El BCE aprecia por primera vez un freno en la economía europea

El director general de Economía del organismo, Óscar Arce, prevé inflaciones "muy altas" en 2023 y avisa que las subidas salariales "suponen un riesgo al alza"

El director general de Economía y Estadística del Banco Central Europeo, Óscar Arce, en una imagen de archivo. EFE/Juan Carlos Hidalgo.

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El Banco Central Europeo avisa de «señales claras de ralentización» y de «desaceleración acusada en la marcha de la economía» tras el verano. Así lo ha afirmado este jueves el director general de Economía del organismo, Óscar Arce, durante su intervención en unas jornadas organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica.

Arce ha explicado que la actividad privada manufacturera en la zona euro lleva varios meses en un «terreno que sería compatible con una contracción del sector» según los indicadores del PMI, tanto en lo que tiene que ver con la propia actividad como en los nuevos pedidos, un indicador anticipado de lo que será la actividad en los meses siguientes.

Por su parte, el sector privado de servicios «había aguantado mejor» por el impulso procedente de la reapertura de los sectores que todavía estaban sujetos a ciertas restricciones a la movilidad por la pandemia. «La primera mitad del año exhibió una fortaleza notable, pero estamos empezando a ver una cierta desaceleración significativa» tanto en los indicadores de actividad como en los nuevos pedidos.

El FMI prevé una recesión mundial

En esta línea, ha hecho referencia a lo vaticinado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado lunes en la reunión anual en Washington, donde alertó que un tercio de la economía mundial tendrá al menos dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo este año o el próximo y que el dinero que se perderá por la desaceleración de la economía mundial será, entre ahora y 2026, de 4 billones de dólares.

De hecho, el FMI ha recortado a la mitad el crecimiento del PIB de España para 2023, situándolo en un 1,2%, cifra muy por debajo de la prevista por el Gobierno, de 2,1%.

Por otra parte, Arce ha señalado la evolución positiva los «cuellos de botella» que han tensionado las cadenas de suministro global por el impacto de la pandemia de la Covid-19. El director general explica que la evolución favorable de los tiempos de entrega tiene una lectura positiva, pero también negativa, ya que «seguramente esta menor presión sobre la oferta es resultado de una ralentización económica global», ha afirmado.

El BCE insta a «hilar fino» con las políticas presupuestarias

En cuanto a la inflación, principal objetivo al que el BCE quiere hacer frente a través de las últimas subidas de tipos de interés, Arce ha confirmado que se prevén «inflaciones muy altas en lo que queda de año, con cierta moderación en 2023», pero sin señales de que se vuelva a situar en el entorno del 2% hasta finales de 2024. Algo similar ha estimado para la inflación subyacente.

En este sentido, ha instado a los Gobiernos a «hilar fino con la política presupuestaria» para que las ayudas no aumenten la demanda agregada y, a su vez, eleven aún más la inflación. A su juicio, los países de la UE deberían destinar en los sectores más vulnerables, empresariales y sociales.

También ha citado que uno de los factores que «suponen un riesgo al alza» para la inflación es las subidas salariales que, de momento, están por debajo del 3% en el área del euro, aunque para 2023 prevé que lleguen al 5%, teniendo en cuenta también la importante subida del salario mínimo prevista en países como Alemania.

Cristina Dolz

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