Así triunfa España con la alianza de Sánchez con Pekín que enfadó a Trump: empeora un 17% el déficit comercial con China
El saldo negativo entre importaciones y exportaciones con el gigante asiático crece hasta los 20.207 millones, pese a la apuesta de Moncloa por Pekín
Sánchez viaja a China y Vietnam para «equilibrar» la relación comercial: compras de 50.000M y ventas de 8.000M
El viaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a China y Vietnam a finales de abril enfadó mucho en la Casa Blanca. El movimiento, preparado con meses de antelación, respondía a la estrategia de La Moncloa de reforzar lazos con Pekín, algo que viene haciendo desde hace varios años pero que en 2025, en los prolegómenos de una guerra comercial con Estados unidos, se vio como un movimiento para tratar de paliar los efectos de unos aranceles que resultarían demoledores para los exportadores españoles.
La Administración de Donald Trump respondió con gruesas palabras el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, tuvo que hacer un viaje relámpago a Estados Unidos para entrevistarse con su homólogo, el secretario del Tesoro, Scott Bessent. El mismo responsable que dijo que un acercamiento de España a China sería «como cortarse el cuello», una advertencia que no dejaba lugar a dudas de la postura del Ejecutivo norteamericano.
De acuerdo con los últimos datos de comercio exterior, hasta junio de este año, el déficit comercial (la diferencia entre importaciones y exportaciones) con China aumentó un 17%, hasta los 20.207,6 millones de euros, casi 3.000 millones de euros más que en el mismo periodo de 2024.
En total, las ventas españolas a China fueron de 3.949,5 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 13,7% con respecto al primer semestre del año pasado, pero que representa apenas un 2% de las exportaciones de bienes de las compañías españolas.
A la contra, las compras a China alcanzaron los 24.157,1 millones de euros, un 16,4% más, y un 10,9% del total de adquisiciones de empresas españolas en el extranjero.
En total, el déficit con China supone cerca de cuatro de cada cinco euros del saldo total de las relaciones comerciales españolas, que a cierre de junio se situaba en los 25.112,7 millones de euros, casi 10.000 millones más que la cifra de un año atrás.
La visita de Sánchez al continente asiático se produjo con el objetivo declarado de reducir la brecha comercial con dos países clave: China, por su volumen; y Vietnam, una potencia que encadena años de grandes crecimientos económicos y que resulta un mercado clave para las empresas españolas.
Sin embargo, dos meses después del viaje del presidente del Gobierno, el déficit con este país también ha engordado: un 15%, aunque con cifras más modestas que en el caso del gigante chino. Las ventas españolas han alcanzado los 286,6 millones de euros (un 11,4% más) en la primera mitad de 2025, pero las compras han supuesto 2.810,4 millones, creciendo a un ritmo superior (14,7%) y agrandando la brecha comercial entre ambos países.
Durante su viaje, en el que le acompañaron varias compañías punteras españolas, Sánchez se reunió con empresarios con interés en invertir en España. La atracción se basa en sectores muy relevantes, señalaron en Moncloa, como fabricación de baterías, la cadena de valor del hidrógeno o del coche eléctrico, puntales de la actual estrategia industrial del Ejecutivo, que busca reconvertir parte de la industria auxiliar del automóvil para dar servicio a la Defensa o la Transición Energética.
Los datos de las aduanas muestran que el golpe en las relaciones con Estados Unidos ha aumentado un 35% el déficit comercial con aquel país, si comparamos el primer semestre de este año con el mismo periodo de 2024. Las exportaciones españolas se han recortado un 5,1%, situándose en 8.754,5 millones de euros. Pero las importaciones se han acelerado un 10,1%, hasta los 15.837,9 millones de euros.
Al tratarse de los primeros meses de la guerra comercial en los que todavía no estaban en vigor los mal llamados aranceles recíprocos, finalmente del 15% tras el acuerdo entre la Comisión Europea y la Casa Blanca, aún es pronto para analizar los efectos sobre las relaciones con Norteamérica. Entonces ya estaban en vigor las tarifas sobre determinados productos (acero, aluminio y automóviles), pero al mismo tiempo pudo haber un efecto anticipación para generar inventario y evitar mayores costes una vez entrasen en vigor los derechos de cobro.