Preguntas sin respuesta del accidente de Spanair

Las víctimas denuncian que hay intereses ocultos tras el cierre de la investigación

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¿Qué provocó el accidente del vuelo JK5022 de Spanair el pasado 20 de agosto de 2008? Cuatro años después, las incógnitas que rodean la tragedia siguen sin respuesta. La próxima oportunidad para esclarecer los hechos será la declaración, a finales de año, de dos mecánicos de la aerolínea catalana.

Hasta entonces, ni víctimas ni profesionales, con el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) a la cabeza, están de acuerdo con la decisión de paralizar la investigación tomada por el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, Juan Javier Pérez, ni con el informe del Gobierno.

El texto elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), dependiente del Ministerio de Fomento, sigue sin aclarar por qué no funcionó el sistema de alerta, conocido como tows, que advierte a los pilotos de una configuración inadecuada para el despegue mediante señales luminosas y acústicas.

Se trata de uno de los claroscuros más “graves” y “preocupantes” del informe, ya que podría volver a repetirse, según esgrime a este medio COPAC. Tras revisarlo, el organismo explica que se trata de un estudio “incompleto y parcial, con errores basados en informaciones falsas, tergiversadas o directamente ocultadas”.

¿Intereses escondidos?

Transcurrido todo este tiempo, lo único que está claro es que el avión McDonald Douglas MD-82, del fabricante Boeing, se estrelló porque no estaba configurado correctamente para echar a volar.

Los familiares de las víctimas piensan que hay algo más detrás de la catástrofe y se muestran disconformes con la decisión del juez de cerrar la instrucción del caso, reduciendo de cinco a dos el número de acusados. Los afectados han cargado contra Pérez por “no haber querido complicarse la vida”.

Se sentarán en el banquillo José Antonio Viñuelas y Felipe García Rodríguez, ambos técnicos de mantenimiento de Spanair, perteneciente entonces al Grupo SAS. El accidente ocurrió antes de que el grupo de inversores catalanes, que ha controlado la aerolínea en los últimos tres años, tomara el control.

Cadena de errores

De este modo, la presidenta de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022, Pilar Vera, asegura que hay otros intereses en el cierre de la investigación que se produjo el pasado diciembre. “Se buscaba más eludir responsabilidades que centrarse en detectar los fallos reales”.

Por ello, la responsable ha pedido este lunes, con motivo del cuarto aniversario del accidente, que se revise el texto final y se encuentre la “verdad”.

Considera que la cadena de fallos que originó el suceso está “latente” en eslabones anteriores. “La tragedia no está ni en el que pilota el avión ni en el que lo toca en último extremo” sostiene.

Boeing, también responsable

Según explica Vera, el juez ha cerrado la instrucción del caso sin que el fabricante del avión siniestrado presente las variables que demuestran que la causa del incidente fue el relé. Es decir, el dispositivo que suministra electricidad al calefactor de la sonda de temperatura y al sistema de avisos tows, entre otras funciones. La responsable se basa en un accidente de características idénticas ocurrido en 1987 en Detroit (Estados Unidos).

La asociación considera que de esta manera, el gigante norteamericano tendría que retirar del mercado a más de 6.000 aparatos que han heredado este sistema electrónico.

En el accidente de Spanair murieron 154 pasajeros y hubo 18 heridos cuando se dirigían a Gran Canaria desde el aeropuerto Madrid-Barajas. Ningún miembro de la tripulación sobrevivió. Se trata de la tragedia de aviación de España con más fallecidos de los últimos 25 años y el primer suceso mortal para Spanair, que quebró el pasado enero.

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