SL, una empresa que no adopta el nombre de pila de la exvicepresidenta de la Generalitat, sino el de su madre, y que en su página web se presenta como un grupo de restauración con seis establecimientos, si bien solo dos siguen abiertos: el Canela, en la calle Aribau, y el Tamara, en la de Muntaner.

En los últimos años han abandonado los otros cuatro restaurantes, que gestionaban en locales que habían alquilado: Señor Pablo, en la calle Ecuador, está cerrado y en su puerta cuelga un anuncio de arriendo; Blau, en la calle Tenor Masini, es ahora Fénix Lounge; y los dos Lolita también han cambiado de manos: uno en la calle Tenor Masini, que estaba dos travesías más allá del Blau, se ha transformado en un exitoso bar de tapas y, el de la calle Córcega, en un doner Kebab.

Empresas con problemas

Els Fills de la Joana registra este 2015 tres incidencias judiciales por parte de ex trabajadores que reclaman indemnizaciones por despido. En la documentación de uno de estos ex empleados consta que el Juzgado de lo Social número 30 de Barcelona decretó el año pasado la insolvencia provisional de la empresa.

Aquí no acaban los problemas: Els Fills de la Joana SL, Muntaner 178 SL –que explota el restaurante Tamara– y Gourmet Aribau SL –que gestiona el Canela– no han depositado las cuentas anuales en el Registro Mercantil desde 2011, según las anotaciones de la base de datos empresarial Informasa. Roger Ortega aparece como administrador de las tres sociedades, si bien Joana Ortega solo declara tener una participación del 45% en Gourmet Aribau. Economía Digital se ha puesto en contacto telefónico con los restaurantes Canela y Tamara para recabar la versión de Roger Ortega pero al cierre de esta información no se había obtenido respuesta.

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