Bankia da la cara en Wall Street tras el pacto de Sánchez e Iglesias

El banco defendió en julio que un gobierno de coalición no debería pasar factura a la cotización del banco, pero la reacción de la bolsa ha sido distinta

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Entre todas las empresas españolas de la bolsa, Bankia es una de las expuestas al preacuerdo para conformar un gobierno del PSOE y Unidas-Podemos. Con el Estado español controlando un 60% de su capital a través del FROB, el banco semipúblico -que Pablo Iglesias quiere nacionalizar y cambiar a todo su equipo directivo, incluyendo a su presidente– tiene que dar la cara en Wall Street. Esta previsto que este jueves Bankia comience un road show de dos días en Nueva York con el objetivo de presentar sus resultados del tercer trimestre, pero bajo la presión del preacuerdo, que podría dar vida a un gobierno de coalición de izquierdas por primera vez en España.

La expedición de Bankia estará liderada por Leopoldo Alvear, su director financiero, y por el director de relación con inversores y rating, Íñigo Velázquez y van a tener complicado mantener el discurso que ya defendieron en julio de que el acuerdo no debería dañar a la cotización del banco al menos a corto plazo, después de las fuertes caídas sufridas en bolsa el martes, del 4,31%.

«Bankia no espera que un gobierno de coalición afecte a la cotización de la acción. Tanto el gobierno actual del PSOE como el anterior del PP han sido exquisitos en cuanto al respeto de la independencia del consejo de administración en la gestión de Bankia y han mantenido su compromiso de privatización de la entidad cuando las condiciones de mercado sean favorables. El banco no contempla que un gobierno de PSOE en cooperación o coalición con Podemos pueda alterar lo anterior, así que no espera que esta circunstancia afecte a la evolución de la acción», respondía en su sección Bankia Responde este verano.

Esa tranquilidad, sin embargo, no ha sido la que ha vivido la bolsa y tal vez el banco tenga que matizar su mensaje, si los inversores le piden su valoración por el pacto. No sólo Bankia, sino todo el sector financiero español fue fuertemente golpeado en el mercado tras el abrazo político de Sánchez e Iglesias. Los inversores temen que esta alianza reviva figuras impositivas como la temida tasa a la banca, o se apliquen las medidas fiscales (especialmente negativas para los bancos o las energéticas), recogidas en el proyecto de Presupuestos para 2019, que PSOE y Unidas-Podemos pactaron y que, finalmente se quedaron en el cajón.

El proyecto incluía con tipo mínimo del 18% para el sector bancario y el energético. También la exención tan solo del 95% de los dividendos repatriados, que afecta a los grupos con presencia internacional y que ya ha rechazado el Banco Santander.

Unidas-Podemos, además, quiere que la banca pague su propio rescate, por lo que quiere implementar un impuesto exclusivo (que el PSOE sí logró dejar fuera del proyecto de Presupuestos) para recaudar 1.000 millones anuales del sector, como ha propuesto en numerosas ocasiones.

Banca, impuestos y nacionalización

Hasta el momento, el PSOE ha mantenido que su objetivo era privatizar Bankia, con el único problema de aprovechar un buen momento de precio. El propio José Sevilla, consejero delegado del banco, señaló que pensaba que la venta de acciones tendría más sentido cuando se consolidara el cambio de tendencia en el euríbor.

En principio, si Pedro Sánchez consigue ser investido (quiere acelerar el pleno de investidura a diciembre), su idea sería colocar a Nadia Calviño como vicepresidenta económica. Calviño siempre ha sido moderada en su discurso y nunca ha realizado ninguna afirmación que cambiara su idea de privatizar Bankia, ni ha dado síntomas de que José Ignacio Goirigolzarri deba renunciar a su cargo, como ha exigido Unidas-Podemos en varias ocasiones..

En los últimos días, además, se han incrementado los rumores sobre que la todavía ministra de Economía en funciones vería con buenos ojos una integración de Bankia con Banco Sabadell; lo que, de alguna manera, daría pasos adelante en el proceso de privatización (el FROB continuaría en el capital del grupo fusionado pero con una participación menos significativa) y podría posponer la venta de participaciones a que el escenario fue más propicio.

El Sabadell está trabajando duro en reforzar su solvencia -lo que le ha permitido recuperar posiciones en bolsa- y esto le da más margen de negociación ante una hipotética fusión con otra entidad. Especialmente, si la operación es con intercambio de acciones, que sería lo más fácil en una eventual integración con Bankia.

No obstante, Bankia negó durante la presentación de resultados que mantuviera conversaciones sobre una posible operación con ninguna entidad.

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