Mercedes siembra de dudas la producción de Nissan España

El fabricante alemán baraja abandonar la pick up que Nissan le ensambla en Barcelona, lo que golpearía el rendimiento de la ya maltrecha fábrica

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La ya maltrecha producción de Nissan España se ata los machos ante la posibilidad de un nuevo golpe. Si un modelo mantenía hasta ahora el pulso de su fábrica barcelonesa, este era la pick up Navara, elaborada también para Renault y Mercedes. Con 46.000 unidades previstas para el ejercicio 2019/2020 –hasta el 31 de marzo–, las estimaciones están ahora en entredicho después de que el fabricante alemán baraje suprimir el vehículo por sus bajas ventas.

Según informó la prensa alemana, Daimler –matriz de Mercedes y Smart— no logró rentabilizar el modelo por su elevado precio y en 2018 sólo consiguió comercializar 16.700 coches entre Europa, Australia y Sudáfrica. Inmersa en profundas dificultades financieras que la han obligado a emitir cuatro profit warnings en un año, la compañía busca la manera de recortar costes.

Así, el adiós del vehículo supondría un golpe a la actividad de la filial española que dirige Genís Alonso y que ya sólo cuenta con dos modelos en Barcelona tras el adiós del Nissan Pulsar y de la furgoneta eléctrica NV200 y funciona al 30% de su capacidad. Un portavoz de la empresa declinó realizar comentarios sobre la disponibilidad futura o no de la alianza con Mercedes.

Mientras, fuentes internas de la fábrica explican a Economía Digital que para la recta final del año ya está prevista una rebaja de la producción prevista para el modelo. Sin embargo, a partir de enero se espera un repunte de las unidades sacadas a la carretera desde la instalación. En una reunión entre dirección y sindicatos, Naiara Villanueva, directora de producción del centro, trató de mandar un mensaje de tranquilidad a los trabajadores y aseguró que el recorte no afectará a los negocios ya en marcha.

El contrato entre Nissan y Daimler para la fabricación de la pick up tiene vigencia hasta, al menos, el año 2025, aseguran las mismas voces. No obstante, se puede romper de forma unilateral previo pago de una penalización, por lo que la permanencia del vehículo no está garantizada. Sería el adiós de un coche que se comenzó a producir en 2017 después de una rebaja de costes y un incremento en la flexibilidad que tuvieron que soportar los trabajadores.

Nissan celebra la buena salud de la e-NV200 como respuesta a las dudas de la alianza con Mercedes

Con la vigencia del acuerdo con Mercedes en el alambre, Nissan busca sacar pecho con el segundo modelo que elabora en la Zona Franca (Barcelona), la furgoneta eléctrica e-NV200. El grupo japonés incrementará en un 50% la capacidad de la planta de baterías por la buena salud de un vehículo que, eso sí, representa menos del 20% de la actividad total.

A lo largo del ejercicio la previsión es la de superar las 11.000 unidades, un crecimiento de más del 100% respecto al año anterior, aunque de un peso todavía marginal en el total de la ecuación. «Estará lista después de Navidad», explican desde la empresa.

Es la nota positiva para una fábrica que ve como la producción se revisa a la baja mes a mes. De este modo, la estimación para el ejercicio 2018/2019 ya es ligeramente inferior al que la cúpula europea vislumbra para la instalación. En primavera, el presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, fijó en 60.000 unidades el nuevo suelo de la fábrica catalana. «No podemos controlar los flujos del mercado», lamentó el directivo. Con las ventas del segmento pick up en descenso a nivel mundial y la e-N200 eléctrica todavía con volúmenes testimoniales, se plantean como imposibles los 200.000 coches que la planta tiene capacidad para producir.

En el ejercicio 2016/2017 sacó a las carreteras hasta 110.092 automóviles, cantidad que cayó hasta los 88.861 unidades en la temporada 2017/2018. El descenso se mantuvo hasta las 75.000 unidades en la temporada 2018/2019 y el augurio es que finalice el año fiscal actual en 57.000 coches.

El ERE de Nissan

Debido a la atonía de la producción Nissan Motor Ibérica impulsó un expediente de regulación de empleo (ERE) para 600 personas a cambio de construir una nueva planta de pintura sin la que la instalación no podría seguir en funcionamiento a partir de 2023 por una nueva ley europea –que podría ser aplazada–. El fabricante logrará así reducir el número de trabajadores en la fábrica de la Zona Franca hasta los 2.500 empleados.

Sin embargo, los sindicatos no lograron arrancar ningún compromiso en materia de producción a largo plazo. “Haremos todo lo posible para lograr nuevas adjudicaciones”, se limitó a decir la dirección en las conversaciones. Las próximas asignaciones no parecen cercanas, pues el grupo no tiene ningún vehículo que distribuir en un futuro próximo.

Carles Huguet

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