Nissan anuncia un ERE para 600 trabajadores en Barcelona

El fabricante renuncia al plan de prejubilaciones tras fracasar la negociación con los sindicatos. Es la condición para hacer una nueva planta de pintura

Interior de la fábrica de Nissan Motor Ibérica en la Zona Franca de Barcelona. /Toni Albir

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Nissan presenta un expediente de regulación de empleo (ERE) para su planta de Barcelona de 600 trabajadores. Con un descenso de la producción que ya tiene a la fábrica a apenas el 30% de su capacidad, la compañía anunció hace tres semanas que invertiría 70 millones en una nueva planta de pintura a cambio de recortar la plantilla en 600 personas. La idea inicial era hacerlo a través de prejubilaciones pero, tras fracasar la negociación con los sindicatos, la empresa anunció este viernes medidas traumáticas.

En una nota, el fabricante japonés justifica el recorte en los centros de Zona Franca y Montcada «para garantizar la competitividad y la sostenibilidad en las plantas». La compañía si fijo esta semana como fecha límite para alcanzar un acuerdo por los representantes de los trabajadores y ya el jueves advirtió: «Ante la evidente falta de acuerdo en el tiempo solicitado, la dirección considerará otras alternativas». Una velada amenaza de sus planes definitivos.

«Estamos en desacuerdo con las formas utilizadas por la empresa, el asunto se debería haber tratado en la mesa de negociación y no con un anuncio en el último día laborable antes de las vacaciones», contesta Enrique Saludas, responsable de SIGEN-USOC, el sindicato mayoritario.

El anuncio llega sólo tres semanas después de que José Vicente de los Mozos, responsable mundial de fabricación y logística de Renault y presidente de la Alianza Renault-Nissan en España, asegurase que no entraba en sus planes «realizar ningún expediente de regulación de empleo». 

Nissan tratará de incorporar las prejubilaciones al ERE

Ahora, la compañía dirigida en España por Genís Alonso da dos semanas a los sindicatos para constituir la comisión negociadora. «Seguimos apostando por priorizar las medidas de carácter voluntario y un plan de prejubilaciones con el 80% del salario neto hasta la jubilación a los 63 años», añade Nissan en el comunicado enviado a los medios.

Nissan quiere así reducir el número de trabajadores, especialmente en la fábrica de la Zona Franca, hasta los 2.500 empleados con tal de reducir los costes fijos ante el abrupto descenso de la producción. En el ejercicio 2018/2019, la instalación sacará a la carretera apenas 57.000 unidades frente a las 200.000 para las que está capacitada y también lejos de los 75.000 vehículos que salieron de la planta catalana la temporada anterior.

La atonía no tiene visos de remediarse. A finales de marzo, el presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, fijó en 60.000 unidades el nuevo suelo de la fábrica catalana. «No podemos controlar los flujos del mercado», lamentó el directivo. 

Un recorte obligatorio para la construcción de la nueva planta de pintura

Las negociaciones que debía encabezar Genís Alonso versaban sobre dos puntos: recortar 600 empleos a canvio de invertir 70 millones de euros en una nueva planta de pintura. El tiempo tampoco sobra, pues en 2023 la actual instalación ya no podrá utilizarse según la nueva normativa europea. 

No obstante, la nueva nave es un arma de doble filo: si hasta ahora Nissan Zona Franca puede sacar al mercado 200.000 coches al año, con la renovada instalación el volumen se reducirá a la mitad. 

La Generalitat de Catalunya subvencionará parte del proyecto, que costará 70 millones de euros, en concepto de apoyo a la investigación y el desarrollo y la eficiencia energética. El esquema ya se utilizó en la reinvención de Nissan Ávila como fábrica de componentes. Entonces, el fabricante puso 40 millones de euros de su bolsillo y la Junta de Castilla y León aportó los 50 millones restantes hasta alcanzar los 90 millones requeridos para el proyecto.

“Todo está regulado por la Comisión Europea”, dijo De los Mozos, que declinó realizar estimaciones de la parte del pastel que llegaría financiada con el apoyo público.

Carles Huguet

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