Los Pujol y los Tarragó se dan una tregua para que Panasonic formalice la entrada en Ficosa

La operación está pendiente de recibir el visto bueno de las autoridades de la competencia de España y de Japón

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Panasonic quiere el 49% del capital social de Ficosa y está dispuesta a pagar unos 150 millones de euros por ello (nunca llegarán a los 210 millones con los que se ha especulado, indican fuentes conocedoras del proceso). Las dos familias fundadoras del grupo de componentes de la automoción, los Pujol y los Tarragó, han decidido darse una tregua hasta que finalice el proceso, pendiente de la autorización de las autoridades de la competencia de España y Japón.

Hacen una pausa en el litigio iniciado en agosto de 2011 por el reparto de la propiedad del grupo conscientes de que, por primera vez desde que se fraguó el divorcio, existe una posibilidad real de que termine la batalla entre primos hermanos.

Petición antigua

Los Tarragó argumentan que la idea de abrir el capital de la compañía a un tercero es una de sus peticiones más antiguas. Los Pujol se resistieron inicialmente a ella y después, cuando la viabilidad del grupo estaba en peligro tras el escándalo del caso ITV (en el que los actuales directivos se han visto implicados), les han dejado al margen durante la búsqueda del mejor candidato.

Ahora, piden voz y voto en las últimas decisiones que se deban tomar. Fuentes cercanas a los Pujol especulan que la entrada de Panasonic implicará su salida, aunque desde el entorno de la otra parte de la familia (sus primos hermanos) afirman que ese no es el planteamiento actual.

Ampliación de capital

Los Tarragó reclaman que se respeten sus derechos. Especialmente cuando se preparan dos ampliaciones de capital en las cabeceras de la firma para dar entrada al nuevo socio: Ficosa International, donde se concentra la actividad; y Ficosa Inversión, la holding. Esta última es la que provocó la ruptura familiar, ya que de un reparto accionarial del 50%-50% se pasó al 59%-41% mediante unas maniobras que los Tarragó han llevado a los tribunales por poco transparentes y por ser ejecutadas desde sociedades radicadas en paraísos fiscales.

De hecho, uno de los temores que circulan por la sede central de Ficosa, situada en Viladecavalls (Barcelona), es que parte de la inyección de capital de Panasonic (que también adquirirá la autocartera de Ficosa International) acabe en alguna de las off shore de los Pujol.

Los actuales directores de la compañía han relatado a los trabajadores que la entrada del grupo japonés es la garantía de la continuidad de la factoría de Viladecavalls. Se harán recortes, pero parece ser que se concentrarán en otros centros productivos de Ficosa, especialmente en los internacionales.

Crédito público

La Generalitat de Cataluña ha felicitado públicamente a la empresa catalana por el pacto con Panasonic. Además de la continuidad industrial, la operación favorece que el Institut Català de Finances (ICF) pueda recuperar el crédito de 25 millones que concedió a la compañía.

Se firmó en el otoño de 2013 en una operación de refinanciación global de la sociedad y vence a finales de este año. En ese momento, deben decidir si se liquida o capitaliza. Desde el Govern indican que la decisión aún no está tomada. Esperan conocer la estructura de la nueva Ficosa y los objetivos productivos de la mano de Panasonic para determinar su posición.

No es la única inyección de capital público que ha recibido la compañía. Fruto de esas aportaciones, la Generalitat disponde de dos sillas en el consejo de administración del grupo, sillas que no ocupa desde principios de 2012.

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